Esperanza Aguirre (Madrid, 1952) atiende a ElNacional.cat en el Ateneo de Madrid, una institución cultural privada creada en 1835 y ubicada a 200 metros del Congreso de los Diputados. En un edificio de estilo modernista, acaba de participar en un coloquio sobre la amnistía junto a Juan Carlos Girauta, exdiputado de Ciudadanos, y el historiador Juan Pablo Fusi. A su llegada, en una mañana lluviosa, es sondeada por este periódico para entrevistarla un día, más adelante, para abordar la actualidad política. Prefiere hablar cuando acabe el acto. Cumple su palabra y, después de fotografiarse con los asistentes y compartir impresiones con ellos durante un rato, se detiene en la última fila de butacas de la Cátedra Mayor para charlar de pie durante ocho minutos. Le esperan para comer en la Cantina del Ateneo, pero responde las breves cuestiones que este medio le plantea porque ella, según dice, quiere dar “la batalla cultural, muy especialmente en Catalunya”.
La expresidenta madrileña (que abandonó la política activa en 2017, pero no ha desaparecido de la actualidad pese a estar lejos de la primera línea) se siente “francamente indignada” con el PSOE, especialmente con su líder. Arguye que si en la pasada legislatura Pedro Sánchez “se hizo comunista como los podemitas” ahora se ha convertido en “independentista catalán”, a quien lo que piden Junts i Esquerra “le parece estupendo” y que “pondrá la alfombra roja” para que vuelva Carles Puigdemont. Interrogada sobre los Papeles de la Operación Catalunya, zanja el debate aduciendo que el tema “está judicializado”, pero deja claro que “el CNI tiene la obligación de advertir cuando va a venir un golpe de estado”. Durante la conversación, Esperanza Aguirre se deshace en elogios hacia el presidente de Argentina, Javier Milei, de quien cada vez es “más admiradora”, reconoce el buen liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, con quien tiene pendiente tomar un café, y pone como referencia las palabras de Felipe González defendiendo que la amnistía supone “pedir perdón” a los líderes independentistas.
Frente a las críticas de ERC, Junts y el propio Gobierno contra el juez Manuel García-Castellón, replica que “ellos se meten con cualquier juez que se haya metido con los independentistas”. La entrevista acaba con Aguirre dándose cuenta de que el escenario donde hace escasos minutos estaba denunciando que Pedro Sánchez “ha hecho suyas las reivindicaciones nacionalistas” y que no sería de “extrañar” que después viniese la república, se está llenando de velas. Preparan un Candlelight. “Yo estuve en el último y fue maravilloso”, recuerda la que fue ministra de Educación y Cultura y presidenta del Senado con José María Aznar y expresidenta de la Comunidad de Madrid durante nueve años.
¿Cree que la ley de amnistía puede suponer un punto y aparte en la historia reciente de España?
Me temo que puede suceder. Yo lo que creo del presidente Sánchez es que ha decidido hacerse él nacionalista y lo que le piden Junts o Esquerra le parece estupendo. En la anterior legislatura, él se hizo comunista, como los podemitas, sacó todas las leyes podemitas, y ahora tenemos un presidente de España que se ha hecho independentista catalán.
¿Se siente decepcionada con el PSOE?
Decepcionada es una palabra muy suave. Me siento francamente indignada con el PSOE y con el señor Sánchez. Porque el señor Sánchez lo que ha hecho es comprar siete votos de los independentistas catalanes para permanecer en el poder, y eso a mí me parece muy mal.
Si alguien quiere dar un golpe de Estado, el CNI debe de advertirlo
¿Cree que este año veremos a Puigdemont otra vez pisando el Estado en algún momento?
Pedro Sánchez le pondrá la alfombra roja y vendrá, por supuesto. Espero que no pase, pero me temo que sí, que vendrá Puigdemont.
¿Qué respuesta cree que se puede dar a las reivindicaciones de los partidos independentistas, que tienen la mayoría absoluta en el Parlament de Catalunya?
Los partidos independentistas, que tienen la mayoría de los escaños en el Parlament, no tienen la mayoría de votos de los catalanes. En las elecciones autonómicas, la Catalunya no separatista se abstiene constantemente y, en mi opinión y es lo que dicen las encuestas, hay más catalanes no independentistas que independentistas. Y, por lo tanto, a mí me parece que no se puede negociar con los delincuentes para cambiar el Código Penal. Como ha dicho muy bien Felipe González, el indulto es perdonar un delito, mientras que la amnistía es «pedir perdón» por haberles condenado.
¿Entonces, si los partidos independentistas ampliaran todavía más su apoyo social, habría que hacer algo en este sentido?
Claro, por supuesto. Vamos a ver: en España, estamos en un país libre, las ideas no delinquen, se puede ser independentista y se puede hacer propaganda independentista. Pero para separarse de España, hay que seguir los procedimientos que la Constitución propone cuando uno quiere cambiar el artículo que dice que España es una nación “única e indivisible”. Si usted quiere separarse, tiene que hacer lo que dice la Constitución que hay que hacer, que lo hizo el presidente Ibarretxe: vino al Congreso, propuso ser un estado libre asociado, como Puerto Rico, y no ganó. En el Congreso de ahora, seguramente, los independentistas ganarían. Por lo tanto, lo que tienen que hacer es eso, seguir los procedimientos. [Hans] Kelsen, que es un gran jurista [austríaco], ya lo dijo, lo ha citado [Juan Carlos] Giratua: «¿Qué es el golpe de estado? Cambiar la Constitución por un procedimiento diferente al que la Constitución propone», y esto es lo que se pretende hacer.
Cada vez soy más admiradora de Javier Milei
Estos días hemos conocido por diferentes informaciones periodísticas la implicación del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la Operación Catalunya. ¿Usted da validez a estas informaciones? ¿Cree que se tendría que investigar? ¿Cómo lo valora?
Mire, esto está judicializado, está abierto un procedimiento sobre esto. Serán los jueces los que tengan que decidirlo. El CNI sí tiene la obligación de, cuando va a venir un golpe de estado, advertirlo. Creo que el CNI hizo lo que tenía que hacer.
¿Pero teme que el Gobierno de Rajoy hubiese podido usar cauces fuera de la legalidad para intentar combatir al independentismo?
No soy yo quien lo debe decir, porque no tengo ni idea. Pero es que está judicializado, lo decidirá el juez. Lo que sí que le digo es que, en mi opinión, el CNI está para proteger al Estado y, si alguien quiere dar un golpe de Estado, debe de advertirlo.
Hace unos días, usted dijo que quería tomarse un café con Alberto Núñez Feijóo. ¿Ha tenido la oportunidad de verse con el líder del PP?
No, tiene usted toda la razón, no me ha invitado a ese café. Voy a afeárselo.
¿Usted lo ha solicitado formalmente a Génova?
No, no lo he solicitado formalmente. Es verdad que lo dije cuando estaba en Argentina en la toma de posesión de [Javier] Milei, del cual cada día soy más admiradora. ¿Es usted periodista? Lea el discurso de Milei en el Foro de Davos, que empezó diciendo que Occidente está en peligro porque se ha hecho socialista.
Se meten con cualquier juez que se haya metido con los independentistas
Aunque no haya tenido tiempo de verse con Feijóo, ¿cómo valora su liderazgo al frente del PP? ¿Preferiría, por ejemplo, que Isabel Díaz Ayuso fuese quien encabezara la oposición en el Congreso de los Diputados?
Isabel Díaz Ayuso es la presidenta de Madrid y los madrileños estamos muy contentos con ella. Y Feijóo ha venido en un momento en el que le necesitábamos porque estábamos en una situación de crisis terrible en el Partido Popular. Y además, lo está haciendo muy bien.
¿Cómo valora el acuerdo entre el PSOE y Junts para delegar a la Generalitat las competencias en inmigración?
El artículo 149 de la Constitución dice que la inmigración es una competencia exclusiva del Estado. Los socialistas han dicho que aprobarán una ley orgánica para delegar las competencias, pero han ocultado el documento que firmaron con Junts. Cuando algo se oculta, por algo será.
Un nombre que está muy de actualidad últimamente es el del juez Manuel García-Castellón, que ha recibido críticas por parte de los partidos independentistas y de miembros del Gobierno. ¿Cómo valora que desde las formaciones y desde el propio ejecutivo se critique la actuación del juez?
Con decirle que [Arnaldo] Otegi ha dicho que el Estado español quería que ETA siguiera adelante y que a él le han condenado por lawfare, se lo digo todo. El juez García-Castellón a mí me ha imputado, el fiscal le ha pedido que no me lleve a juicio y, gracias a esto, no me ha llevado. Y está llevando lo de la Kitchen. Ellos se meten con cualquier juez que se haya metido con los independentistas.