La experiencia que vivió los primeros meses de la pandemia el president Quim Torra encerrado en la Casa dels Canonges mientras Catalunya se adentraba en uno de los agujeros más oscuros de una crisis sanitaria mundial ha quedado recogido en un libro titulado Les hores greus. Dietari de Canonges (Símbol Editors) Pero el libro no se limita a la crisis del coronavirus. Después de tres años al frente de la presidencia de la Generalitat, el relato va más allá de la pandemia, para abordar algunas de las dificultades con que ha tropezade su mandato y la relación con sus compañeros de gobierno.

El periodista Antonio Baños se ha encargado de la presentación en un acto a la librería Ona, que ha arrancado con las vivencias más personales de aquellos días aislado en Canonges: las reuniones de presidentes autonómicos; la expresión de la presidenta madrileña, Isabel Ayuso, "se nos mueren por minutos" y la imagen que aquella ola llegaba a Catalunya; y sobre todo la no respuesta del presidente español, Pedro Sánchez... "Sabíamos que a cada hora que no tomábamos decisiones o tomábamos decisiones que no eran correctas tendría unas consecuencias terribles" ha relatado durante la presentación dónde ha admitido que se planteó cerrar la frontera y ha tildado de "nefasta" la gestión del ministro Salvador Illa.

 

Quim Torra durante la presentación en Barcelona de 'Les hores greus. Dietari de Canonges' / EFE

"No me enfrenté como era necesario"

Pero la presentación del libro ha servido también para dar repaso de la legislatura. El primero y gran impacto, el 29 de enero del 2018, cuando, confiesa, se fue a dormir convencido de que al día siguiente se investiría el president Carles Puigdemont -al cual había escrito el discurso-, pero finalmente el responsable de la Cámara catalana, Roger Torrent, suspendió aquel pleno. "No puede ser esto. Por favor, un poco de rigor. Los acuerdos se tienen que cumplir", ha exclamado comparando aquel momento, en que descubrió la realidad de la legislatura que se ponía en marcha, con el episodio en qué "Obélix cae a la marmita".

Torra admite que no pensaba que fuera así como iban las cosas, explica la soledad de muchos momentos, y confiesa que quizás no tuvo "la fuerza" de enfrentarse. "Delante de lo que veía, las desconfianzas y las luchas permanentes quizás no me enfrenté con la fuerza que hacía falta", ha admitido, a pesar de asegurar que era "muy duro" comprobar las "batallas inútiles" que se fueron produciendo en lugar de cumplir con el mandato electoral "clarísimo de avanzar en la independencia".

"Me decepciono Aragonès"

Pero ahora, descargado de su responsabilidad, el president no ahorra las críticas a sus socios de ERC. También al vicepresidente, Pere Aragonès. "Me decepciona, en todas las reuniones tiene siempre un papel pasivo, ausente, sin intervenir. Normalmente en cada reunión le acabo preguntando si tiene algo que añadir. No pasa nunca", asegura en referencia a Aragonès en el libro.

Durante la presentación se ha declarado decepcionado por no haber podido empujar el proceso de independencia. Con todo, considera que la pandemia fue la gota que ha demostrado la necesidad de hacerla posible. "Si ya veníamos desnudos de casa, con esta autonomía, la tragedia que vivimos, ya no sé qué más nos puede pasar para que nos demos cuenta de que sin las herramientas de un Estado, las decisiones que no puedes tomar afectan a la vida de la gente", ha subrayado.

El libro del president Quim Torra, 'Les hores greus. Dietari de Canonges'. / ACN

Dosificar los llantos

El libro, escrito en forma de dietario, está hecho a partir de la transcripción de las notas que Torra fue tomando aquellos días encerrado en Canonges, y asegura que no tiene ninguna intención de ajustar las cuentas. Se trata también de un texto muy personal donde confiesa las lágrimas en la soledad del edificio gótico, los momentos de ruptura y los consejo de una psicóloga: "dosificar los llantos".

 

En la imagen principal, Quim Torra y Antonio Baños, ex diputado de la CUP, durante la presentación del libro / EFE