La Caixa B de un partido y ahora la de un grupo empresarial de ocio pone en alerta el sistema público de finanzas. En una exclusiva que publica el diario Público, detalla cómo la Hacienda española omitió a los testigos de la Caja B del Grupo Cursach que le reportaban hasta 5 millones de euros mensuales en negro. Los hechos los situamos en la Agencia Tributaria balear que, a pesar de tener conocimiento de varios trabajadores del ocio nocturno relacionados con Cursach, incluido el director de salas, no vieron lo bastante relevante escucharles.
Todos ellos llegaron a denunciar ante el juez la existencia de una contabilidad paralela que permitía esconder hasta el 50% de los ingresos. Hisenda fue más allá y según un informe publicado por esta cabecera, se llegó a desacreditar el amplio atestado policial que imputaba un fraude fiscal generalizado en la empresa e hizo constar que no analizaría ninguna de las pruebas aportadas. Hacienda dio carta blanca al imperio del grupo que representa uno de los reyes de la noche en las Islas Baleares. Detrás de todo, estaba el juez Miquel Florit que exoneró el año 2018 a Bartolomé Cursach, el amo de todo, y Tolo Sbert, su mano derecha, de cualquier delito fiscal.
¿Cómo se lo hacían?
Ángel Ávila Rodríguez, exdirector de salas, explicó en su momento uno de los sistemas para derivar los dinero a negro: "El control de acceso en la sala se realiza a través de una banda magnética incluida en el ticket|tique y que lleva una numeración. Esta entrada incluye una consumición gratuita. El programa informático detectaba las consumiciones que no se habían pasado por|para el escáner magnético de la barra. Al acabar la noche, los responsables tenían que asegurarse de que todos los tickets|tiques habían pasado por este escáner o lector, con las finalidades de, por una parte control de bodega y de la otra, en caso de que esta entrada hubiera sido retirada por algún policía o inspector de hacienda".
U otro ejemplo: "La operativa más importante se produce con la llegada de la juventud el mes de junio en Mallorca, por|para viajes de estudios y mueven a 90.000 personas en un margen de unos 25 días. El 90% es facturación en dinero negro. Las noches se comercializan en paquetes de cuatro y se entregan al responsable del grupo de estudiantes y este, a su vez, recoge el dinero de su grupo y los deposita en un sobre que le ha dado la empresa Cursach y le dan el bono para las sucesivas noches. Este dinero no se contabiliza y los chicos pueden ir a discotecas como Pacha, Tito's o BCM. La cantidad vendida supera la capacidad real".
¿Quiénes son los Cursach?
Ya hace tiempo que se arrastra el escándalo y las anomalías se han sucedido. En diciembre del 2018, varios agentes de la Policía española se personaron en la delegación balear de la agencia de noticias Europa Press y en la redacción del Diario de Mallorca para requisar documentación y equipos corporativos y personales en el marco de una investigación dentro del caso Cursach, con el objetivo de determinar el origen de una filtración periodística que avanzó en primicia Europa Press Baleares.
Los agentes policiales requirieron a los periodistas información sobre las fuentes de un informe policial sobre la actividad fiscal de las sociedades del empresario del ocio nocturno Bartomeu Cursach, que se publicó aunque la pieza estaba declarada secreta. Por su parte, Cursach es un empresario rodeado por una cifra muy alta de delitos: dieciséis. A Cursach se le imputa soborno, extorsión, amenazas, pertenencia a organización criminal, delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo, tráfico de influencias, homicidio, corrupción de menores o tenencia ilícita de armas.