En la última página de la ponencia política que Esquerra Republicana aprobó a finales de 2019 se recoge, literalmente, que si la vía negociada se enquista, no se puede "descartar nunca ninguna vía de volver a hacerlo, si puede ser acompañados de complicidades internacionales, pero independientemente de la existencia del acuerdo con el Estado". La unilateralidad queda recogida en un rincón de la hoja de ruta que los republicanos reescribieron después de empujar a la DUI en el 2017, pero no es la prioridad. Al contrario. Ahora que el tándem Aragonès-Junqueras se ha hecho con el timón del Palau de la Generalitat, la vía unilateral entra en hibernación.
Sólo dos semanas después de haber llegado a la presidencia, la cúpula de ERC ha empezado a enderezar la nave. La apuesta para los próximos dos años pasa por reiniciar las relaciones con el Gobierno del Estado y empezar lo que muchos han bautizado como la era del deshielo. El enésimo intento de la operación diálogo. Aragonès lo definía durante el acto de este lunes en Foment, en términos de "normalización política". Con Pedro Sánchez escuchando en primera línea, reconoció la actitud del líder socialista de querer "afrontar" el problema catalán, incluso habló de "pasos adelante".
Las palabras del president tuvieron su retorno en la intervención de Sánchez. Una puesta en escena repleta de gestos y mensajes que había sido calculada y que proyectó la imagen de nuevo ciclo de estabilidad, que es lo que reclama con fervor el empresariado catalán.
La viabilidad de un nuevo embate
Instantes antes, Oriol Junqueras movía ficha para dar empuje al gobierno PSOE-Podemos ante la tormenta desencadenada por la derecha de Colón. El presidente de ERC avalaba el indulto, a pesar de aceptar que no es la solución al conflicto. Al mismo tiempo, ponía el foco en la vía escocesa que Aragonès defendió durante su discurso de investidura. Y alejaba la posibilidad de que el independentismo, ahora pilotado por ERC, se adentre en "otras vías que no son viables ni deseables".
Encaje con la promesa de culminar la independencia
Es cierto que el contenido del artículo de Junqueras en el Ara y La Sexta, no difiere de lo que han ido proclamando los dirigentes de ERC en los últimos tiempos. Sin embargo, el matiz es que se olvida de decir lo que habían mantenido durante la campaña electoral, que es que aunque la unilateralidad no sea viable ahora, puede serlo si se consigue acumular fuerzas suficientes.
De hecho, eso es lo que exigen los socios independentistas, tanto Junts como la CUP, ir preparando el terreno por si la negociación con el Estado no da frutos. El famoso "nuevo embate democrático". Que lo obviara en su artículo ha sido motivo de aplauso por parte del PSOE y de decepción en determinados sectores del independentismo. Junteros y anticapitalistas han expresado sus recelos con el artículo de Junqueras, que deberá encajar con la promesa de Aragonès de culminar la independencia a lo largo de la legislatura.
En las próximas semanas, Aragonès y Sánchez tendrán la primera reunión formal. Y Junqueras —como el resto de presos— quedará libre con el indulto parcial. A partir de ahí, ERC tendrá dos años para demostrar que el voto de confianza al PSOE tiene contrapartida, antes de que se convoquen las elecciones en España.
En la imagen principal, Aragonès y Junqueras en el Parlament el día de la investidura. / S. Alcàzar