Cada movimiento que hace uno de los dos socios del Govern de la Generalitat despierta automáticamente las suspicacias del otro. Que las relaciones no pasan por su mejor momento es una evidencia manifiesta, pero Junts per Catalunya y Esquerra Republicana están condenados a entenderse todavía durante unos meses más, por lo menos hasta la aprobación de los presupuestos. El president Quim Torra quiere capitanear esta recta final de la tramitación presupuestaria y ha pedido al vicepresident Aragonès ser él quien abra mañana miércoles el habitual debate a la totalidad de las cuentas en el Parlament. Fuentes de ERC aseguran a ElNacional.cat que han accedido por "cortesía", pero que les ha "sorprendido" la petición, que califican de excepcional.
El primer escollo que tienen que superar los presupuestos en el Parlament es lo que se conoce como debate a la totalidad. Una sesión durante la cual acostumbra a ser el conseller de Economía quien defiende sus números y la oposición decide si permite que continúen su camino hasta la aprobación definitiva o, por el contrario, los tumban ya de entrada. President y vicepresident han acordado en una conversación esta mañana que durante el pleno de este miércoles será Quim Torra quien hará la exposición inicial a favor del proyecto de presupuestos de su gobierno. Así lo ha solicitado él mismo a Aragonès, que después de la intervención del president, tomará la palabra para entrar al detalle de los números.
Fuentes de presidencia explican que es perfectamente normal que sea así, teniendo en cuenta que ha sido el propio president que ha decidido aplazar el adelanto electoral con el único objetivo de salvar los presupuestos. Si esta es la prioridad, aseguran, es lógico que Torra se ponga al frente. De hecho, recuerdan que hace un año, ya fue así. Entonces, sin embargo, no se trataba propiamente de un debate a la totalidad, sino de la presentación del anteproyecto de ley de presupuestos. Una fórmula que idearon JxCat y ERC para no iniciar oficialmente el trámite por la aprobación de unos presupuestos que sabían que no prosperarían porque no tenían apoyo suficiente. Aquel día, como mañana, Torra hizo una introducción de cariz más político y posteriormente Aragonès concretó la letra pequeña.
En vicepresidencia consideran que ahora "la situación es distinta" y confiesan haber recibido con incomodidad la propuesta del president -así lo trasladan a este diario-. Aseguran que éste no es el procedimiento habitual, según el cual corresponde al conseller la defensa de los presupuestos que ha elaborado su departamento.
Los republicanos no esconden que el movimiento les huele a chip de precampaña y se muestran contrariados por el hecho de que Torra quiera capitalizar un éxito que reivindican como propio, que es haber conseguido convencer a los comunes para aprobar las cuentas. En cualquier caso, han preferido no hacer batalla. "Nos creemos aquello que decimos, que entre partidos independentistas no nos podemos poner el dedo en el ojo", afirman. Este mismo lunes, la portavoz y secretaria general adjunta de ERC emplazó públicamente a Junts per Catalunya a abandonar "la espiral de reproches".