España prioriza la oficialidad del catalán en la UE por delante del gallego y el euskera, con el fin de superar las reticencias que han expresado algunos de los socios de la Unión a la incorporación de golpe de tres nuevas lenguas. Así lo ha anunciado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, al comparecer después de la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE. El Consejo ha debatido a propuesta de España sobre la reforma del reglamento que regula cuáles són las lenguas oficiales de la Unión, pero ante las dudas que suscita entre algunos de los socios, se ha decidido aplazar la votación.
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"Hemos propuesto iniciar su despliegue primero con el catalán y seguidamente con el resto de lenguas", ha explicado el ministro al acabar la reunión en referencia a la aplicación de la reforma del reglamento. Albares ha argumentado que uno de los puntos que ha provocado reticencias entre los socios era el hecho de incorporar de golpe tres nuevas lenguas, por lo cual se ha decidido empezar con el catalán, el idioma que lo había pedido con más insistencia y que hablan más de diez millones de personas. El ministro ha evitado concretar cuándo se materializará una decisión y se ha limitado a asegurar que se hará "lo más rápidamente posible".
La exigencia de incorporar el catalán como lengua oficial de la UE fue una de las condiciones de Junts para votar a favor de Francina Armengol como presidenta del Congreso. En caso de no acabar prosperando la petición podría dificultar las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Por eso, las primeras palabras del ministro han sido para asegurar que habían cumplido su promesa. "El Gobierno ha cumplido hoy con su compromiso. Hoy hemos puesto en marcha aquí en Bruselas la reforma del reglamento número 1 sobre el régimen lingüístico de la UE", ha asegurado Albares.
Sin veto de ningún estado
A pesar de que se ha tenido que retirar la votación por la falta de consenso, el ministro ha subrayado que ningún estado de la UE ha ejercido el veto contra la propuesta. Ha admitido que algunos estados miembros han pedido más tiempo para analizarla, por lo cual se ha acordado seguir trabajando para "dar respuesta y canalizar los comentarios". Precisamente, la precipitación de la decisión ha sido uno de los argumentos que han reiterado Suecia y Finlandia, dos de los países que han mostrado públicamente sus recelos antes de comenzar la reunión.
Con relación al coste que puede representar la incorporación de nuevas lenguas, otro de los puntos que ha levantado las reservas entre los socios, España ha mostrado el compromiso a asumir los gastos que comporte esta reforma, como ya hace España desde el 2005.
El ministro ha asegurado que hoy el Consejo de Asuntos Generales ha conseguido 'un paso clave' para la oficialidad de las tres lenguas, que después de que España había tanteado en diferentes ocasiones la reforma, era la primera vez que se planteaba formalmente y se ha puesto ya en marcha.
Durante la reunión, Albares ha defendido la propuesta española subrayando que, a diferencia de otras lenguas regionales europeas, el catalán, el gallego y el vasco están reconocidas como oficiales en el Estado español; que no son lenguas minoritarias, que el catalán lo hablan más de 10 millones de personas, lo cual lo sitúa entre las quince lenguas con más hablantes de Europa; que hace quince años que España reclama este régimen lingüístico, que el Estado español depositó la traducción oficial del Tratado en estas dos lenguas, tal como se prevé al artículo 22.5 de este texto y que el año pasado pidió a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, que se puedan utilizar en la Eurocámara. "He explicado que es una propuesta buena para Europa, que el multilingüismo es un objetivo de la Unión," ha remachado.