Con el reloj electoral en marcha atrás y en plenas negociaciones de emergencia entre Junts y ERC para formar un nuevo Govern, los republicanos han cerrado este sábado un ejecutivo con los comunes y la CUP. No ha sido, sin embargo, para gobernar a la Generalitat, sino para ampliar el gobierno del Ayuntamiento de Tarragona.
Hasta ahora, el ejecutivo, liderado por el alcalde Pau Ricomà (ERC), estaba formado por 7 miembros de ERC y 2 de los comunes. Ahora, también se añadirán las dos concejalas de la CUP, que han explicado que han pactado un acuerdo programático que llega después de semanas trabajando en este acuerdo.
Así pues, Eva Miguel e Inés Solé (que ha entrado en el lugar de la ahora diputada en el Parlamento Laia Estrada) pasarán a formar parte del gobierno tarraconense. El acuerdo programático, que no ha sido aceptado por Junts por Tarragona, se presentó ayer tarde a en Común Podemos a fin de que lo puedan debatir en su próxima asamblea.
Según las formaciones, con la ampliación del ejecutivo municipal "se quiere fortalecer el cambio que las formaciones propusieron por Tarragona desde el inicio de este mandato". "Esta incorporación permitirá sumar esfuerzos y fortalecer el gobierno municipal para seguir trabajando en el programa transformador por la ciudad", ha destacado a la CUP.
Negociaciones atascadas a la Generalitat
Cuando se cumplen exactamente tres meses de las elecciones catalanas, los principales implicados en la negociación para evitar que se repitan trabajan contra cronómetro -de doce días- para encontrar la solución definitiva para investir Pere Aragonès y que Catalunya disponga, después de más de medio año, de un gobierno en plenas funciones. Los contactos, aunque no sean públicos, no han cesado, según confirman fuentes conocedoras de la negociación.
De puertas afuera, las posiciones están enrocadas. Aparcado el gran obstáculo sobre la hoja de ruta independentista y el Consell per la República, que Junts se ha avenido a discutir al margen de la investidura y el acuerdo de gobernabilidad, ahora el pulso se concentra en la forma que tendrá que tener el nuevo gobierno. Esquerra Republicana ha guardado en el cajón la opción de repetir la coalición con Junts de manera inmediata e insiste en un gobierno en solitario. Los republicanos aseguran haberse sentido estafados a lo largo de estos meses de negociación y ahora reclaman a Junts que primero invistan y después ya hablarán de una hipotética integración al gobierno. Por el contrario, los de Puigdemont y Sànchez sólo están dispuestos a hacer a Aragonès presidente si cuenta con ellos al ejecutivo ya desde el principio.