El viaje del president Carles Puigdemont a Dinamarca había abierto la posibilidad de que la justicia española reactivara 'a la carta', la euroorden de detención contra Puigdemont. De hecho, a lo largo de los últimos días se había especulado incluso que el president renunciaría a viajar a Copenhague ante la posibilidad de que se le pudiera detener en ese país.
Finalmente, a pesar de las presiones del gobierno español, que en el minuto cero ya ha enviado toda la información sobre el viaje de Puigdemont para forzar la actuación de la Fiscalía, y de este organismo que ha pedido al Tribunal Supremo específicamente que se reactivara la euroorden, el juez ha decidido no reactivarla, una decisión que ha provocado la furibunda respuesta del españolismo mediático, pero no en contra del independentismo como es habitual, sino contra el gobierno español.
Así, el exportavoz del gobierno español en época de José María Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, ha asegurado que lo que él llama "golpistas", en referencia a los líderes independentistas, "saben en todo momento qué quieren hacer y qué les beneficia", mientras que el gobierno español está "a la deriva en manos de jueces incompetentes y funcionarios leguleyos", un comentario que, además, deja en evidencia la falta de separación de poderes al insinuar que el gobierno español podría forzar otra decisión por parte de jueces y funcionarios.
Por su parte, la periodista Isabel San Sebastián, que también se refiere a Puigdemont como "golpista", considera que "España sigue haciendo el ridículo", porque ante el juez que ha decidido "no tramitar la detención", el ejecutivo Rajoy ha decidido mostrar su "satisfacción con la decisión de no hacer nada".
Hay que recordar que los dos comentarios coinciden en culpar al ejecutivo español por la decisión del juez del Tribunal Supremo, un extremo que pone en cuarentena la existencia de la separación de poderes.