Cuatro días después de la celebración de las elecciones generales del 23 de julio, que ganó a Alberto Núñez Feijóo, ya se empieza a poner en marcha la maquinaria para las negociaciones postelectorales. El escenario que dejan estos comicios es un Pedro Sánchez con posibilidades de gobernar si llega a acuerdos con BNG, EH Bildu, PNV, ERC y Junts, todos ellos imprescindibles para que la investidura del socialista salga adelante, aparte de Sumar. De momento, el hueso más complicado de roer parecen los juntaires, que exigen amnistía y referéndum, pero eso no quiere decir que el resto de síes ya estén garantizados.
Por todo ello, Esquerra Republicana ya ha designado dos equipos negociadores diferentes, según fuentes del partido, uno para el Congreso, que estará formado por los diputados Gabriel Rufián y Teresa Jordà y por la senadora leridana Sara Bailac, y un segundo grupo para la negociación política encabezada por la secretaría general en el exilio, Marta Rovira, la portavoz Marta Vilalta, Juli Fernández y Josep Maria Jové. Además, la portavoz de las negociaciones será la exconsellera Jordà, número 2 de la candidatura por Barcelona. Este miércoles, en el pleno del Parlament, Pere Aragonès y Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de Junts, apostaron por hacer un frente independentista común en Madrid, a la hora de negociar con Pedro Sánchez y el PSOE.
Próximo paso, los grupos parlamentarios
Uno de los escenarios más inmediatos después de la celebración de las elecciones es la composición de la mesa del Congreso, que el PSOE quiere volver a presidir como ya ha hecho en esta última legislatura con Meritxell Batet al frente, y por eso también necesita el apoyo de los independentistas catalanes, a quién podría compensar con la opción de tener un grupo propio en la cámara baja, con todos los privilegios y recursos que eso comporta para las formaciones políticas.
Por otra parte, después de las dos derrotas electorales en solo dos meses, en mayo con las elecciones municipales y ahora este julio con las generales, desde de ERC también reconocen los malos resultados obtenidos, después de que Rufián destacara por su falta de autocrítica en la noche electoral, sacando pecho de ser todavía el partido independentista más votado, a pesar de la pérdida de unas 400.000 papeletas y de 6 diputados. En este sentido, fuentes de ERC explican que desde las municipales, el partido empezó un diálogo interno que se tiene que alargar durante meses, hasta diciembre.