Como manda la tradición, hoy tocaba épica, para dejar el listón arriba y acabar de despertar al electorado. Para compensar el vacío forzoso de los mítines de esta atípica campaña pandémica, Esquerra Republicana ha volcado sobre el escenario de las Cotxeres de Sants toda la artillería. Además del candidato, han estado todos los presos y exiliados del partido: Marta Rovira, Meritxell Serret, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Raül Romeva y Oriol Junqueras. El mensaje, que hay concentrar el voto soberanista en ERC "para evitar que gane la dictadura del 155", pero también para garantizar que la salida de la crisis la lidere un president que además de independentista sea progresista y de izquierdas. Lo ha sintentizado el candidato Pere Aragonès con un ruego, "que ningún voto independentista ni de izquierdas se quede en casa".
Gracias a la concesión del tercer grado penitenciario, los republicanos han podido contar desde el primero y hasta el último día de la campaña con su joker. Que la presencia de Junqueras ha sido revulsiva es evidente. Falta para ver si habrá sido suficiente como para alcanzar el objetivo de convencer a perezosos e indignados de que el domingo no se queden en casa y para seducir a los votantes dudosos entre votar a ERC o algún otro partido. "Somos los que nunca se cansan, ni se rinden, ni abandonan y siempre están de pie en la lucha", ha gritado el exvicepresident. "Si nosotros no nos hemos rendido a las prisiones, menos os tenéis que rendir vosotros en las urnas", ha rematado.
Aragonès le ha tomado el relevo prometiendo "una República para todo el mundo", poniendo el énfasis en la voluntad de ERC de presentar su programa independentista como un proyecto inclusivo que, como reza su eslogan, tiene que servir para estar Al lado de la gente, potenciando políticas de izquierdas, trabajando "por las escuelas y los hospitales públicos de calidad" y no para perpetuar los modelos que privatizan".
Haciendo gala de su condición de historiador, Junqueras ha puesto el retrovisor para reivindicar el papel de ERC a lo largo de la historia y recordar es el partido que "trajo la República el 14 de abril de 1931, que defendió las calles de Barcelona el 19 de julio del 36, que lucharon contra el nazismo y el fascismo en Europa y que siguieron defendiendo la independencia cuando no la defendía nadie", incluso cuando era "el único partido ilegalizado por el régimen del 78".
Al PSC, ni agua
Ni habiéndolo repetido hasta la saciedad, ni siquiera después de haberlo dejado firmado por escrito, los republicanos han conseguido sacarse de encima el estigma del tripartito. Blandir la sombra de un pacto de los republicanos y los socialistas ha sido una de las principales armas que Junts ha utilizado para minar la confianza del electorado de ERC.
Una vez más, Aragonès ha salido al paso de esta acusación. "Somos gente de palabra, decimos, hacemos y repetimos lo mismo". Y, sin mencionarlos, ha lanzado el dardo menos sutil de la noche a los socios de Junts per Catalunya: "No sólo no tenemos ningún caso de corrupción ni nos hemos cambiado el nombre".
Asimismo ha advertido a Salvador Illa, que ha invitado a los catalanes a pasar página" que "aquí no se ha terminado nada", sino que "este pueblo continuará la lucha por la libertad".
Llamada a llamada
La implicación de Junqueras con la campaña de su partido ha ido más allá de la luz de los focos. Desde el primer día que salió por la puerta de Lledoners, el presidente de los republicanos se ha arremangado para captar el voto llamada a llamada. Ha hecho centenares.
El líder de ERC ha adaptado el famoso puerta a puerta al contexto de pandemia, aprovechando cada tiempo muerto para picar piedra a través del teléfono. Junqueras ha ido a buscar a los indecisos a través del hilo telefónico, llamando a números aleatorios para persuadir a los que todavía no tienen claro qué opción escoger este 14-F. Sólo este viernes ha contactado a una cincuentena de personas.
En paralelo, este viernes, Junqueras, Rovira y Aragonès han hecho pública una carta dirigida en la gran bolsa de indecisos que pronostican las encuestas, en torno a un 30%. A la dirección de ERC entienden que este grupo tendrá la llave para decantar la balanza hacia uno de los tres partidos que, según todos los sondeos, podrían ganar las elecciones: ERC, Junts o PSC.