La manifestación que tuvo lugar ayer en Pamplona en contra de la política lingüística del Gobierno de Navarra, que habría reunido a unas 25.000 personas, tuvo un final esperpéntico. La marcha estaba convocada para protestar por los intentos del Gobierno navarro de dar más espacios a la lengua vasca, y al final del recorrido, además de un recital de jotas navarras, incluyó un momento de parlamentos con un orador de auténtico lucimiento.
Como si se tratase de una plegaria, el orador se dedicó a dar consignas al público, de rima un poco forzada, instándoles después a repetirlas, con seguimiento poco entusiasta. Así insistió con lemas como "una buena educación, no necesita imposición" o "por hablar en castellano, no quiero ser discriminado".
Sin embargo, el punto final fue inesperado. O no tanto. Para acabar con la manifestación lanzó a los congregados: "¿Vamos a ver el fútbol?" para rematar con el grito "aúpa Osasuna", ahora sí, seguido con entusiasmo, que desmovilizó a los manifestantes para poder ver un partido de fútbol, donde el equipo navarro perdió 2-0 ante el Valladolid en la última jornada de la liga de Segunda División, un hecho que no les ha permitido tomar el tren de los playoff de ascenso. En todo caso, quedará para la memoria la finalización de manifestación más sorprendente de los últimos años.