La reforma de la ley mordaza se mantiene viva en el Congreso de los Diputados, y se debe a Esquerra Republicana. A través de sus votos favorables en una ponencia sobre la llamada formalmente ley de seguridad ciudadana, la reforma se dirigirá ahora a la comisión de la cámara baja. Los republicanos, sin embargo, se han distanciado de esta manera de Junts y Bildu, por las enormes divergencias que hay en materia de represión policial entre las diversas formaciones. El voto a favor de los republicanos ha puesto de manifiesto que hay diferencias dentro de los socios de la investidura en la manera de encarar la reforma de una de las leyes más polémicas que aprobó el PP de Rajoy.
Se han celebrado ya varias ponencias a puerta cerrada sobre la ley mordaza, sin que se hubiera llegado nunca a un acuerdo. El motivo es que las diversas formaciones que participan en estas reuniones tienen puntos de vista diversos en elementos como la desobediencia y las faltas de respeto a la policía y las devoluciones en caliente de inmigrantes en la frontera. Y, diez años después de que el Parlament decidiera prohibir en Catalunya las pelotas de goma, el Congreso todavía se mantiene atascado en esta cuestión.
Los socios de investidura, pues, no se han puesto de acuerdo en esta cuestión; a pesar de la intención del PSOE y Unidas Podemos —con colaboración del PNV— de presentar textos alternativos que acerquen las otras formaciones a sus postulados iniciales. No obstante, Esquerra Republicana ha dado luz verde a llevar la ley a la comisión, con la esperanza de que los socialistas se "muevan" y consigan llegar a un pacto más adelante. Ahora bien, la diputada republicana María Carvalho ha insistido en que hay que eliminar ya del territorio español las pelotas de goma porque "matan".
El argumentario de Bildu se ha mantenido en la misma línea que el de Esquerra Republicana. Ahora bien, el diputado Jon Iñarritu ha dejado bien claro que su formación ha apostado en todo momento por mantener la cuestión en las ponencias de puerta cerrada, y no elevarlo a la comisión pública. Hay que destacar que si no se llega a ningún acuerdo en la comisión, el texto morirá; y acabará su trámite parlamentario, teniendo que empezar otra vez desde la casilla de salida: la ponencia.
Tanto Bildu como Junts per Catalunya consideran que si no se modifican los artículos relativos a las pelotas de goma, la desobediencia, resistencia y devoluciones en caliente, el "corazón" de la ley mordaza mantiene su latido. Es decir, que se mantiene la actitud represiva del estado español. Ambas formaciones consideran que es insuficiente mejorarla solo un poco.
Los argumentos de los defensores de la reforma
Los argumentos que utiliza el PSOE para defender una reforma de la ley mordaza menos ambiciosa tienen que ver con encontrar un "equilibrio" entre los derechos y libertades de los españoles y la "seguridad jurídica" de los policías. Así se ha expresado este miércoles David Serrada cuando ha acabado la ponencia. De hecho, los socialistas han mostrado su comprensión hacia los sindicatos policiales que se han mostrado contrarios a la reforma de la ley.
Unidas Podemos, por ejemplo, se escuda en el hecho de que con los acuerdos a los cuales ya se han llegado con las diversas formaciones quedaría una ley "en que no tiene nada que ver con la de Rajoy". Ha señalado también que las sanciones que habría ahora para los manifestantes serían "progresistas". Ahora bien, ha reconocido que hace falta "objetivar" en qué se traduce la oposición corporal a las tareas de los agentes de policía y poner de manifiesto que las faltas de respeto se tienen que contraponer al debido respeto a la libertad de expresión".
Aunque el PNV ha reconocido que ahora hay más riesgo de que la reforma no prospere, ha asegurado que se han producido "aproximaciones" entre las diversas posturas, un hecho que, en opinión del diputado vasco Mikel Legarda, facilitará un acuerdo final entre las fuerzas progresistas.