La tensión en las conversaciones para acordar la investidura entre Junts per Catalunya y ERC desborda la mesa de negociaciones. Mientras el grupo de Carles Puigdemont acusaba esta mañana a los republicanos de "renuncias" y advertía que no descarta "ninguna eventualidad", en referencia a la convocatoria electoral, los republicanos han querido hacer un "llamamiento a la responsabilidad". "Basta de amenazas y que nadie se levante de la negociación hasta que haya un acuerdo. Basta de amenazar con elecciones", ha reclamado un portavoz republicano en declaraciones a El Nacional.
Esquerra niega, como denuncia JxCat, que la negociación sea sobre "estructura de gobierno y negociación de cargos". Replican que lo que se busca es conseguir un equilibrio en los lugares de responsabilidad e implementar conjuntamente la hoja de ruta del nuevo Govern.
En este punto subrayan que "al final no hay uno sino dos presidents", en referencia a Carles Puigdemont desde Bruselas y Jordi Sànchez, como president investido en Barcelona, tal como propone JxCat, lo cual ERC se ha avenido a aceptar.
No obstante, y teniendo en cuenta que la vicepresidencia de ERC con Oriol Junqueras era esencialmente económica dado que acumulaba la Conselleria de Economía, proponen ahora vestir este departamento con competencias de contenido político que hasta ahora correspondían a Presidencia. Aquí se sitúa la reclamación de las competencias de Portavoz y de las secretarías de Comunicación y de Difusión -que hasta ahora eran compartidas entre los dos grupos- además de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, para incorporarlo a la vicepresidencia.
Esquerra asegura que ha mostrado total generosidad cediendo a JxCat a los "dos presidents" y que trabaja intensamente para conseguir el acuerdo, aunque reprocha a JxCat el intento de retener un "control absoluto del Palau de la Generalitat", ante lo cual exigen responsabilidad.
"No es de recibo amenazar con ir a elecciones ante las discrepancias. Si lo que quieren es ir a elecciones, que lo digan claramente", reclaman fuentes republicanas que aseguran que, a pesar de estas discrepancias, las negociaciones avanzan a buen ritmo.