El escándalo del CatalanGate que ha denunciado el Parlamento Europeo, sobre el espionaje a políticos, abogados y periodistas catalanes y de otros países a través del programa Pegasus, ha llegado a Alemania y se ha hecho eco de ello medios destacados. El diario Süddeutsche de Munich, uno de los más importantes del país, no ha dudado a compararlo con el caso Watergate de los años 70 en EE.UU., que acabó con la carrera política de Richard Nixon. El diario recuerda que el CatalanGate sería como el "Watergate europeo", y que así lo describe la ponente del informe en el Parlamento Europeo, Sophie in 't Veld, eurodiputada liberal neerlandesa. "El Watergate es el mayor escándalo de escuchas telefónicas que ha habido en EE.UU. hasta la actualidad. Los republicanos, que estaban en el gobierno, pincharon la oficina del Partido Demócrata a principios de los años 70, durante el mandato de Richard Nixon. Ahora la tecnología para las escuchas se ha vuelto mucho más sofisticada; hoy en día hay programas que convierten el teléfono móvil en un micrófono", explica el Süddeutsche.
Siguiendo el informe elaborado por el Parlamento Europeo, el diario describe que hay cinco estados de la UE sobre los que recaen todas las sospechas: España, Grecia, Chipre, Polonia y Hungría. "El informe se centra en cinco países. Muchas empresas que producen software espía se han instalado en Chipre porque las reglas allí son relativamente laxas. Pero donde se ha utilizado ampliamente el software espía ha sido en España, Grecia, Polonia y Hungría. En España se ha actuado principalmente contra los políticos de Catalunya que hicieron campaña por la independencia; en Hungría y Polonia también se encontró software de espionaje en teléfonos de personas de la oposición y periodistas, con una vulneración flagrante de los valores europeos y de los derechos individuales de los afectados. De hecho, el uso de software espía por parte de los servicios de investigación está sujeto a reglas estrictas. Pero en algunos estados de la UE, según el informe, estas se formulan deliberadamente de manera vaga o se distorsionan de forma deliberada", apunta.
Süddeutsche remarca especialmente el silencio de la Comisión Europea sobre este espionaje, y también de los estados, como es el caso de España. Según la eurodiputada, la Comisión no ha hecho ninguna contribución significativa para aclararlo, a pesar de los informes que indican que unos 60 empleados de la Comisión fueron atacados también con software espía, entre ellos al comisario belga de Justicia, Didier Reynders. La Comisión se ha negado a proporcionar información más detallada, y ha apelado a su seguridad con el argumento de que los atacantes podrían aprender de las capacidades defensivas de la Comisión", manifiesta.
"Pero son precisamente estas capacidades defensivas las que cuestiona la eurodiputada, que es miembro del partido holandés D66. La UE se defiende de forma muy rápida cuando la amenaza viene de fuera, tanto si son noticias falsas como la amenaza de discurso de odio en Twitter. Pero la Unión Europea tiene un problema a la hora de enfrentarse a las amenazas desde dentro. "Cuando la amenaza no proviene de cualquier persona, sino de los gobiernos nacionales, de repente la Comisión considera que la defensa de los valores europeos no es una cuestión europea sino una responsabilidad nacional", dice la eurodiputada. El uso de software espía en la UE no es una cuestión nacional, sobre todo cuando las víctimas se encuentran a la Comisión y en el Parlamento y los autores están en el Consejo Europeo. La eurodiputada ha declarado al Süddeutsche que espera que las conclusiones del informe preliminar animarán a algunos estados a participar en la investigación finalmente. El informe final de la comisión está previsto para marzo", concluye.