Ser el partido con más frontera de voto es, a la vez, una oportunidad y un riesgo. Todos los sondeos indican que ERC puede pescar en múltiples caladores, tanto en aguas independentistas - Junts y la CUP- como en las que no lo son -PSC y comunes. Esta realidad comporta una complicación añadida para los estrategas de la campaña, que se enfrentan al reto de compatibilizar la maniobra de seducción del electorado de izquierdas no independentista sin perder por el camino su yema, su votante tradicional. Tras una primera mitad más centrada en los primeros, este domingo los republicanos han querido atar en corto a los segundos. Para hacerlo, han escogido Girona, territorio Puigdemont. "Estamos jugando en casa", han reivindicado sus dirigentes.


Junqueras y Aragonès se saludan con el puño a la llegada al mitin de Girona. / Marc Puig

Desde la ciudad del líder de Junts per Catalunya, Esquerra Republicana ha dado un golpe sobre el tablero del 14-F. En su mitin central, que ha reunido una cuarentena de asistentes de cuerpo presente y hasta 3.200 conectados virtualmente, el partido ha exhibido el apoyo del independentismo vasco y gallego, con Arnaldo Otegi (Bildu) sobre el escenario y Ana Ponton (BNG) en conexión desde Galicia. El objetivo, trasladar el mensaje de que una victoria de ERC es sinónimo de una triunfo también para Euskal Herria y Galizia, a los que nadie discute su compromiso con la independencia.

El líder abertzale lo ha sintetizado en un refrán africano, que "cuando las arañas tejen juntas pueden inmovilizar un león". De hecho, Bildu y ERC van de la mano en el Congreso y en el Senado, con un acuerdo estratégico que apuesta por sacar jugo de sus diputados ofreciendo apoyo al gobierno Sánchez a cambio de mejoras para Catalunya y Euskadi. Saliendo al paso de los que critican el giro pragmático de ERC en el camino hacia la República, Otegi ha recetado "luces largas" contra "la velocidad de las cosas impuesta por el capitalismo" y ha puntualizado que "no hay lucha exenta de contradicciones y momentos difíciles".


Arnaldo Otegi ha hecho campaña por ERC este domingo a Girona. / Marc Puig

El coordinador general de Bildu ha puesto el retrovisor para recordar los pactos que los socialistas han hecho en el País Vasco y Navarra con UPN y el PP para cerrar el paso al independentismo. "Si Illa puede sumar, sumará los votos de los que no quieren la República, como hicieron con nosotros", ha alertado. Y ha concluido con un llamamiento a la movilización: "Si nosotros no vamos, vienen ellos".

El comité de campaña de Lledoners

Los tres puntales de ERC, Oriol Junqueras, Marta Rovira y Pere Aragonès, se han repartido los papeles por abrazar a todo el público objetivo al que se dirigen. Junqueras ha imprimido sentimiento, Rovira ha sido la estratega y Aragonès ha vendido gestión.

El presidente de ERC ha puesto sobre la mesa su encarcelamiento, recordando que "quizás" no podrá acabar la campaña porque les urge volver a encerrarlo, en alusión a la voluntad de la Fiscalía de revertir el tercer grado que Justicia concedió a los presos independentistas hace una semana. "No nos dejéis solos, nosotros no lo hemos hecho nunca, ni siquiera encerrados en prisión", ha implorado Junqueras, que ha compartido el consejo de uno de los presos de Lledoners, Radu, un corredor de maratones rumano a quien ha incluido en su propio "comité de campaña de Lledoners". Según ha explicado, Radu le recomendó que apelara a su sacrificio, lejos de su familia, para pedir a los ciudadanos que no se "merecen" que los dejen solos. Y así lo ha hecho.


Otegi i Junqueras, en el backstage. / Marc Puig

Digestión de octubre de 2017 vs. atasco

Desde que ha empezado la campaña, Marta Rovira no se ha perdido ningún mitin. Conecta con todos los actos desde Suiza y repite prácticamente siempre el mismo discurso calcado al libro que escribió con Junqueras, en el que ponen de manifiesto los aprendizajes de 2017. Hoy, sin embargo, ha sido algo más beligerante.

La secretaria general de ERC ha advertido al electorado de que "estas elecciones van de escoger cuál es la estrategia" a seguir para llegar a la independencia, la de Junts o la suya que, ha dicho, "es creíble" y "sin recetas mágicas". "Cuando la volvamos a declarar [la independencia] no queremos que dure ni 8 segundos, ni 8 horas ni 3 días, cuando proclamemos la República Catalana queremos que sea para siempre", ha afirmado. "Nosotros no nos hemos quedado atascados en octubre de 2017, lo hemos digerido", ha resaltado Rovira, que sin mencionar a Junts ha criticado que pretendan "que aquello sea vigente de cualquier manera".

Aunque ha cuestionado el "debate interno lleno de reproches innecesarios" que ha prometido "rehuir", no ha desperdiciado la ocasión para descalificar el pacto de JxCat con el PSC en la Diputación de Barcelona. "No entendemos cómo lo mantienen".

República y reconstrucción

Como hace en cada uno de sus discursos, el presinciable de ERC, Pere Aragonès, ha arrancado dando un repaso de la situación actual en relación a la pandemia y reivindicando el trabajo hecho. Este domingo, la presión hospitalaria en las UCI ha empezado a bajar por debajo de la barrera de los 700. Y ha aprovechado para remarcarlo.

Aragonès se ha comprometido a acompasar el camino hacia la independencia con la reconstrucción del país para sacarlo de la crisis económica y social derivada del coronavirus. "No somos los de las promesas vacías, los de las promesas incumplidas, los de los grandes titulares. Somos el partido que nunca ha fallado al país", ha sentenciado.

En la imagen principal, Junqueras, Otegi y Aragonès durante el mitin central de ERC en Girona. / Marc Puig