Eugeni Villalbí (La Sénia, 1978) es el diputado de Esquerra Republicana encargado de defender la gestión que ha hecho el Govern de la grave sequía que afecta Catalunya desde hace cuarenta meses. Cuando la oposición sale en tromba a criticar la falta de planificación del departamento de Acción Climática, por ejemplo en la comisión parlamentaría, él es quien pone en valor el plan de sequía que ha guiado la gestión de la crisis. En esta entrevista con ElNacional.cat, una semana después que el país haya entrado en estado de emergencia por sequía, saca pecho de haber conseguido retrasar la entrada en este estadio a la vez que responde a las críticas de la oposición, destacando el diálogo constante con el resto de formaciones políticas y los sectores afectados por las restricciones.
Catalunya ya se encuentra en emergencia por sequía. ¿Era evitable entrar en esta fase o se habría podido retrasar?
De hecho, ya se ha retrasado hasta un año gracias a dos cosas. Primero que el país ya disponía de unas infraestructuras que nos han permitido desalar una cantidad de agua equivalente a un poco más de lo que cabe en el pantano de Sau. Y también por la gestión y por el hecho de disponer de un plan de sequía que hace unos años no teníamos. No se trata de que nos tiremos los trastos a la cabeza, sino que reconozcamos el mérito de todo el mundo, y el plan de sequía que tenemos, lo aprobó quiénes eran responsables antes de la Agencia Catalana del Agua. Aquí todo el mundo ha ido aportando, seguramente todo el mundo se ha equivocado también. El plan de sequía nos ha ayudado a tener un diálogo abierto con todos los sectores, acordar medidas con todo el mundo y gracias a estas y a las pocas infraestructuras que teníamos, hemos retrasado un año la entrada en emergencia. Pero si mientras tanto no llueve, era inevitable entrar en esta fase.
Alababa ahora el plan de sequía que entró en vigor en el 2021 cuando la entrada en emergencia todavía parecía lejos.
Yo elogio el plan de sequía porque es una herramienta imprescindible, no para que sea lo mejor. Hemos vivido otras crisis donde no teníamos una hoja de ruta clara, como la covid, y todos los gobiernos se vieron obligados a improvisar. Ahora, el Govern tiene una hoja de ruta que, además, estuvo durando un largo periodo en proceso de participación. Eso no quiere decir que no estemos abiertos a hacer modificaciones, de hecho uno de los acuerdos que tenemos con los grupos parlamentarios es que cuando se acabe esta sequía se revisará el plan porque se han visto algunas cuestiones que se pueden afinar, que se pueden mejorar. Con todo, lo que tenemos ahora nos permite saber qué decisiones tomamos en cada caso y que estas decisiones sean el mínimo contestadas posible porque son fruto de un acuerdo global.
Se nos retrae que el país tenía que estar mejor preparado, pero eso se tiene que reclamar a otros que habrían podido hacer mucho más de lo que hicieron
En cambio, la oposición os reprocha no haber planificado lo bastante bien la situación.
Se acusa muy a menudo al Govern de no gestionar y de mirar el cielo, pero yo creo que no ha sido así. Si fuera cierto no habríamos retrasado un año la entrada en emergencia y tampoco se hubiera avanzado en las infraestructuras. Las decisiones que dependen de otros gobiernos a veces se han tomado sin avisar ni planificar, mientras todo lo que depende dla ACA ha sido acompañado y hablado. No es verdad que no se haya hecho el trabajo. El elemento en que creo que la oposición tiene un punto de razón es que posiblemente no estábamos suficientemente preparados. Y, sin querer poner retrovisores pero como se nos hacen reproches constantes creo que lo tenemos que poder responder, este hecho es responsabilidad de aquellos que gestionaban la ACA. Es cierto que aprobaron el plan de sequía y que se encontraron con conflictos para gestionar, pero como constantemente se nos dice que el país tenía que estar mejor preparado, esto lo tienen que reclamar a otros que habrían podido hacer muchas más.
¿Desde de ERC dan especial importancia a alguna infraestructura para que esta se pueda hacer cuanto antes?
Hay infraestructuras que son de mejora de calidad de agua que nos sale por el grifo, otras para evitar pérdidas y las que son para generar más agua. El primer caso es el de la estación potabilizadora que hay en Cardedeu, donde ahora se está licitando el proyecto para hacer mejoras en la filtración y la calidad del agua. Estas inversiones estaban pendientes desde el año 1992. Otras obras importantes son la ampliación de la desalinizadora de la Tordera, la de Foix o mejoras en potabilizadoras. Además, hasta ahora teníamos infraestructuras para regenerar agua hechas que no estaban en funcionamiento, que es casi peor que tenerlas, pero eso también se empieza a revertir. La voluntad es licitar al máximo para que aunque llueva las obras se hagan. Me gustaría que cuando salimos de la crisis se vea que no se están haciendo parches sino obras estructurales y estratégicas por el país, que aunque este Govern de ERC le ha tocado gestionar la peor sequía de la historia, deje como legado todas las infraestructuras para hacer frente a otra sequía y no tener que sufrir en el futuro cómo hemos sufrido ahora.
El legado del Govern de ERC será dejar todas las infraestructuras para hacer frente a otra sequía y no tener que sufrir en el futuro como hemos sufrido ahora
En los últimos años no se han hecho grandes infraestructuras. ¿No aprendimos la lección de la sequía del 2008?
Aquella sequía fue muy grave y solo duró dieciocho meses. Ahora llevamos cuarenta. Entonces no estábamos preparados y como resultado se construyó la desaladora del Prat durante un gobierno de izquierdas del cual nosotros formábamos parte también. En 2008 la superamos porque llovió, no sé si gracias a la Moreneta, no por las infraestructuras que tuviéramos. Durante muchos años las inversiones funcionaban como un grifo antiguo, que de un lado sale agua caliente y de la otra fría, pero con lluvia y dinero. Cuando se abría el mando de la lluvia, el del dinero para hacer inversiones se cerraba. Y cuando dejaba de salir agua de lluvia, se abría el del dinero. Cuando llovía acostumbrábamos a dejar de pensar en la sequía y se detenían las inversiones, que es lo que pasó a Catalunya. Ahora quiero pensar que aunque llueva se irán haciendo inversiones, ya que muchas de las obras están licitadas. Hay que tener en cuenta también que como se tuvieron que hacer muchas inversiones en el ciclo del agua de golpe, sin una previsión, la ACA quedó endeudada durante años.
La preocupación por la sequía aumenta ahora porque nos afecta en Barcelona pero hace tiempo que municipios sufren cortes de agua
Siempre se dice que los ciudadanos aprendieron la lección de aquella sequía. Ahora se encuentran con más restricciones y rumores que en algún momento, habrá franjas horarias en que no podrán abrir el grifo. ¿Cómo se tiene que imaginar los próximos meses a los ciudadanos de Catalunya?
La preocupación por la sequía aumenta ahora porque afecta a Barcelona y a la región metropolitana donde vivimos a 6 millones de personas. Pero ya hace tiempo que un montón de municipios se están abasteciendo con cisternas y tienen cortes de agua. Entiendo que cuando esto nos llega a Barcelona toma otra dimensión porque no puedes abastecer millones de personas con camiones y todo se gestiona de manera diferente. Esperamos que llueva antes y tenemos medidas para guardar el máximo de agua para no tener que encontrarnos así, pero si entramos en fase 2 del estado de emergencia y posteriormente en fase 3 -porque quiero imaginarme que no tendremos que preparar ninguno más- los cortes son posibles. Estos son más complicados que la reducción de presiones que ya se está haciendo en algunos municipios, ya que por los efectos de la presión se pueden reventar cañerías. El cierre total es complicado, pero puede haber cortes. Tenemos que entender que la solución no depende de bajar la presión, ni los camiones o los barcos de agua. La solución a la sequía será que llueva o habrían sido unas infraestructuras que ahora no tenemos.
La solución a la sequía será que llueva o habrían sido unas infraestructuras que ahora no tenemos.
La última semana ha sido marcada por las protestas del campo. Uno de los acuerdos que han anunciado con los grupos parlamentarios se revisar las restricciones por la sequía que sufren. ¿Eso se tendría que haber hecho antes?
Sí, lo que pasa es que podemos revisar el plan de sequía, pero igualmente no habrá suficiente agua para todo el mundo. Por lo tanto, tendremos que ser muy honestos y muy sinceros con el campesinado ante la situación difícil que hay. Y hoy día consumimos 330 hectómetros cúbicos el año, no llegamos con los 100 que tenemos en los embalses y los que se pueden desalar y regenerar. Por lo tanto, como el agua no está, tiene que salir de algún sitio. Lo que sí que estamos es abiertos a escucharlos porque una parte mucho importando del sector del campo ha hecho un esfuerzo muy grande por modernizarse y no es justo que quien ha hecho el sacrificio sufra las mismas restricciones que los que no. Por eso tendremos que mirar en qué casos nos podemos permitir algunos márgenes.
Los campesinos denuncian que son quien más restricciones sufren.
Sí, es así. Es un sector que consume mucha agua y ahora mismo no hay más, entonces tenemos que ver cómo podemos revisar las restricciones. Nuestro compromiso es que cuando se tenga que revisar el plan de sequía nos fijamos en las restricciones en el sector primario. También tenemos que dejar muy claro que el primario es el único sector que hasta hoy día, con la llegada de la emergencia, había notado las restricciones. Y eso es muy injusto. De la misma manera que digo que no hay agua y que no sé qué margen tendremos, también reconozco en el sector primario que son los únicos a quienes se les ha cerrado el grifo y que han tenido pérdidas. Quizás eso demuestra que como sociedad, como país, no acabamos de valorar lo suficiente el trabajo que hacen. El sector se encuentra en una situación injusta por muchos motivos y si ahora encima les llegan restricciones de agua, todavía empeora más. Tienen toda la razón de ponerlo sobre la mesa y por eso podemos entrar a hacer las revisiones que hagan falta. Desconocemos qué margen tendremos, pero estamos dispuestos a explorarlos todos.
La lucha contra el cambio climático y contra la sequía es incompatible con un crecimiento ilimitado del turismo.
Hay otro sector que se ha puesto a punto de mira, el del turismo. Hay quien cree que representa una parte muy importante del PIB en Catalunya y por lo tanto, tendría que tener más flexibilizadas sus restricciones y otros que opinan como el contrario, ya que mientras los ciudadanos sufren restricciones este no es limita. ¿Dónde se posiciona ERC?
Los datos nos vienen a decir que hay un consumo más intensivo de agua en los turistas, en parte porque la mayoría vienen en verano, cuando todos utilizamos más y porque cuando somos fuera de casa tenemos unos hábitos diferentes. Su caso se tendrá que poner inevitablemente encima de la mesa cuando revisamos el plan de sequía, para ver si algún mecanismo nos permita separar los datos de consumo del sector. Ahora mismo, hay una parte del Parlament que cree que no se tiene que hacer ninguna inversión para incrementar la oferta, ni desalinizadoras ni potabilizadoras, defendiendo que tener agua hace que la gente no perciba que es un recurso finito; y otra que cree que la tecnología nos lo resolverá todo y que haciendo más desaladoras, más potabilizadoras, más regeneración, podemos seguir creciendo. Yo creo que la adaptación en esta nueva realidad de cambio climático y la lucha contra la sequía es incompatible con plantear un crecimiento ilimitado en muchas infraestructuras, como el Quart Cinturó o la ampliación del aeropuerto. El discurso de lucha contra el cambio climático y contra la sequía es incompatible con un crecimiento ilimitado del turismo. ¿Eso quiere decir que tenemos que estar contra el turismo? ¿En contra de tener interconexiones a nivel internacional? No exactamente, pero lo tenemos que poder gestionar.
Hay un proyecto en concreto que refleja este debate, el del Hard Rock. ¿La sequía es motivo suficiente para pararlo?
El del Hard Rock no es nuestro modelo. Nunca ha sido un proyecto impulsado por Esquerra, sino al revés. Cuando hemos entrado fue para reducir la dimensión, tanto por la parte de ludopatía como por el impacto del proyecto. No somos abanderados que lo defienden, pero tampoco estamos impidiendo nada, estamos dejando que se vaya tramitando. A partir de ahora, el desarrollo socioeconómico del país necesitará introducir la variable medioambiental. Ya no es solo la sequía, sino el cambio climático lo que tiene que condicionar el Hard Rock y cualquier otro proyecto.
Hace meses que hablamos de la sequía. Ahora hace un año encima de la mesa estaban las sanciones en los ayuntamientos que consumieran más agua de la permitida en el plan. Hay ayuntamientos que continúan por encima de la dotación. ¿Cómo se tiene que hacer frente a estos casos?
Ahora hace más o menos un año estábamos debatiendo y tramitando el decreto de emergencia por la sequía. Y a partir de aquí empezaron toda una serie de reuniones por preparar la cumbre del agua que la oposición decidió dinamitar. Desde entonces hemos mantenido estas reuniones durante todo el año y creo que se tiene que poner de relieve la voluntad de diálogo permanente que el Govern. Algunos dirán que porque es consciente de su debilidad, yo creo que consciente de la magnitud de la tragedia y de la gravedad de la crisis. En aquella época, uno de los temas que nos centró los debates era el régimen sancionador, porque la oposición decía que se hacía para pasar las culpas en el mundo local. El decreto tenía más de una decena de puntos y todo el resto daba a los ayuntamientos capacidad para tramitar obras, expropiar pozos... La mayoría eran medidas para facilitar que los ayuntamientos trabajaran. Las sanciones solo eran un punto y se pusieron para incentivar que los ayuntamientos se pusieran las pilas, no para sancionarlos, ni recaudar: las multas, sean de 300 o de 3.000 euros, no ayudaban a la Generalitat a hacer ninguna desaladora.
Mucho pocos ayuntamientos han sido sancionados, solo en casos donde había incumplimientos o algunos pocos ayuntamientos que inicialmente dijeron que no querían pasar los datos de consumo
¿Creéis que han tenido efectos?
Sí, desde entonces un montón de ayuntamientos que no tenían plan de sequía lo han aprobado. Son muy pocos los que finalmente han sido sancionados, y por casos como no querer pasar los datos de consumo cuando se los pedíamos. La polémica de las sanciones surgió de un tema que en realidad no era, pero que ha servido para que los ayuntamientos se pongan al día, revisen las redes, hagan su plan de sequía y la Generalitat haga esfuerzos por ayudarlos.
Quizás se pensában que haciendo partidismo a la cumbre del agua desgastaban el Govern pero en realidad desgastaban el país
Desde grupos de la oposición reclaman que se vuelva a hacer una cumbre del agua. ¿Lo veis con buenos ojos?
A veces se nos reprocha que no hagamos autocrítica y yo puedo reconocer que antes del decreto aprobado en febrero del 2023 no había un diálogo lo bastante continuado con las fuerzas políticas. Después de la cumbre se han ido manteniendo reuniones, en las que según la magnitud ha participado el director dla ACA, el secretario general o el conseller David Mascort. A la cumbre del año pasado fuimos con muchas cuestiones tratadas de antes y con un documento con mucho contendio. Aquella reunión no tuvo frutos porque alguien lo decidió, yo creo que actuando irresponsablemente, así. Quizás pensaban que haciendo partidismo desgastaban el Govern pero en realidad desgastaban el país y decidieron ir por aquí. ERC y el Govern no entramos, quisimos jugar a la responsabilidad y a buscar un acuerdo. Estuvimos dispuestos incluso a modifcar el régimen sancionador y tampoco lo aceptaron. Semanas más tarde, en el Parlamento se aprobó una ley en mayo con medidas urgentes para hacer frente a la sequía que no no tenía nada más que los acuerdos que habíamos planteado en la cumbre. ¿Si eso fue posible en el mes de mayo, porque no lo fue en el Palau en marzo? Por partidismo y por voluntad de desgato.
¿No creéis que tiene sentido entonces una nueva reunión como aquella?
¿Qué nos dice a nosotros que si se celebra otra no acabará pasando lo mismo? La ciudadanía y los sectores, empezando por el campo, no se merecen que nos volvamos a tirar los trastos a la cabeza. También hace falta tener en cuenta que de entonces hemos mantenido un diálogo permanente y constante y que una vez explicadas todas las medidas, habiendo conseguido un grado alto de cumplimiento de la ley, con las explicaciones a las reuniones de seguimiento... yo no digo que la situación no sea grave como porque nos encontramos, pero si lo tenemos que hacer tenemos que saber por qué y tiene que haber un compromiso de voluntad de acuerdo. En ningún caso como se ha planteado hasta ahora, sin haber de ello hablado antes con los grupos, el conseller o el president, y utilizándola de nuevo para desgastar. Tenemos que tener garantías que servirá para alguna cosa y lo que no podemos hacer es otro ridículo, como lo que los grupos de la oposición nos hicieron hacer, entre todos, en marzo del año pasado. Fue un ridículo político no del Govern, sino de la clase política no estuvimos a la altura.
La cumbre del agua fue un ridículo político no del Govern, sino de toda la clase política que no estuvimos a la altura
Dice que la oposición intentó desgastar el Govern con la primera cumbre. ¿Cree que lo han conseguido y que la sequía puede condicionar el futuro del Ejecutivo?
No tengo una bola de cristal, pero viendo cómo ha actuado y ha gestionado el Govern, yo creo que todo el mundo es mucho consciente que se ha hecho todo lo que se podía hacer, que se ha dialogado con todo el mundo, que se han avanzado todos los escenarios del plan especial de sequía, que se han activado todos los recursos necesarios, que incluso, cuando con el Ministerio hemos tenido problemas, no hemos hecho de esto un caballo de batalla constante, como otros sí que lo han hecho con nosotros. ¿Quizás todas las crisis pueden desgastar? Yo creo que la táctica de la oposición en este sentido ha fracasado, porque se ha estado a la altura. Puede ser que toda crisis también refuerce porque creo que la gente sabrá valorar que el Govern ha sido responsable. Quiero pensar que de esta crisis como país saldremos más fuertes, aprenderemos lecciones, dejaremos el país preparado, no caeremos en los errores del pasado de cerrar el grifo de los recursos cuando es necesario invertir, no haremos recortes como otros hicieron y haremos el trabajo. Y también quiero pensar que mi grupo a la oposición lo hubiéramos hecho diferente, hubiéramos sido exigentes pero siempre intentando acompañar al Govern.
Creo que la gente sabrá valorar que el Govern ha sido responsable con la gestión de la sequía
Desde el PSC, en cambio, defienden que sí que han alargado la mano al Govern y a Esquerra. ¿No lo habéis visto así?
En algunos momentos sí. Ya les he dicho desde el atril del Parlamento que tienen que ser valientes. Todo aquello que hemos pactado ha sido con ellos: las inversiones a los presupuestos, la ley de la sequía, las inversiones con las potabilizadoras y las desaladoras, las ayudas al mundo local... ¿porque no se hacen suyos sus acuerdos si no es con voluntad de desgastar el Govern? Tienen que poder salir y explicar al país que la situación es grave y que son una oposición responsable. No solo alargar la mano y después sentirse culpables de haber pactado.