Una excepción a la norma. ERC y Junts per Catalunya han conseguido aislar un poco al Parlament de las turbulencias de la Generalitat. Este viernes, en la culminación del debate de política general en la cámara catalana, se ha forjado la unidad entre los dos socios para aprobar sus respectivas propuestas de resolución relativas al derecho a la autodeterminación y el conflicto político con el Estado. Las dos formaciones se han votado los textos. No ha tenido la misma suerte la propuesta de resolución de la CUP, que directamente exigía levantarse de la mesa de diálogo con el Gobierno, darla por acabada y dirigirse antes de final de año a las instituciones europeas y las Naciones Unidas para resolver el contencioso con España.
Ha salido aprobada la propuesta de resolución de ERC "en defensa de la República Catalana". Esta deja claro que el 80% de los catalanes "quieren decidir democráticamente el futuro político del país" y "manifiesta el compromiso inequívoco para trabajar y alcanzar la República Catalana a través del ejercicio democrático". Este mismo documento constata que el conflicto "se tiene que resolver por la vía política y democrática" y exige el fin de la represión y la persecución política contra el independentismo a través de una ley de amnistía. Ha salido con 62 votos a favor de ERC y Junts, con la abstención de la CUP.
Lo mismo ha pasado con las cuatro resoluciones en este ámbito registradas por Junts per Catalunya. Una primera propuesta defiende la legitimidad del resultado del referéndum del 1-O, una votación que legitima la unilateralidad y la desobediencia y que esta próxima semana celebra su quinto aniversario. En este sentido, señala que "sólo un mandato surgido de un referéndum de autodeterminación acordado con el Estado español podría sustituir el del referéndum del 1 de octubre de 2017". La segunda insta a las diferentes conselleries a "desplegar planes específicos con el fin de reducir la dependencia de las estructuras políticas y económicas del Estado español". La tercera se centra en la denuncia a escala internacional de la represión y persecución del independentismo por parte del Estado español. Y la cuarta pretende poner en evidencia el "menosprecio" del Estado hacia Catalunya, situando como ejemplos la falta de financiación, el afán recentralizador y el desprecio de las leyes y resoluciones que aprueba el Parlament. En el caso de las dos primeras han salido por 64 votos a favor por la abstención de la CUP. La tercera y la cuarta han salido con 73 votos a favor, los del conjunto del independentismo.
La CUP no liquida la mesa de diálogo
En cambio, no ha prosperado la propuesta de resolución de la CUP. En su texto, los anticapitalistas instaban al Govern a "dar por acabada y cerrada la actual fase de la mesa de diálogo" y dirigirse antes de final de año en la ONU, la Comisión Europea y el Consejo de Europa para "reclamar con urgencia una resolución democrática del conflicto", a partir de la autodeterminación y la amnistía. Los cuperos también reclamaban al ejecutivo "actuar con soberanía" para garantizar los derechos sociales de la población, no cooperar en la estabilidad de las instituciones españolas o parar la "participación y colaboración de los Mossos d'Esquadra en la represión política de los movimientos defiende de los derechos sociales, civiles y políticos". Ha recibido 9 votos a favor (los de la CUP), 93 en contra (incluyendo ERC) y 31 abstenciones, las de Junts per Catalunya.