Largos aplausos en el consell nacional de Esquerra Republicana al entrar el flamante vicepresidente de la Generalitat y conseller de Economia, Oriol Junqueras. También se ha aplaudido al nuevo presidente, Carles Puigdemont, cuando se le ha mencionado. Pero el protagonismo, sin embargo, recaía sobre la secretaria general, Marta Rovira, el único peso pesado del triunvirato ejecutivo que no simultanea la jerarquía partidaria con un cargo de gobierno. Además del presidente de la formación, Oriol Junqueras, el secretario general adjunto, Lluís Salvadó, ha sido nombrado secretario de Hisenda del Govern, al que también se incorpora el presidente del consell nacional, Josep Maria Jové.
La misma Rovira ha abierto el cónclave republicano –y no Junqueras– para visualizar este nuevo reparto de papeles.
“Hace apenas una semana el acuerdo sólo era una cuestión de probabilidades”, ha arrancado la secretaria general. Ha expuesto en tono enérgico que defenderán los intereses de todos los ciudadanos y no sólo de los independentistas pero ha manifestado que eso sólo podrá hacerse “superando las limitaciones autonómicas” y, así, “estaremos a la altura de la ciudadanía”.
Como ejemplo de esta actitud, ha dicho que “el mandato que tenemos sobre la mesa es para hacer un decreto para luchar contra la pobreza energética” uno de los instrumentos “útiles” para los ciudadanos. La única manera es, a su criterio, “haciendo la independencia”.
País limpio
Ha pedido a todos los miembros del partido que construyan un “país limpio” a través de los valores republicanos. “No queremos personas dominadas ni instituciones secuestradas”, ha puesto de relieve, al mismo tiempo que ha explicado que, para que sea así, “el poder tiene que estar muy bien distribuido”.Rovira ha explicado que en la República “no caben tratos de favor ni corrupción” y ha manifestado que “la mejor manera de trabajar para uno mismo es trabajar para el bien común”. Para hacerlo, ha puesto sobre la mesa los valores republicanos: sabiduría, generosidad y bastante interior.
Su petición más relevante ha sido “ratificar el compromiso ético que tenemos con la política” y lo ha pedido, en especial, a “aquellas personas que hace unos días asumisteis cargos públicos”.
En el consell nacional se pudo ver a los consellers de Salut, el independiente Toni Comín; de Justícia, Carles Mundó, y la consellera de Agricultura, Meritxell Serret.
Este compromiso está compuesto por once puntos, entre los cuales destacan “actuar con lealtad y servicio a la ciudadanía”, “respetar los derechos humanos” o “garantizar un buen funcionamiento y eficaz de la administración pública”.