Casi todo el independentismo en el completo dará hoy un golpe encima de la mesa después del escándalo del CatalanGate. Tanto ERC como Junts per Catalunya y la CUP han acordado hoy votar en contra del decreto anticrisis que se somete a votación en el Congreso de los Diputados, según confirman fuentes parlamentarias. De esta manera, sólo los cuatro diputados del PDeCAT se alinearán con el Gobierno. El Gobierno, que ha empezado el pleno sin los votos necesarios, conseguirá salvar las medidas económicas gracias a los votos de EH Bildu.
La realidad es que los pocos gestos del Gobierno para hacer frente al escándalo de espionaje no han satisfecho al independentismo, que los han considerado del todo insuficientes. Ayer mismo, el presidente Pere Aragonès pedía depurar responsabilidades, empezando por la cabeza de la ministra Margarita Robles, después de justificar el espionaje. Y el portavoz de los republicanos Gabriel Rufián insistió en que "tocar la agenda legislativa es el único idioma que entiende al PSOE".
El último de los independentistas en sumarse al no ha sido ERC. En un comunicado hecho público posteriormente, el partido ha justiciado justamente que el Gobierno "no se haya movido para asumir responsabilidades tras el caso de espionaje ilegal que afecta a más de 60 personas del movimiento independentista". Los republicanos argumentan que es "un voto en defensa de la ciudadanía y la democracia" pero también un "primer aviso en el gobierno español". El texto reitera lo que ayer ya pidió el president Pere Aragonès: que la ministra de Defensa, Margarita Robles, "debe dimitir".
En su intervención ante el pleno, la diputada republicana Montse Bassa ha recurrido al sarcasmo: "Si quieren conocer qué pensamos o qué votaremos en el decreto pregunten al CNI o a la ministra Robles". Míriam Nogueras, de Junts, ha asegurado que "el independentismo no puede regalar estabilidad a un gobierno que nos espía" y ha reclamado "que se acabe ya el diálogo ficticio con esta gente que ni nos quiere ni nos respeta". Y el cupero Albert Botran ha defendido que La Moncloa "no merece el voto de los independentistas ni de ningún grupo que quiera esclarecer el origen de este ataque a los derechos democráticos".
In extremis
La Moncloa no se ha movido más allá de la comisión de secretos oficiales, que se constituye hoy. En su intervención ante el pleno, el ministro Félix Bolaños se ha limitado a advertir que votar en contra del decreto es votar contra los ciudadanos: "¿Quién de ustedes quiere subir la gasolina a los ciudadanos? ¿Alguien quiere que la factura de la luz mañana sea más cara? ¿Que se suba el alquiler un 3%? ¿Sacar ayudas directas a transportistas o ganaderos? Entonces es incomprensible votar que no en este real decreto ley".
El Gobierno ha empezado el pleno sin los votos, y no ha sido hasta que ha empezado que ha encontrado el salvavidas. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha anunciado que no tumbarían el decreto: "Lo aprobaremos por la gente, no por el gobierno. Porque nuestro compromiso es con la ciudadanía, no con este gobierno".
Las palabras de Robles
Los puentes con el independentismo, y en particular con ERC, los acabó de dinamitar ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles, que en sesión de control llegó a justificar el espionaje político sufrido por el independentismo catalán y vasco: "¿Qué tiene que hacer un Estado cuando alguien vulnera la Constitución? ¿Qué tiene que hacer cuando se declara la independencia o anima a desórdenes públicos? ¿Qué tiene que hacer cuando tiene contactos con quienes han invadido Rusia? ¿Qué pasa cuando se hackean webs como la del SEPE o móviles de ministros? Ustedes ahora se presentan como víctimas porque les conviene". Algunos integrantes del Consejo de Ministros admitían en privado que se pusieron las manos en la cabeza después de contemplar la escena. La imagen de Pilar Llop, visiblemente incómoda a su lado, fue muy reveladora.