Esquerra Republicana desafía al Tribunal Constitucional (TC) y aceptará el voto delegado de los diputados electos en el exilio Carles Puigdemont, Lluís Puig y Rubén Wagensberg, en la sesión de constitución del Parlament del próximo lunes 10 de junio. A través de un comunicado, el partido ha defendido que "se tiene que poder contabilizar el voto de los tres exiliados para evitar que el TC pueda alterar mayorías y torpedear, por ejemplo, los votos para conseguir una Mesa antirrepresiva". En este sentido, ha recordado que en la sesión constitutiva de 2021, Ernest Maragall, que presidía la Mesa de Edad, ya defendió aceptar el voto delegado de Lluís Puig, aunque finalmente no fue aceptado porque los otros dos integrantes de la Mesa, del PSC y Vox, se opusieron.

En la Mesa de Edad de este año estará, como diputada más joven, la republicana Mar Besses, que se ha posicionado públicamente en la línea del partido en un mensaje en X. "Solo el pueblo de Catalunya tiene la potestad de definir las mayorías del Parlament", ha afirmado, recordando que esta ha sido siempre la postura de ERC. Los demás integrantes serán Agustí Colomines, de Junts, y Júlia Calvet, de Vox, por lo que teniendo en cuenta que el órgano tendrá mayoría independentista, es previsible que acepten el voto delegado de los diputados en el exilio. Así, desafiarían la sentencia del TC, que este miércoles declaró la nulidad de los acuerdos de la Mesa del Parlament que hasta el momento habilitaban un sistema para que Puig pudiera votar.

El caso de Wagensberg no supone un problema, ya que, aunque el diputado de ERC está exiliado en Suiza por el caso del Tsunami Democràtic, también se encuentra de baja médica, y este supuesto está explícitamente permitido para la delegación de voto. La situación se complica en el caso de Puigdemont y Puig, ya que, aunque la Mesa de Edad validara la delegación del voto de ambos, algún grupo parlamentario podría presentar peticiones de reconsideración o recursos al TC en contra de esta autorización, con la eventual consecuencia de que —cautelarmente— el órgano de garantías declarara nulo el acuerdo de delegación del voto unos días después e incluso comprometiera la elección que se haya hecho del nuevo órgano rector del Parlament.