El soberanismo contenía el aliento reunido frente a las puertas del Tribunal Supremo este jueves ante la citación de los miembros de la Mesa –la presidenta del Parlament Carme Forcadell, los diputados de Junts pel Sí, Lluís Maria Corominas, Lluís Guinó, Anna Simó, Ramona Barrufet y el de CSQP, Joan Josep Nuet– avistando la esperanza de que el juez Pablo Llarena no decretara nuevos encarcelamientos, después de la decisión de la jueza Carmen Lamela en la Audiencia Nacional de aprisionar cautelarmente al vicepresident Oriol Junqueras y otros siete consellers la semana anterior.
El líder de En Comú Podem Xavier Domènech tachaba la decisión de "desproporcionada e injusta" insistiendo en que la crisis catalana "no puede tener una solución penal". Domènech era especialmente duro exigiendo al ejecutivo de Mariano Rajoy la excarcelación del Govern destituido. "Aquellos que han aplicado el artículo 155, si quieren que las elecciones convocadas para el 21 de diciembre tengan unas mínimas garantías democráticas –ha señalado– se tiene que proceder a la liberación de los presos para poder afrontar un debate democrático", sentenciaba el candidato ante las puertas del Tribunal.
Se sumaba a sus palabras la coordinadora del PDeCAT Marta Pascal, quien se decía confiada y esperanzada de que no se repitiera la medida cautelar de la semana anterior, precedente que ha tachado "de horroroso". En este punto, decía esperar que "el sentido común y la democracia" se impusieran, a pesar de reconocer que efectivamente existía tal posibilidad. Precisamente, lo acompañaban el exportavox del partido Francesc Homs, inhabilitado por el tribunal debido a la consulta del 9-N, el portavoz en el Congreso Carles Campuzano, el portavoz en el Senado Josep Lluís Cleries y Miquel Buch.
Por el lado de ERC, se aplegaban las diputadas en el Congreso Ester Capella y Teresa Jordá, además del representante en el Parlament Roger Torrent. "Es la prueba de fuego, del algodón, del sistema judicial español. Queremos que se haga justicia, ya que los miembros de la Mesa no han hecho nada y por tanto esperamos puedan volver a casa con nosotros" se reafirmaba Torrent, quién hablaba de "juicio político". Si bien, estaba rodeado de un centenar de personas concentradas con esteladas que cantaban, en castellano y en catalán, "Madrid está con el pueblo catalán", "Presos políticos, libertad" o "No estáis solos".
La CUP, a su vez, estaba representada por Mireia Boya y Gabriela Serra. Serra pedía que la libertad y la justicia se aplicaran "de forma justa" y "con independencia del poder político y benignidad, que haya justicia", demandaba. Así las cosas, la cupaire reconocía que existía la posibilidad de prisión cautelar. "Sería absurdo pensar que eso es un paseo. Es una comparecencia que puede acabar con que se les retenga. Esperamos que no, no es la misma catadura del juez. Y sólo permitieron que hubiera un debate político en el Parlamento, que está para parlamentar", zanjaba.