La toma de posesión de Pere Aragonès, este lunes en el Palau de la Generalitat, tuvo una fuerte carga simbólica. El acto, celebrado en el patio de los Tarongers, estuvo marcado por varios gestos que el 132è president hizo, entre otras cosas, para homenajear a los servicios de emergencias y de seguridad que se han dejado la piel durante la pandemia pero también para recordar al president Companys, del mismo partido que Aragonès.

La interpretación del himno nacional también sufrió este "simbolismo" y la intérprete cambió parte de la letra d'Els Segadors para incluir "segadoras" y "defensoras" de la tierra.

Un detalle que pasó desapercibido

Pero hay un detalle que pasó desapercibido y que también tiene un fuerte simbolismo. Como es habitual, el cuerpo de los Mossos d'Esquadra desplegó, en el patio de carruajes del Palau de la Generalitat de Catalunya, el escamot de gala del cuerpo. La Guàrdia d'Honors, comandada por el intendente Guillot, formó para recibir a la mayoría de invitados.

Pero tal como se puede ver en las imágenes de la entrada de los invitados, la primera fila de este pelotón está formada completamente por agentes femeninas. Un gesto más, en un acto lleno de símbolos.

Las armas largas desaparecieron

Pero este gesto, que parece reflejar lo que marca el acuerdo de Govern entre Esquerra y Junts per Catalunya, que dice, textualmente, que hay que "feminizar" el cuerpo de los Mossos d'Esquadra, no fue el único. Hay otro que llama más la atención y es la desaparición de las armas largas.

 

El pelotón de gala formó, en un primer momento, tal como se hace habitualmente, con los fusiles máuser que marca el protocolo. Con estas armas los agentes de este pelotón rindieron honores al jefe del cuerpo, el major Trapero, a su llegada a Palau. También se pudo ver a los agentes con estas armas cuando accedió al Palau el entonces todavía conseller de Interior, Miquel Sàmper. Pero después las armas desaparecieron.

Cuando la presidenta Borràs accedió al Palau de la Generalitat los agentes de la Guàrdia d'Honors ya no llevaban los máuser. Con las manos colgando, los agentes se cuadraron y rindieron honores a la segunda autoridad del país sin armas largas.

 

Lo mismo se repitió con otros invitados y, finalmente, también con el president Aragonès. El 132º recibió novedades del mayor Trapero —un simbolismo, por la mala relación que existe entre el jefe del cuerpo y el partido del presidente— y después pasó revista a un pelotón de gala que no iban con las tradicionales armas.

En aquel momento nadie se podía imaginar que el primer susto relacionado con el cuerpo de los Mossos d'Esquadra que tendría Aragonès sería en menos de 24 horas, en un desalojo en la calle de Lleida de Barcelona donde la Brigada Móvil de los Mossos tuvo que dispersar a golpes de defensa policial a un grupo de personas que estaban haciendo lanzamientos de pintura contra los agentes. Lo que todo el mundo sí que prevé es que no será el último.

El presidente Aragonès entrando en Palau, con la Guàrdia d'Honors, y Guillot y Trapero a la derecha / Govern

Guàrdia d'Honors del cuerpo de los Mossos d'Esquadra

El pelotón de gala de los Mossos d'Esquadra se activa, a petición de la Dirección General de la Policía, en actos institucionales de alto nivel. La elección del presidente del Parlament, la investidura del president de la Generalitat, la toma de posesión, la imposición de la Medalla d'Or de la Generalitat, entre otros. Es una formación de honores que recluta a sus integrantes de manera voluntaria entre los agentes y mandos.