Si a lo largo de la legislatura han quedado al descubierto las divergencias entre los socios de Govern sobre cómo hay que avanzar en el camino hacia la República, con la campaña en marcha se ha ensanchado todavía más la brecha entre ERC y Junts en relación al como y el cuándo. El partido de Oriol Junqueras aprovecha cada acto para advertir al electorado de las "promesas falsas" -en palabras de la consellera Jordà- que hacen algunos. Nunca ponen nombre, pero a nadie se le escapa que se refieren al proyecto del tándem Borràs-Puigdemont.
24 horas después de que la candidata de Junts se comprometiera, sin explicar como, a levantar la DUI de 2017 si el independentismo suma más de la mitad de los votos el 14-F, los dirigentes de ERC han desacreditado su proclama. Siguiendo la tónica de la campaña, la enmienda al programa de Junts la hacen entre líneas, evitando mencionarlos directamente. Los republicanos son partidarios de seguir musculando el independentismo y demostrar que se puede romper la barrera del 50% "sucesivamente", en más de unas elecciones.
"Los milagros no existen"
Este primer domingo de campaña, la caravana de ERC ha hecho parada en Lloret, con el candidato Pere Aragonès escudado por la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, que interviene en cada mitin en conexión desde Suiza. También estaban la consellera de Agricultura, Teresa Jordà y los diputados y portavoces Sergi Sabrià y Anna Caula.
La más directa ha sido la consellera, que ha advertido que "poner fechas es un riesgo, es peligroso, a veces mentira y genera frustración". En contra de eso, ha defendido que ERC dice "las cosas por su nombre", en vez de vender "falsas promesas, porque no toca". Jordà ha concluido que los milagros no existen, sino que lo que cuenta es "el resultado de la constancia".
Más sutiles han sido Rovira y Aragonès. "No nos podemos engañar", ha avisado ella, y ha invitado el independentismo a "consensuar una estrategia y marcarse un objetivo". Al mismo tiempo, ha insistido en que hay que aprender de octubre de 2017, cuando quedaron demostradas las debilidades del movimiento independentista ante las amenazas del Estado.
El presidenciable de ERC y vicepresident del Govern de la Generalitat ha rematado el discurso. Enfundado en una chaqueta de cuero marrón, ha señalado que "la República no es una cuestión retórica, de declaraciones, es cuestión de hacerla. Y se hace sumando mayorías como el 1-O y el 3-O, se hace ganando una vez y otra con el 50% de los votos". Un reto que ha subrayado como "imprescindible" y que según la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión el independentismo podría conseguir este 14 de febrero.
Contra la sociovergencia, el Íbex y el 155
El mensaje que quiere hacer calar la dirección de los republicanos es que ha llegado "el momento" que gobierne ERC, después de 40 años de alternancia de mandatos de PSC o CiU. Así lo ha defendido la jefe de campaña del partido, Sergi Sabrià, que ha dejado claro que "nadie puede hacer escoger entre ayudar a la gente y hacer la independencia, entre izquierda y libertad".
Con la mirada puesta en el 15-F, los de Junqueras mantienen que sólo habrá "dos fórmulas de gobierno posible". "O autodeterminación y amnistía para reconstruir el país en clave progresista o los del 155, el Íbex". O lo que es lo mismo, o Illa o Aragonès. Y reivindican la necesidad de que el procés lo lidere a partir de ahora una fuerza progresista.
El candidato de los republicanos insiste en la propuesta en aglutinar todas las fuerzas soberanistas un mismo gobierno presidido por él, con ERC, Junts, los comunes, la CUP y el PDeCAT. Y pone como ejemplo el pacto por los presupuestos, o los gobiernos municipales de Lleida y Tarragona, donde bajo la batuta de ERC, fue posible poner de acuerdo Junts y comunes.