Euskadi finalmente dará marcha atrás y acatará las medidas de ahorro energético del gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de tener un plan propio. El lehendakari Iñigo Urkullu ha asegurado que Euskadi cumplirá las medidas de ahorro fijadas por el Gobierno por real decreto ley, aunque el Gobierno Vasco ya estaba adoptando algunas. Urkullu se ha referido, a través de las redes sociales, a las medidas del plan de ahorro español y ha reconocido que al ser un real decreto ley eso "les confiere un rango, sin duda, y tienen que ser cumplidas".
Las declaraciones de Urkullu aclaran la incógnita de si finalmente el Ejecutivo vasco optaría por su propio protocolo y se sumaría al bando de las comunidades críticas en el que ahora sólo se encuentra la de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso al frente. El martes la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, recordó que el Ejecutivo de Vitoria ya cuenta con un plan de contingencia energética alineado con Europa y una ley de Sostenibilidad del 2019, una normativa que contiene medidas que "no son efectistas y momentáneas", sino "a largo plazo". El PP vasco había utilizado este desmarque del ejecutivo vasco para atacar al presidente Pedro Sánchez.
Urkullu ha lamentado que en la normativa española no se hayan contrastado las sanciones. A su entender, en esta cuestión se podría haber puesto de manifiesto "la tan proclamada cogobernanza sin excluir, de inicio, la intervención normativa de las comunidades". Según Urkullu, "más que encontrar el título competencial y la legitimidad se trata también de aclarar hasta donde se extienden las bases, en una actuación que ya es característica del Gobierno espanyol".
Según el lehendakari, "lo que es prioritario" para conseguir una "actuación global para la eficiencia energética y el ahorro en el consumo" es "la pedagogía y concienciación social" porque eso supone un cambio de hábitos a medio plazo y se hacen necesarias "medidas realistas a corto plazo". Urkullu ha recordado que Euskadi "hace años que apuesta por una estrategia global para obtener más eficiencia y ahorro energético de sus edificios e instalaciones, más allá de estas medidas concretas que ahora se imponen".
Las medidas vascas fijaban en concreto situar el termostato de las oficinas en 20 grados en invierno y en 25 grados en verano, no iluminar las dependencias que no estén siendo utilizadas, o fomentar los desplazamientos de los trabajadores a pie, en bicicleta o en transporte público. También aconsejaba evitar la ventilación cuando está encendido el sistema de calefacción o de refrigeración, aunque sin olvidar, según precisó Tapia, las recomendaciones sanitarias sobre la aireación de espacios interiores para reducir el riesgo de contagios por la covid-19.