Por si la negociación para la investidura de Pere Aragonès no tuviera, de serie, suficientes obstáculos por el camino, en las últimas semanas han ido surgiendo extras. Es el caso del cese de Jaume Alonso-Cuevillas como consecuencia de su enmienda a la estrategia independentista de impulsar, aunque sólo sea de forma simbólica y a pesar de la amenaza constante de querellas, iniciativas parlamentarias contra la monarquía y a favor de la autodeterminación. La salida del secretario segundo de la Mesa deja una vacante que habrá que sustituir en un pleno. Junts pide situar a su diputada Aurora Madaula. Y para que eso pase, ERC tiene la última palabra. Los republicanos garantizan a este diario que "no será un problema".
Como ya explicó hace un par de días ElNacional.cat —y ha certificado hoy RAC1—, en la reanudación de la negociación entre los dos partidos que se produjo el miércoles por la tarde quedó claro que los de Junqueras "no pondrán pegas" ni especularán con la posibilidad de regalar sus 33 votos a los comunes, que han postulado a Lucas Ferro para el cargo de Cuevillas.
Los junteros exponen que, en virtud del pacto existente entre las tres fuerzas independentistas del Parlament, la sustitución de uno de sus miembros en la mesa debe ser automática. Así había sido en anteriores legislaturas, entonces con miembros de ERC. Los republicanos admiten que la cosa es así, pero han hecho ver a Junts que, si bien cumplirán, será a pesar del feo de haber dejado caer a Aragonès en las dos primeras sesiones de investidura.
En público, dirigentes de ERC han apuntado que hay que vincular una votación a la otra, es decir, la del nuevo secretario segundo a la de la investidura de Aragonès.
La operación Ferro, anulada
La votación por la secretaría segunda de la Mesa tendrá que ser en un pleno separado del de investidura. El miércoles, la CUP ya anunció que avalará la propuesta de Junts, a pesar de mostrar su preocupación por el asunto Cuevillas. Los 9 diputados anticapitalistas votarán por Madaula.
Así pues, si nada cambia a última hora, la diputada juntera contará con el apoyo de los 74 escaños independentistas de la cámara. Una mayoría sólida que anula el intento de los comunes para hacer traquetear la tortuosa relación ERC-Junts presentando a un candidato alternativo. El PSC y el PP ya habían avanzado su apoyo al representante d'En Comú Podem para restar peso al independentismo en la Mesa, que se quedaría con cinco de las siete sillas. Las otras dos son para los socialistas.
En la imagen principal, Cuevillas y Madaula en un acto de Junts. / S. Alcàzar