El 12 de marzo se tiene que constituir el nuevo Parlament de Catalunya. A partir de entonces, en diez días hábiles tiene que celebrarse la primera sesión de investidura. Históricamente las dos votaciones han ido ligadas y se han negociado conjuntamente el reparto de sillas en la mesa y la presidencia de la Generalitat y posterior formación de gobierno. El ritmo de las conversaciones que ha puesto en marcha Esquerra Republicana va más lento de lo previsto, justo este lunes completará la primera ronda de contactos con los partidos con quien aspira a formar gobierno, Junts, CUP y En Comú Podem.
En la sede de Calabria se resisten a aceptar que esta combinación de lo que denominan "Govern del 3-O" es imposible e insisten en que hasta el 12 de marzo "hay margen": Así lo ha afirmado este lunes Marta Vilalta. Ahora bien, lo cierto es que los republicanos lo tienen difícil, si nos fijamos en las condiciones que públicamente han fijado los actores implicados. Esta mañana, los comunes han dejado claro que para plantearse cualquier tipo de alianza hace falta que, antes, ERC descarte de la ecuación a Junts per Catalunya. Y los de Puigdemont valoran como inviable una coalición con ECP si los de Albiach no compran una agenda netamente independentista.
Aunque las líneas rojas son claras, los de Junqueras afirman que "las reuniones van bien" e insisten "en que todo el mundo se deje de vetos y los intereses partidistas". La portavoz del partido, que forma parte del comité negociador de los republicanos, no tira la toalla (de momento): "No lo damos todavía por imposible".
Segunda ronda
Este lunes, ERC cierra la primera fase de las conversaciones con una reunión con los comunes. La semana pasada ya se vieron primero con la CUP y después con Junts per Catalunya. Sobre la demanda de los de Colau de dejar fuera a Junts, Vilalta ha evitado concretar si se plantean la posibilidad de excluir al partido de Puigdemont del nuevo Govern. "No descartamos a nadie. Nosotros no ponemos vetos a nadie".
Durante los próximos días, se intensificarán los contactos. El comité negociador de ERC se volverá a reunir con todos los partidos implicados para tratar de desencallar un acuerdo, de momento, imposible.
Este fin de semana, la CUP celebra un consejo político durante el cual, entre otros puntos, tendrá que decidir si quiere entrar a formar parte del nuevo Govern o no. ERC se ha comprometido a trasladar a los anticapitalistas un documento de mínimos para que puedan afrontar el debate interno.
El debate sobre orden público
Los disturbios que se han ido encadenando noche tras noche, a lo largo de la semana pasada, se han colado de lleno en las conversaciones para hacer gobierno de la mano de la CUP. Los anticapitalistas han situado como condición para seguir las negociaciones, que se disuelva la brigada antidisturbios del cuerpo de Mossos d'Esquadra, que se eliminen las balas de foam y que dimita el conseller de Interior.
Sin entrar en los detalles, todos los partidos implicados han asumido que hace falta una revisión del modelo de orden público. En este sentido, ERC se inclina por trasladar este debate al Parlament, en una comisión, para no tomar decisiones precipitadas, una vez haya arrancado la nueva legislatura, ya que entienden que es "el marco más adecuado".