El debate por un posible relevo de Laura Borràs se calienta. Una vez ha finalizado el juicio a la presidenta suspendida del Parlament, y mientras se espera la sentencia, los partidos ya empiezan a enseñar sus cartas. Pero ERC evita, hoy por hoy, pronunciarse tajantemente. Los republicanos andan con pies de plomo para no condenar Borràs antes de que lo haga la Justicia. Y así lo ha evidenciado este lunes la portavoz del partido, Marta Vilalta, que se ha limitado a decir que se esperarán a "ver la sentencia por si hay que tomar decisiones políticas al respecto". "Estudiaremos la situación cuando se dé el caso, de que no es ahora", ha aclarado.

Sí que ha ido más allá para avanzar que, si se da el escenario en Laura Borràs es inhabilitada, la presidencia recaerá definitivamente en un grupo independentista. ERC ya ha acordado hablar "a fondo" en los próximos días con Junts sobre esta cuestión, y ha dejado claro que toda conversación pasará por garantizar la presidencia independentista de la cámara. "Puede haber una oportunidad para rehacer acuerdos y rehacer la mayoría independentista", ha dicho. "ERC siempre trabajará para superar retos y rehacer acuerdos cuando sea posible". En todo caso, Junts y la CUP serán los "socios prioritarios" en esta negociación, y los únicos candidatos posibles. "A la espera de la sentencia a Laura Borràs, imaginamos que la presidencia tendrá que recaer en alguien de la mayoría independentista", ha recalcado. "Eso deja fuera del PSC".

 

Ahora bien, la portavoz no ha aclarado si eso quiere decir que los juntaires podrán mantenerse al frente de la cámara, o si los republicanos exigirán el cargo, como se había intuido después de las declaraciones de Pere Aragonès de la semana pasada. El jefe del ejecutivo dio por superado el pacto de investidura ERC-Junts que había repartido la presidencia de la Generalitat y del Parlament, asegurando que los exsocios "decidieron romper este acuerdo saliente del Govern". Las palabras de Marta Vilalta han abierto la puerta para que Junts mantenga el principal cargo de la cámara. Pero también ha habido espacio para los reproches hacia los juntaires, recordando que la situación actual de interinidad se habría podido evitar si hubieran relevado Borràs antes del juicio.

Polémica con el PSC

Por otra parte, los republicanos también se han pronunciado sobre el debate abierto que mantienen con los socialistas por el plan piloto de la Renta Básica Universal. A pesar de evitar las referencias a esta iniciativa a los presupuestos, ERC incluyó una referencia a la ley de acompañamiento de las cuentas. Pero el viernes pasado, durante la comisión de Economía, el PSC y Junts se aliaron para eliminar este punto a través de una enmienda. Marta Vilalta ha recordado que las dos partes pactaron que no se alteraría el contenido del texto. "Los acuerdos están para cumplirlos", ha subrayado.

Es por eso que ERC quiere mantener contactos con el PSC a lo largo de esta semana para "revertir la decisión", aunque los de Salvador Illa ya dejaron claro que no retrocederían. En todo caso, la portavoz no ha avanzado escenarios sobre los cuales podía pasar si los socialistas no se mueven, pero ha presionado a través de la retórica. "Lamentamos esta alianza socioconvergente que solo sabe bloquear las medidas transformadoras", ha lanzado. "No podemos utilizar los presupuestos como una herramienta electoralista, no es responsable jugar con las vidas de la gente".

Uno 'no' a la reforma del 'sí es sí'

Y sobre la última polémica que sacude la política estatal, que es la voluntad del PSOE de reformar la ley del 'sí es sí' sin el apoyo de Unidas Podemos, ERC también ha dejado claro que posiciona al lado de los lilas. Marta Vilalta ha advertido al PSOE que "no se puede devolver atrás" con esta ley, y lo ha acusado de "recortar" los derechos de las mujeres dejando el consentimiento fuera del centro de la legislación. "El PSOE no puede hacer ver que abandera el feminismo y después pactar una de las leyes más importantes con la derecha más retrograda del PP y Vox". Si los socialistas no llegan a un acuerdo de última hora con sus socios de coalición, los republicanos ya han dejado claro que votarán en contra.