Ir a la guerra con Rusia por Ucrania es impensable desde un punto de vista social y económico. Esta es la tesis del economista Santiago Niño Becerra, que confía en que Europa antepondrá sus intereses antes de los de la OTAN y evitará la confrontación con Moscú. En el programa FAQS de anoche, el economista argumentó que "el caos que se formaría en Europa" si estallara un conflicto bélico "es absolutamente brutal", sobre todo con respecto al suministro y el precio del gas. En este escenario de guerra, explicó Niño Becerra, Rusia cerraría el grifo del gas del cual depende gran parte de Europa, y a consecuencia de eso viviríamos "una época de penurias terribles" y un "incremento del precio". Aunque España no dependa tanto del suministro ruso, alerta al economista, "eso le ha cogido con el pie cambiado" al Estado, que actualmente importa el gas de Marruecos y de Argelia y tiene intereses en colaborar con los Estados Unidos.
Caos brutal
Que Europa vaya a la guerra con Rusia no es un escenario factible ni se alinea con los intereses de la mayoría de países. Tal como afirmó ayer sábado Niño Becerra, "si hubiera una guerra típica, evidentemente el gas [proveniente de Rusia] se cerraría", y causaría un "caos" "absolutamente brutal" en Europa, porque muchos países dependen, como Alemania. Por lo tanto, el economista es partidario de distanciarse de la postura de los EE. UU. hacia Rusia, y opina que "ya se tendría que haber abierto el gasoducto Nord Stream II que conecta Rusia con Alemania" y "evitar el paso por Ucrania, cosa que los Estados Unidos no quiere". Por el contrario, los Estados Unidos y la UE ya se han emplazado a colaborar para buscar alternativas al suministro de gas, pero según Niño Becerra eso no es suficiente, porque sería "mucho más caro que el gas ruso". "El corte de suministro es tan fácil como cerrar un grifo", mientras que "montar una logística para traer gas de Qatar a Europa [tal como plantea a EE. UU.] es complicadísimo", "se tarda meses" y "no se puede poner en marcha de hoy para mañana", opinó. Además, la subida en el precio se viviría igualmente, alertó.
Oferta y demanda
Todo es cuestión de oferta y demanda, explicó el economista. Aunque otros países lo pasarían peor que el Estado español, que no depende casi nada del gas ruso, a escala mundial "el precio del gas se incrementaría muchísimo porque la oferta bajaría, y si la oferta de gas baja, el precio sube". Por otra parte, cabe recordar que las reservas actuales de gas en Europa son escasas, y que ha sido un invierno frío. Además, el acercamiento de Sánchez a la OTAN con el ofrecimiento de fragatas y cazas respondería a los intereses para que Washington apoye España con Marruecos. Por su parte y conscientes de lo que está en juego, Francia y Alemania ya se han aliado en un frente común para intentar rebajar las tensiones en la frontera ucraniana al margen de la Alianza, y visitarán el país el 7 y 8 de febrero para reavivar la vía diplomática.