A ambos lados coinciden en señalar que la mayor parte del acuerdo ya está prácticamente hilvanado, sobre todo con respecto al programa. El empuje final para la investidura de Pere Aragonès, sin embargo, se resiste por la distancia estratégica que todavía separa Esquerra Republicana y Junts per Catalunya y con el reparto de carteras todavía pendiente. La comparecencia que el líder de los junteros, Jordi Sànchez, ha hecho este viernes por la mañana ya ha tenido la correspondiente reacción por parte de los republicanos, que según informan en este diario, ya se han puesto en contacto con ellos para acelerar la negociación.
Fuentes del partido de Junqueras explican que vista "la predisposición que ha mostrado hoy públicamente Junts" les emplazan a cerrar el acuerdo en las próximas horas. Nada que no hayan dicho desde hace semanas. Ahora, sin embargo, con el aliciente que quien lleva la voz cantante de la negociación por la parte de Junts ha confirmado que "las conversaciones avanzan satisfactoriamente".
Aragonès modifica su agenda
Según ha podido saber ElNacional.cat, Pere Aragonès ha anulado el acto que tenía previsto celebrar esta tarde como vicepresident, una visita a un instituto de Barcelona al lado del conseller de Educación. Fuentes de vicepresidencia explican que la agenda del líder de ERC se ha modificado, sin concretar si es para reunirse con Junts, aunque sí apuntan que vista la rueda de prensa de Junts, para ellos sería ideal cerrar el acuerdo ya este viernes. Jordi Sànchez está hoy de permiso penitenciario.
El mejor de los escenarios con el cual trabaja ERC -que es que haya entendida- sitúa como imprescindible que se pueda anunciar ya un principio de acuerdo antes del domingo, de manera tal que Junts pueda someterlo a votación de su militancia la semana entrante. En paralelo, hará falta un margen de tiempo para acabar de encajar lo que pacten los futuros socios de gobierno con el documento que los republicanos sellaron con la CUP. En este sentido, confían en que no será necesario que los anticapitalistas vuelvan a celebrar una asamblea para ratificar el acuerdo, porque lo que se firme con Junts no modificará sustancialmente lo que se ha cerrado con los cupaires.
Una vez se haya hecho todo este trabajo, quedará todavía la preceptiva ronda de contactos en que tiene que convocar a la presidenta del Parlamento con los líderes de todos los grupos parlamentarios. Será a partir de entonces que podrá convocarse oficialmente el pleno de investidura. Será el tercer intento de Aragonès, después de dos votaciones fallidas -provocadas por la abstención de Junts- a finales de marzo.
A pesar del positivismo de Sànchez de este viernes, desde de ERC admiten que no las tienen todas. El desacuerdo sobre el poder que tendrá que tener el Consell per la República sigue vivo. Junts quiere que sea el marco donde actúe la nueva comandancia del procés, en cambio ERC pide que las decisiones se tomen de manera autónoma al ente dirigido desde Waterloo.
A primera hora de la mañana Marta Vilalta, secretaria general adjunta y miembro del equipo negociador, ha lamentado que intuyen que hay una parte de Junts que prefiere ir a elecciones. Un extremo que Sànchez ha reducido a posicionamientos personales pero no de la ejecutiva del partido.
Por si acaso, en ERC se guardan la carta de gobernar en solitario. Una propuesta que recuerdan que nació del propio Jordi Sànchez. El aval de Junts seguirá siendo indispensable si se acaba optando por esta alternativa.
En la imagen principal, Aragonès y Sànchez. / ACN