El Estado busca recuperar la visibilidad en la gestión del atentado en la Rambla, después de que el Gobierno se personara casi de madrugada en Barcelona cuando Govern y Ayuntamiento prácticamente habían controlado el ataque a través de los Mossos d'Esquadra. El ministro del Interior Juan Ignacio Zoido se ha envuelto de la imagen de unidad durante la reunión de este lunes del pacto antiyihadista –con presencia de los principales partidos, a excepción de Bildu–, donde ha igualado la acción de la Moncloa a la de la Generalitat calificando su coordinación de "fluida y constante", y también, entre cuerpos policiales.
Zoido ha resaltado su viaje junto al presidente Mariano Rajoy, y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Ha dicho que Rajoy decidió trasladarlos a Barcelona, donde aquella misma noche tuvo lugar la primera reunión con el delegado del Gobierno Enric Millo. "En tiempo real nos trasladaron todas las incidencias" ha dicho el representante ministerial sobre la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos –aunque a los últimos sólo les ha citado en una ocasión. Más tarde, ha añadido que al volver a Madrid se siguió "trabajando mucho" en el ministerio.
La cuestión es que hacia las 19h de la tarde del jueves el presidente todavía no había comunicado si iría a la capital catalana, y solamente había decidido suspender su agenda para trabajar desde Galicia, según fuentes populares. De Santamaría, a su vez, se desconoce con exactitud si llegó a Barcelona de noche, o el día siguiente. Si bien, Zoido ha recordado su asistencia al minuto de silencio, junto a los reyes de España y el posterior encuentro con el president Carles Puigdemont y otros miembros del Govern.
Zoido también ha salido del paso a la polémica relativa a su afirmación sobre que la célula del atentado se daba por desarticulada, declaraciones que fueron contradichas por el conseller Joaquim Forn, cuando aseguró que todavía no lo podían certificar. "Insisto, las relaciones fueron fluidas", ha repetido el ministro. Este ha ratificado las palabras de Millo sobre que los Mossos en septiembre tendrán acceso directo a la Europol –de donde estaban excluidos, y donde se decidió que se integraran durante la reunión de la Junta de Seguridad de Catalunya en julio.
Los partidos independentistas han respondido a la promesa. Desde de ERC Joan Tardà ha lamentado que hasta ahora la policía catalana no estuviera allí –aunque la Ertzaintza sí– y ha pedido buscar "los mecanismos" para funcionar en adelante. Desde el PDeCAT, Carles Campuzano ha pedido "sin excusa" la integración a la Europol, en tanto que aglutinador de las policías europeas. Tardà ha reconocido un cambio de posición por parte de los republicanos en su asistencia como observadores al pacto, pero no ha aclarado si participarían de más reuniones –cómo pedían Ciudadanos y el PP–, al par que Campuzano se ha emplazado a "el análisis futuro" de la firma del acuerdo.
Zoido ha vuelto sobre la unidad de acción con la Generalitat más tarde, cuando ha exhibido la fotografía del conductor del autobús y ha resaltado que la nota se había publicado "a la misma hora" en conselleria y ministerio. "Encontrarlo es la prioridad ahora", ha insistido. Asimismo, ha señalado la continuidad de la tarea de Interior a través del CITCO, en la prevención del yihadismo. "Ha sido plenamente operativo para facilitar la información ciudadana y recoger posibles casos de radicalización, ya ha recibido hasta 300 llamadas", ha dicho, además de resaltar la atención a las víctimas.
El PSOE ha dado apoyo en todo momento a las palabras de Zoido en el intento de devolver la visibilidad al Estado. La portavoz socialista el Congreso, Margarita Robles, ha explicado que el ministro había llamado a los homólogos de otros países europeos y ha felicitado la tarea de los cuerpos de seguridad. Desde Cs, José Manuel Villegas resaltó la unidad de todos los grupos, aunque Podemos se niega a firmar el pacto –afirma que hay que detener la venta de armas al exterior– y el PNV lo hará con determinadas condiciones a cambio.
El encuentro se saldó con la condena a los atentados y la posibilidad de más reuniones –que no alterarán la condición de los hasta ahora sólo observadores–. El ministro ha hecho un llamamiento a la manifestación convocada por Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat el próximo sábado, donde también estará la Casa Real –a pesar del malestar que la CUP ha exhibido al respecto. Santamaría, a su vez, sigue en Catalunya y esta misma tarde reforzará la solidaridad del Estado con el exterior, pues se reúne con los cónsules de los países de las víctimas extranjeras, tanto del atentado en Barcelona, como el de Cambrils, en la sede de la delegación del Gobierno.