Sin citar directamente a Junts per Catalunya, los mensajes de Esquerra Republicana alertando de los riesgos que comporta "abrazar" discursos de extrema derecha en materia de inmigración se han multiplicado en los últimos, desde que Junts y el PSOE llegaron a un acuerdo para delegar las competencias en inmigración. Lo ha hecho su presidente, Oriol Junqueras; su líder en Madrid, Gabriel Rufián; su portavoz Raquel Sans, o diputados del partido en el Parlament. Al día siguiente del pleno del Congreso donde Junts se acabó absteniendo para validar los decretos del Gobierno (uno fracasó ante el voto en contra de Podemos) a cambio de elementos como la delegación de las competencias en inmigración, Gabriel Rufián escribió un tuit en la red social X, donde alertó de que la izquierda tenía que defender la seguridad y la lucha contra la delincuencia, pero al mismo tiempo tenía que practicar el antifascismo y "ser contundente en la denuncia de los discursos que la vinculan al pueblo y al migrante, se hagan con una rojigualda o con una estelada". Horas antes, el secretario general de Junts, Jordi Turull, había asegurado en una entrevista que la Generalitat tenía que poder decidir si se expulsa o no en los migrantes multirreincidentes, mirando "en qué condiciones se les puede echar".
El presidente del partido, Oriol Junqueras también advertía a las redes sociales después del pacto entre Junts y el PSOE y las declaraciones de Turull, que "abrazar los discursos de la extrema derecha que criminalizan las personas migrantes, lejos de resolver las situaciones de pobreza y exclusión, pone en riesgo la cohesión social, un país compartido con todo el mundo que vive allí y su incorporación al proyecto nacional". El mensaje del presidente de Esquerra cuenta con más de un millar de respuestas a X. En una entrevista al programa Cafè d'Idees, la portavoz de ERC, Raquel Sans, ha sido preguntada por estas palabras de Junqueras, y ha asegurado que el republicano no estaba comparando la política de Junts con la de extrema derecha, pero ha apuntado que "cuando se hace una asociación directa entre delincuencia e inmigración es dar una imagen estigmatizada de las personas migradas y eso es muy peligroso". Hace unas semanas, coincidiendo con el estallido de la polémica después de que alcaldes de Junts en el Maresme pidieran la expulsión de migrantes multirreincidentes, Sans equiparó el discurso del partido independentista con el de la extrema derecha.
Críticas más directas
Maria Dantas, nacida en el Brasil y exdiputada de Esquerra Republicana en el Congreso subió el tono contra Junts per Catalunya, citando las declaraciones de Jordi Turull en Catalunya Radio, asegurando que se estaba vinculando la migración con la delincuencia, "los mismos planteamientos que Vox, Bolsonaro, Alianza Catalana, Le Pen, La Lega y todo el palique fascista". También se ha referido directamente a Junts la diputada Najat Diourech, que ha lamentado que "una vez normalizas el discurso de odio, acabas naturalizando y aceptando el relato de la extrema derecha". Ruben Wagensberg, diputado en el Parlamento y secretario de la mesa de esta institución, critica a su vez las palabras de Turull, considerando que las competencias y recursos que piden los ayuntamientos tiene que ser "con la voluntad y la responsabilidad de incluir más y mejor a la nueva ciudadanía en ningún caso de criminalizarla". "Conocido y peligroso camino, el que está cogiendo uno de los grandes partidos del país".
Aparte de criticar, en algunos casos directamente y en otros de forma velada, el posicionamiento de Junts per Catalunya, desde Esquerra y el Govern también se ha minimizado el alcance de los acuerdos entre Junts per Catalunya y el PSOE, entre los cuales destaca el de las delegaciones de las competencias en inmigración. Por ejemplo, la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, ha quitado hierro al acuerdo después de hablar con su homólogo español, Félix Bolaños. Vilagrà ha expuesto que el ministro le ha asegurado que el acuerdo PSOE-Junts no es un traspaso de las competencias en inmigración. La consellera ha subrayado que no hay ningún tipo de pacto bisiesto, sino un compromiso de impulsar una ley orgánica, proceso que ha remarcado que es muy largo. "Es un pacto muy difuso. Nosotros estamos a 4t de negociación con el PSOE, nos estamos a punto de graduar, y sabemos cómo acaba cuando los socialistas utilizan el verbo impulsar", ha sentenciado.