Fumata blanca. Este jueves por la mañana, la distancia y los recelos entre Esquerra Republicana, Junts per Catalunya y la CUP parecían alejar cualquier tipo de acuerdo para encontrar un mínimo común denominador sobre la amnistía. Los tres coincidían, sin embargo, en que había margen para el acuerdo. Y así ha sido: aunque han tenido que pedir una prórroga para poder presentar enmiendas transaccionales conjuntas a las propuestas de resolución que el miércoles presentaron por separado, finalmente los tres partidos han encontrado puntos de acuerdo mínimos sobre qué tiene que incluir una ley de amnistía y el papel que tiene que jugar el Govern, que eran los principales ejes donde los tres chocaban.

Con respecto a la propuesta de resolución transaccional sobre la amnistía, los tres partidos han conseguido desencallar las discrepancias con una formulación que defiende la necesidad de una ley de amnistía que deje sin efecto "aquello que se había tipificado como infracción penal o administrativa, en relación con la defensa en el ejercicio del derecho a la autodeterminación de Catalunya". El alcance de lo que tiene que incluir la amnistía es uno de los puntos donde discrepan los tres partidos y que incluía visiones diferentes en las respectivas propuestas de resolución separadas que habían presentado el miércoles.

En paralelo, Junts advertía por la mañana que no podían dar apoyo a la resolución de ERC porque, a su entender, proponía que el liderazgo de las negociaciones con el Estado para la amnistía y la autodeterminación fuera del Govern, un hecho que veían inaceptable. El texto conjunto insta al ejecutivo catalán y a las instituciones catalanas a "sumarse al esfuerzo colectivo por la aprobación de esta ley y a hacer un seguimiento proactivo de su aplicación de forma inmediata a su aprobación", sustituyendo de esta manera la expresión de los republicanos, que instaba al ejecutivo a hacer "todas las acciones oportunas para hacer posible" la amnistía.

Una ley de amnistía inspirada en la que se presentó en el Congreso en 2020

Hace tres años, los tres partidos independentistas se conjuraron para presentar en el Congreso una proposición de ley orgánica de amnistía y de resolución del conflicto político entre Catalunya y el Estado que no fue admitida a trámite por la Mesa de la cámara baja española de entonces. La CUP ha insistido a lo largo de estos días en que la amnistía y la autodeterminación tienen que ir de la mano y no se puede desvincular la una de la otra. Para los cupaires, es una condición 'sine qua non' que la ley de amnistía que se pueda negociar eventualmente con el Estado se inspire en la que se propuso el año 2020, y finalmente Esquerra y Junts lo han aceptado. La transaccional presentada esta tarde por los tres partidos recoge que la ley de amnistía "tiene que partir" de esta proposición del 2020 en el Congreso.

 

Otro aspecto donde había tira y aflojas es en la concreción de los delitos que tiene que incluir la amnistía y, por lo tanto, quiénes pueden ser los posibles beneficiados de esta. Tanto Esquerra Republicana como la CUP creen que la amnistía no tendría que incluir a la presidenta de Junts, Laura Borràs, y la vía que han acordado las tres formaciones es que se realicen "todas las acciones necesarias" durante la tramitación de la normativa "a fin de que se incluyan todas las personas represaliadas por motivos políticos en esta causa y en defensa de derechos y libertades en el contexto de conflicto social y político con el Estado". Con esta transacción, los tres partidos mantendrán sus respectivas propuestas de resolución por separado, pero sustituirá uno de los puntos de cada una de ellas.