Coincidiendo de lleno en la semana que el Gobierno ha dado sus explicaciones sobre el CatalanGate en el Congreso de los Diputados, de puertas a fuera ha decidido comprometerse por escrito a la estricta pulcritud sobre el uso de datos en Internet y en las conexiones virtuales como Estado.
Así pues, la Moncloa se ha sumado a la Declaración para el Futuro de Internet que establece la visión y los principios de una Internet de confianza. España, junto con los miembros de la Unión Europea y los Estados Unidos, "dan apoyo a un futuro por Internet abierto, gratuito, global, interoperable, fiable y seguro y afirman que su compromiso es proteger y respetar los derechos humanos en línea y en todo el mundo digital".
Pero la frase exacta de este escrito que más puede confrontar el cuestionamiento actual del Estado español es la denuncia que hace el acuerdo respecto a otros países que se han abstenido de firmar: "El comportamiento malicioso patrocinado o tolerado por el estado está en aumento, incluida la propagación de desinformación y ciberdelitos como el ransomware, el espionaje ilegal, que afectan a la seguridad y la resistencia de la infraestructura crítica mientras se mantiene el riesgo en los activos públicos y privados vitales". Y añaden: "Al mismo tiempo, los países han erigido cortafuegos y tomado otras medidas técnicas, como los cierres de Internet, para restringir el acceso al periodismo, la información y servicios, de maneras que son contrarios a los compromisos y obligaciones internacionales en materia de derechos humanos".
Borrell, la voz de España
El documento, que se firmó ayer, también ha subrayado el compromiso de sus integrantes a pesar de ser una declaración política y sin ningún tipo de consecuencia jurídica: "Al lanzar esta Declaración, los socios también expresan su fuerte preocupación por la represión de las libertades en Internet por parte de algunos gobiernos autoritarios. Nos comprometemos a cooperar para abordar estos avances y riesgos".
Desde el gobierno de Pedro Sánchez, quien ha liderado este acuerdo es el actual Alto Representante de la Unión Europea en Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell: "La Declaración para el futuro de Internet es un mensaje claro en un momento de convulsión geopolítica y digital. La UE está comprometida a mantener un Internet libre y abierto, global, interoperable, fiable y seguro. Nos oponemos a los esfuerzos por dividir Internet y seguiremos trabajando junto con nuestros socios de todo el mundo para proteger los derechos humanos en línea y en todo el ecosistema digital".
Rusia y China no se suman
De la sesentena de firmantes, no aparece Rusia, China o India. La Declaración para el futuro de Internet se ha presentado desde la Casa Blanca, en Washington. Y, aparte de España, firman: Albania, Andorra, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Bulgaria, Cabo Verde, Canadá, Colombia, Costa Rica, Croacia, Chipre, República Checa, Dinamarca, República Dominicana, Estonia, Finlandia, Francia, Georgia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Kenia, Kosovo, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Maldivas, Malta, Islas Marshall, Micronesia, Moldavia, Montenegro, Países Bajos, Nueva Zelanda, Níger, Macedonia del Norte, Palau, Perú, Polonia, Portugal, Rumania, Senegal, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Taiwán, Trinidad y Tobago, Reino Unido, Ucrania y Uruguay.
Donde será interesante escuchar los retos de estos países es en un acontecimiento marcado en el calendario para este verano. Allí, los socios discutirán con la comunidad y de forma abierta, sobre múltiples partes interesadas y cómo la Declaración y sus principios pueden elevar y dar apoyo al futuro de Internet de forma global. Durante los próximos meses también se harán talleres sobre este tema.