83 días después de haber empezado a negociar, Esquerra Republicana se ha hartado de esperar el acuerdo con Junts per Catalunya y tira millas con la apuesta de construir un gobierno en solitario. Así lo ha anunciado Pere Aragonès desde la sede del partido, constatando que "no hay predisposición" por parte de los junteros y que, pasado todo este tiempo, "se han evidenciado las enormes dificultades para generar consensos y confianzas". Instantes antes de su comparecencia ante los medios, se lo ha comunicado a Jordi Sànchez.
Escudado por los cabeza de lista de ERC y parte del equipo negociador, ha lamentado que Junts se ha mantenido inamovible en los puntos primordiales, el sustancial, la hoja de ruta estratégica. Y ha insistido en que no está dispuesto a aceptar tutelas. "Con la presión de una repetición electoral no podemos seguir negociando porque el acuerdo sería malo, duraría muy poco", es la lectura del jefe de filas republicano. En este sentido, recuerda que quien primero puso sobre la mesa la posibilidad de que Junts se quede fuera del ejecutivo fue el propio Jordi Sànchez. Ahora le insta a "cumplir su palabra".
En caso de que siga adelante este escenario, ERC mantendrá abierat la voluntad de negociar con Junts -como también con la CUP- para ver si en un futuro es posible incorporarles en el gobern. La prioridad, ahora, es que el ejecutivo comience a rodar y deje de estar en funciones tras siete meses.
La tutela que lo rompe todo
Si las conversaciones con Junts han fracasado es, como ha explicado Aragonès, por la insistencia de los de Puigdemont de que el Consell per la República sea quien pilote la hoja de ruta independentista. El presidenciable ha compartido la última propuesta que han hecho llegar los junteros, esta misma mañana.
Según ha afirmado, pasaba por que el ente con sede en Waterloo fuera quien decidiera la relación del Govern de la Generalitat con el Estado, así como los votos de los grupos parlamentarios en Madrid. "Si un órgano dice qué debe hacer el govern, esto es una tutela", ha criticado Aragonès. Y ha añadido que "el govern de Catalunya no es un gerente o un gestor".
Sànchez, la gota que tira el vaso
La situación se precipitó este viernes por la tarde. Habiendo seguido con atención la comparecencia de Jordi Sànchez, Aragonès decidió apretar el acelerador. Al mediodía, el vicepresidente en funciones vació su agenda, anulando los actos institucionales que tenía previstos y solicitó una reunión con el líder de Junts, aprovechando que se encontraba de permiso penitenciario. Sànchez, sin embargo, declinó la invitación de que tenía llenas las pocas horas fuera de la prisión que le quedaban.
Esta fue la gota que hizo tirar el vaso de la paciencia de los republicanos. Aragonès, coordinador general del partido y candidato a la presidencia, convocó de urgencia a la ejecutiva del partido, con quien ha compartido el mensaje que ha trasladado posteriormente.
En los próximos días, pedirá formalmente a la presidenta del Parlament, Laura BVorràs, que inicie la ronda de consultas con los grupos parlamentarios previa a la convocatoria de la sesión de investidura. Será el tercer intento de Aragonès de ser proclamado president. La fecha límite, el 26 de mayo.
En la imagen principal, Aragonès escudado por los principales dirigentes del partido. / M. F