Las dificultades para que la petición sobre la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la UE prospere mañana en el Consejo de Asuntos Generales se han hecho evidentes. Si no fue suficiente con las reticencias públicas que han expresado Estados como Suecia y Finlandia, el Gobierno tuvo oportunidad de conocer los recelos de otros países el viernes durante la reunión preparatoria que celebraron los embajadores de los 27 Estados. Y no obstante, España mantiene como primer punto de debate en el Consejo de Asuntos Generales de mañana la petición de modificación del reglamento número 1, que determina cuáles son las lenguas oficiales de la Unión, y asegura que defenderá la propuesta. Los acuerdos que se presentan al Consejo siempre se aprueban. Por lo tanto, si no hay acuerdo se tienen que retirar.
Para el Gobierno y para su presidente, Pedro Sánchez, resulta esencial poder sacar adelante la propuesta sobre el catalán en la UE —o al menos demostrar que hace todo lo posible—, dado que es una de las exigencias que planteó Junts para votar a favor de Francina Armengol como presidenta del Congreso. En caso de que esta medida no prospere, puede poner en dificultades las negociaciones con Junts para la investidura de Sánchez, más aún después de que en las últimas horas las conversaciones ya se han tensado ante la exigencia de la vicepresidenta, Yolanda Díaz, de que el independentismo renuncie a la vía unilateral.
Horas antes de la reunión del Consejo de Asuntos Generales de este martes, fuentes diplomáticas españolas insisten en que España, que ocupa la presidencia de turno de la UE, presentará su propuesta. Aseguran que, a pesar de las reticencias, el espíritu del debate es constructivo, y subrayan la voluntad española de sacarla adelante, aunque admiten que si la propuesta no consigue el consenso, tendrán que retirarla y seguir trabajando para volver a someterla a la consideración del resto de Estados más adelante. En el trasfondo de las reticencias del resto de países se mantiene el temor a que la petición española desate una cascada de peticiones de otras lenguas minorizadas. No obstante, los recelos que se plantearon el viernes apuntan al coste económico o a la necesidad de un informe jurídico previo para garantizar la viabilidad de la medida.
Artículo 55.2 del Tratado
En respuesta a estos puntos, España aseguró el viernes que asumiría el gasto de incluir el catalán, el gallego y el vasco, como lenguas oficiales. Por lo que respecta a las dudas legales, insiste en señalar el artículo 55.2 del Tratado de la Unión Europea como una vía que abre la puerta a aquellas lenguas que tienen el estatuto de oficial en su territorio. Este artículo deja claro que el Tratado, además de publicarse en las lenguas oficiales, se puede traducir a cualquier otra lengua que determinen los Estados miembros que "de conformidad con sus ordenamientos constitucionales, tengan estatuto de lengua oficial en la totalidad o parte de su territorio".
Para reforzar la propuesta, el PSOE se ha apresurado a agilizar el uso del catalán en el Congreso de diputados, una medida imprescindible para que pueda acceder también al Parlamento Europeo. Este mismo martes, se podrán utilizar todas las lenguas oficiales en el pleno de la Cámara baja, justamente el día en que está previsto debatir la modificación del Reglamento que tiene que formalizar la decisión.
Las gestiones diplomáticas españolas se concentran esencialmente en las reticencias de Francia y Suecia. En este debate, el catalán cuenta además con el apoyo de ser la lengua oficial en un país europeo como Andorra que, aunque no es miembro de la UE, está negociando un tratado de asociación. Este hecho, y la cantidad de hablantes que supera algunas de las lenguas oficiales, hace que no se descarte entre los posibles escenarios un primer acuerdo que acepte la oficialidad del catalán y deje para más adelante al gallego y al euskera.
Presión de las entidades
Este lunes, víspera de la reunión, diferentes entidades en defensa del catalán, el gallego y el euskera, entre las cuales Òmnium, Plataforma per la Llengua, Ciemen, Acción Cultural del País Valencià y Obra Cultual Balear, han protagonizado una rueda de prensa en que han reclamado al Consejo que incluya el catalán, el gallego y el euskera entre las lenguas oficiales de la UE.
Ante las reticencias que provoca en diferentes Estados este debate y la posibilidad de que se aplace una decisión, las entidades han advertido que el caso catalán se está estudiando desde hace muchos años. "Ha habido suficientes años por estudiarlo. Mañana ya toca pasar a los hechos. Declaraciones se han hecho muchas. Lo que esperamos mañana es una decisión con consecuencias jurídicolegales", ha reclamado el representante de Òmnium.
Durante el acto se ha recordado que más de 40 millones de ciudadanos europeos hablan lenguas que no son oficiales en la UE y que la que cuenta con más hablantes en esta situación es el catalán. Entre los asistentes a la rueda de prensa había eurodiputados de ERC y Bildu, pero ningún representante de Junts, que impuso la propuesta al Gobierno.