"L'escola no té por". Este es el lema de la manifestación que las entidades de la plataforma Somescola han convocado este sábado por la tarde en contra del "chantaje" que el gobierno español hace al modelo educativo catalán, y contra la judicialización de la educación. El pistoletazo de salida se ha dado a las 17h en Passeig de Gràcia con Ronda de Sant Pere y se ha llegado hasta el parque de la Estació del Nord. A pesar de la lluvia y el frío, la gente se ha ido agrupando en la Ronda hasta llenarla por completo, de Passeig Sant Joan hasta Pau Claris. Según la Guardia Urbana, han asistido a la manifestación 8.000 personas.
El vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ha participado en la marcha porque "de forma unitaria se tiene que dejar claro que la escuela catalana sigue un modelo cohesionador". "Que nos dejen en paz", ha sentenciado Mauri en declaraciones a la prensa al mismo tiempo que ha asegurado que la escuela no tiene miedo a los ataques del artículo 155. Finalmente, ha clamado que la escuela catalana se defenderá en las calles este sábado y "día a día en los centros educativos".
En la cabecera, acompañando a Marcel Mauri, estaba el vicepresidente de la Assemblea Nacional Catalana, Agustí Alcoberro, la expresidenta del Parlament y ahora diputada Carme Forcadell y el actual presidente del Parlament, Roger Torrent, así como representantes de diferentes partidos políticos soberanistas y de los comunes.
"Nos acusan de adoctrinamiento y nos quieren imputar delitos de odio"
"Hoy salimos a la calle para dar apoyo al profesorado; se nos ha acusado de adoctrinamiento en las escuelas". Eso es lo que ha explicado Ramon Font, el portavoz de la Unió de Sindicats de Treballadors de l'Ensenyament de Catalunya (USTEC), que ha apuntado que "los que hacen este tipo de acusaciones son los que querrían que se adoctrinara, nos acusan de delitos de odio".
En la misma línea, Font ha declarado que el otro motivo principal que les ha hecho salir a la calle es la inmersión lingüística: "Ha salido el fantasma de la casilla que supondría un desastre porque segregaría el alumnado por opciones lingüísticas". Font, que también es docente, ha expuesto que "no es motivador ver una clase de los catalanes y la clase de los castellanos. Este es un tema que ya superamos con un sistema cohesionador para que los alumnos puedan aprender las dos lenguas". El portavoz de la USTEC ha recordado que las políticas sobre educación catalana "han sido las más consensuadas de los últimos años".
"El 1-O no puede dejar de ser tratado en los institutos"
Los parlamentos han empezado poco después de las 18h y lo primero que se ha hecho ha sido leer un manifiesto que ha dejado claro que "el espíritu crítico y la libertad de expresión no son buenos compañeros del miedo". El texto indica que hechos como los del referéndum del 1 de octubre y la brutalidad de los cuerpos policiales "no pueden dejar de ser tratados en los institutos", e insiste en que la inmersión lingüística garantiza la igualdad de oportunidades.
Acto seguido han tomado la palabra los estudiantes, los principales afectados, y Mercè Terès les ha hecho de altavoz: "Estamos aquí para hacernos escuchar, nos queremos a todos en las mismas aulas y aprendiendo los mismos conocimientos".
Ramon Font ha vuelto a hablar y ha explicado que lo denunciaron por un delito de odio por decir que no daría clases en castellano. El también portavoz de la USTEC ha explicado que no hace ningún favor dando clase en castellano, "el gobierno español quiere que expliquemos la historia como les gustaría que la explicáramos". El último parlamento ha ido a cargo de Albano Dante Fachín, quien ha instado a los no catalanoparlantes a no tener miedo del catalán; ha afirmado que cuando llegó con 15 años al país "Catalunya me regaló una lengua y me hizo más rico".
El apunte musical a la jornada lo han puesto The Harlock, la banda de Roger Español, el chico que perdió un ojo a causa de una bala de goma disparada durante las cargas del 1-O, y el rapero Valtònyc. Roger Español ha querido aprovechar la ocasión para afirmar que el día del referéndum, cuando fue a votar, tenía "muchas ilusiones" y que, como padre, esperaba que sirviera "para mantener nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra identidad". Y ha añadido que no se arrepentía de haber salido a la calle: "Quiero que mi hijo pueda aprender en libertad y sin miedo".