La polémica generada entre el independentismo después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunciara el martes qué era su propuesta para resolver el conflicto entre Catalunya y el Estado se ha constatado este viernes durante las votaciones de las propuestas de resolución al debate de política general del Parlament. Y es que solo ERC y los comuns han votado a favor de una iniciativa de los de Jéssica Albiach que defendía la necesidad de impulso aquel acuerdo de claridad anunciado por el jefe del ejecutivo. Los socios de Govern, Junts, han apostado por abstenerse, mientras que el PSC y la CUP han votado en contra, forzando el Parlament a tumbar esta propuesta.
El texto de la resolución de los comuns instaba a la cámara catalana a constatar "la necesidad de convocar la mesa de partidos catalana para impulsar un acuerdo de claridad y presentarlo posteriormente en la mesa de diálogo". El objetivo, pues, era que el acuerdo pasara por dos espacios de debate y así conseguir "unificar criterios y establecer las bases y condiciones para poder hacer un referéndum efectivo y acordado sobre el estatus político de Catalunya, donde todo el mundo se sienta incluido y donde todo el mundo acepte el resultado y como mínimo, se acuerde el procedimiento, las condiciones para llevarlo a cabo y la interpretación de su resultado".
La posición de Junts, PSC y CUP no sorprende
Lo cierto es que el fracaso de esta propuesta no sorprende cuando se tienen en cuenta las reacciones que generó el acuerdo de claridad entre los partidos. Junts, que se ha abstenido para no escenificar una nueva ruptura más en medio de la crisis abierta entre los socios del Govern, ya avisó martes, durante su intervención en el debate de política general, que se les hacía complicado avalar una nueva propuesta para resolver el conflicto sin haber cumplido aún el acuerdo de Govern. "No se puede actuar de forma unilateral", advertía Albert Batet. Para los socialistas, Salvador Illa afirmaba que la propuesta de Aragonès le provocaba dejà vu y hacía evidente su negativa reclamando "votar acuerdos y no rupturas". Y la CUP recordaba que La Moncloa no tardó ni treinta minutos a descartar la propuesta por la autodeterminación del presidente.
Aragonés ya avanzó en el discurso institucional con motivo del 11 de Septiembre que su propuesta era que los catalanes volvieran a votar. Durante el debate de política general de martes, pero, entró a concretar la vía que lo tendría que hacer posible. "Quiero proponer un acuerdo de claridad al Estado. Un acuerdo que identifique cuándo y cómo Catalunya puede volver a ejercer el derecho a decidir. Como han hecho Canadá y el Quebec. Como supo hacer -y estoy convencido de que lo volverán a hacer- el Reino Unido y Escocia", explicó el presidente en el último tramo de su intervención. Desde entonces, ha insistido en la vigencia de la propuesta pese al posicionamiento de los demás partidos.