Este domingo, en la Plaça Sant Jaume de Barcelona, el españolismo volverá a poner a prueba su capacidad de convocatoria en Catalunya en una nueva manifestación contra la amnistía que Pedro Sánchez ha pactado con los partidos independentistas para poder ser investido de nuevo como presidente del Gobierno. Esta convocatoria fue la respuesta inmediata a la fotografía de Carles Puigdemont con el número 3 del PSOE, Santos Cerdán, que se ha encargado de la negociación con Junts y que ha dado como fruto un acuerdo de investidura en el que los independentistas reclaman la necesidad de abordar un referéndum de autodeterminación, que los socialistas rechazan.
🔴 Manifestaciones en Barcelona, Madrid y el Estado hoy, DIRECTO | Última hora de las protestas contra la amnistía
Al día siguiente que los dos partidos distribuyeran un comunicado conjunto y la fotografía de las negociaciones en el Parlamento Europeo, bajo una imagen del 1 de octubre, fue la plataforma españolista "Cataluña Suma por España" la encargada de convocar esta protesta bajo el lema "No en nombre de España. No a la amnistía" en referencia a las palabras de Pedro Sánchez, que justificaba que esta ley "en nombre de España y de la convivencia", unas palabras que indignaron a la derecha y la ultraderecha. El PP, que ha querido hacer suya la lucha contra la amnistía por delante de Vox, dio apoyo rápidamente a esta convocatoria y dobló la apuesta multiplicando las concentraciones para todas las capitales de provincias de España.
Por eso mismo, esta manifestación convocada para mañana el domingo a las 12 h en la Plaça Sant Jaume, entre el Ajuntament de Barcelona (encabezado por el PSC) y el Palau de la Generalitat, estará huérfana de las grandes estrellas de la derecha y ultraderecha españolas. No faltarán los líderes catalanes de PP, Vox y Ciudadanos, que ya han anunciado que este domingo estará en el centro de Barcelona para mostrar su rechazo a la ley de amnistía, sin embargo, a diferencia del pasado 8 de octubre —cuando se cumplían seis años de la gran manifestación españolista con el PSC incluido contra la DUI— no se desplazarán hasta la capital catalana los líderes nacionales de estos partidos, que se quedarán mayoritariamente en Madrid. Hace justo un mes vinieron a Barcelona Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, que en los últimos días ha sido la encargada de marcar el discurso del partido por delante del gallego, y también Santiago Abascal y toda la cúpula de Vox, aparte de los barones autonómicos de los dos partidos que este domingo no harán acto de presencia y se quedarán cada uno a su circunscripción electoral.
Sin alicientes, a diferencia del 8 de octubre
Durante la semana previa a aquella manifestación, que reunió a 50.000 personas según la Guardia Urbana y 350.000 en opinión de los organizadores, Isabel Díaz Ayuso se dedicó a hacer publicidad del acto organizado por Sociedad Civil Catalana contra una ley de amnistía que todavía no se había concretado. De hecho, solo hacía dos días que Pedro Sánchez había pronunciado por primera vez esta palabra después de semanas de eufemismos, pero Junts y ERC ya dejaban claro que si el candidato socialista quería ser investido esta era una condición indispensable. Ayuso fue la gran estrella de la manifestación, haciéndosete fotografías con sus votantes en las calles de Barcelona mientras Alberto Núñez Feijóo hacía declaraciones a la prensa, entre gritos de "¡Isabel, guapa!" e "¡Isabel, la Católica!". Este domingo no estará en Barcelona, sino en Madrid, para denunciar desde su comunidad lo que ha descrito como un paso previo a una dictadura en España, y muchos españolistas se quedarán sin uno de los principales alicientes para salir a las calles.
La última manifestación españolista en Barcelona fue el pasado 12 de octubre para celebrar el día de la Hispanidad, una convocatoria en el centro de la ciudad que suele tener lugar a la hora que los ultras se manifiestan en Montjuïc. Y si la primera convocatoria solo reunió a 50.000 personas a pesar de las grandes estrellas del españolismo, sin ningún VIP, la manifestación del 12 de octubre fue un auténtico naufragio, con menos manifestantes que nunca reclamando la unidad de España y a pesar del telón de fondo de una amnistía que hace enervar la derecha. Solo había un millar de personas insultando a Carles Puigdemont ("¡Puigdemont, en prisión!") y a Pedro Sánchez a grito de "traidor". Si entonces este pacto entre el PSOE y los independentistas todavía se estaba cocinando, ahora que ya ha salido a la luz, aunque todavía no se conoce el texto de la ley, previsiblemente los insultos subirán todavía más de tono.