Elegida la dirección de ERC después de una larga y cruda guerra interna, el partido se vuelve a poner en marcha, ahora ya mirando hacia la segunda parte de este proceso que tendrá lugar el próximo 15 y 16 de marzo en Martorell, en el Baix Llobregat, la comarca de Oriol Junqueras, donde este presentó su candidatura para recuperar la presidencia de la formación y una en las que cuenta con más apoyo de la militancia. Este sábado, el Conell Nacional constituyente, que se ha celebrado en la sede nacional de ERC en la calle Calàbria, se ha aprobado el reglamento de estas jornadas, pero también se ha elegido la dirección del máximo órgano entre congresos, la elegida por Junqueras es Bàrbara Lligadas, y también se ha aprobado la constitución de la promesa Comisión de la Verdad, presidida por Joan Tardà, que tendrá que aclarar el asunto de los carteles de los Maragall y la estructura B dentro del partido y presentar sus conclusiones en el plenario del congreso.
Por otra parte, durante el Consell Nacional también se ha renovado la presidencia de la Comissió de Garanties, que pasa a manos de Patrícia Gomà. Aunque en el 2023 se enfrentó a Eva Baró (considerada la candidata del partido, entonces aún sin guerra interna entre Junqueras y Marta Rovira) por la presidencia de la todopoderosa Federació barcelonesa, que perdió por pocos votos, acabó apoyando la candidatura de Junqueras en el congreso. Josep Ramon Mut presidirá la Comisión de Revisión Disciplinaria, y Toni Vidal, la Comisión Censora de Cuentas.
Estatutos, ponencia política y "Objetivo 2031"
Durante la segunda fase del congreso se votarán tres documentos: la actualización de los estatutos del partido, su ponencia política, pero también el llamado "Objetivo: 2031, alcanzar la mayoría social para la independencia", haciendo referencia al año en que ERC celebrará que está un partido centenario. El objetivo de este tercer documento es, explican desde la dirección, "ofrecer un horizonte político en clave independentista, más allá de la ponencia política y una nueva agenda nacional".
Las comisiones redactoras de estas ponencias ya están fijadas, aunque todavía están abiertas a posibles variaciones. Los nombres han sido escogidos por la dirección y las dos candidaturas rivales en Junqueras -Nova Esquera Nacional con Xavier Godàs y Foc Nou de Helena Solà- han rechazado participar, lamentando que solo los dejaran proponer un nombre, y por lo tanto, sin posibilidades de incidir, en opinión suya. Con todo, no solo hay afines a Junqueras, que, eso sí, son mayoría. Sin ir más lejos, Carme Forcadell, que se ha significado públicamente a favor de Godàs y la candidatura rovirista, pidiendo que aquellos que tuvieron un papel relevante en el 2017 dejen paso a nuevos liderazgos, formará parte, precisamente, de la ponencia redactora del Objetivo 2030.
Enmienda para separar cargos de partido de los institucionales
Ahora bien, que no formen parte de las comisiones que se encargarán de redactar las ponencias no quiere decir que hayan decidido no decir la suya en este congreso, después de que Junqueras llegara a la presidencia en segunda vuelta con el 52% de los votos (Godàs consiguió un 42%). Aquí juegan un papel importante las enmiendas que se puedan introducir en texto y Nova Esquerra Nacional ya ha avanzado su intención de presentar una enmienda a la ponencia estatutaria que se debatirá y votará a mediados de marzo para que los estatutos del partido recojan que el presidente (ahora Junqueras) y quien ocupe la secretaría general (ahora Elisenda Alamany) no puedan tener ningún cargo institucional.
Durante la campaña electoral, Godàs y Alba Camps ya se habían comprometido, así como los candidatos de Foc Nou, que también recogían esta propuesta. El objetivo era evitar la acumulación de cargos y también separar partido e instituciones. Ahora mismo eso no afecta en Junqueras, que como recuerda cada vez que es preguntado por la cuestión, está inhabilitado hasta el 2031. Con todo, nunca ha escondido su intención de presentarse a la presidencia de la Generalitat una vez se le aplique la ley de amnistía, aprobada en mayo en el Congreso, y sus rivales lo acusaban de querer utilizar la presidencia del partido como trampolín. Alamany, en cambio, es concejala en el Ajuntament de Barcelona y líder municipal del partido, que está pendiente de decidir si pasan a formar parte del gobierno municipal socialista de Jaume Collboni. En junio se tenía que votar pero la militancia respondió en masa y la sala se quedó pequeña, motivo por el cual se aplazó sine die. Alamany ya ha dicho que hasta marzo no se tomará una decisión, nueve meses después.
¿Cuál es el camino de las enmiendas?
Ahora bien, para que una enmienda se termine aprobando, tiene que seguir un largo camino que empezará en febrero. Este sábado el Consell Nacional también ha aprobado el calendario, que queda fijado así: el próximo 3 de febrero las comisiones tendrán que haber acabado de redactar las ponencias, que elaborarán a partir de una recogida de información de la militancia que empezó el pasado 20 de diciembre y que finaliza este sábado. En ella, los militantes que así lo han querido, en torno a unos 600, han podido aportar sus ideas sobre lo que consideran que estos documentos tienen que recoger. El 3 de febrero los documentos se pondrán a disposición de la militancia, que podrá presentar enmiendas hasta el 18.
A partir del 20 de febrero y hasta el 4 de marzo, las enmiendas se tendrán que aprobar en los ámbitos territoriales o sectoriales donde se hayan presentado. Cada militante escoge si presenta la enmienda para que se vote en el ámbito territorial o en el sectorial, que funcionan como filtro previo al plenario del congreso. Eso significa que día 18 de febrero puede haber 300 enmiendas presentadas, pero que el 4 de marzo solo queden una cuarta parte, que serán las que se habrán aprobado en estos espacios. Solo las que reúnen mayoría, siguen vivas. Entonces, entre el 4 y el 12 de marzo las ponencias tendrán que negociar, transaccionar o pedir que se retiren dichas enmiendas. En caso contrario, se votan en el plenario que tendrá lugar en Martorell.