Eva Baró (Barcelona, 1974) es una de las dos precandidatas a la presidencia de la Federación de Barcelona de Esquerra Republicana, que celebra primarias por primera vez en años. En estas se enfrentan la candidatura de Baró, La Barcelona de Totes, que cuenta con el apoyo del conseller Joan Ignasi Elena, y Horizonte Barcelona, liderada por Patrícia Gomà, secretaría general de Educación. Baró, que es concejala al ayuntamiento de Barcelona desde el 2019 y también desde el pasado mes de julio, vicepresidenta de la Diputació de Barcelona, después de la polémica entrada de los republicanos en la entidad presidida por el PSC, que confía, no le pasará factura en las votaciones de este viernes, 20 de octubre, en la cual están llamados un millar de militantes. Baró atiende ElNacional.cat pocos días antes de estas primarias, las primeras desde las dos derrotas electorales de los republicanos este 2023, para las cuales ha recibido el apoyo del expresidente de la Federació, Robert Fabregat o de la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell.
¿Qué la empujó a tomar esta decisión?
El compromiso con el partido. Todos los militantes somos personas que nos sentimos muy propio nuestro partido, sentimos que es la herramienta para conseguir los objetivos compartidos. Y yo soy una persona que viene del mundo de los castells y creo que, cuando un castillo tiembla o sufre, se tienen que dar pasos adelante. Creía que ahora me tocaba liderar una alternativa y una nueva etapa si así lo votan los militantes.
¿El castell de ERC se ha tambaleado por los últimos resultados electorales?
Siempre se pasa por buenos momentos y otros que no lo son tanto. Es evidente que las dos últimas citas electorales no han sido buenas para nosotros y creo es más necesario que nunca mostrar tu lealtad y tu vínculo con el proyecto político.
Se habla de su lista como la continuista de este último equipo directivo de la Federació. ¿Es así?
Eso es un mantra que se va repitiendo, pero objetivamente no tiene ningún tipo de fundamento. Si comparas objetivamente las dos precandidaturas ves que hay más gente de la ejecutiva saliente en la cual ellos están defendiendo que en la nuestra.
En el 2020 se consideró que podría ser perjudicial al partido unas primarias
Hace cuatro años, cuando cambió la presidencia de la Federación solo hubo un candidato de consenso, Gerard Gómez del Moral, para evitar unas primarias. Este año en cambio eso es diferente. ¿Es una muestra de división interna dentro del partido?
Yo creo que implica sobre todo una fortaleza y un aprendizaje. La fortaleza es que el partido se ha activado, tiene mucho talento y la capacidad de generar dos propuestas razonables y de calidad. Y el aprendizaje se basa en el hecho de que los proyectos necesitan poder desplegarse con los equipos que creen en él. Es un error forzar grupos de gente a quien obligas a trabajar juntos. Quizás hay desconfianzas de entrada o visiones muy diferentes y es difícil que eso llegue a buen puerto. Este es uno de los grandes aprendizajes del partido en los últimos cuatro años y eso explica que haya dos propuestas con dos maneras de hacer muy diferentes.
¿Tiene que ver con el momento político que entonces se optara por reunir dos candidaturas en una y ahora se haya apostado para hacer primarias?
Es más bien por el aprendizaje realizado. En aquel momento se consideró que quizás podía llegar a ser perjudicial al partido unas primarias y se prefirió un tercer candidato de consenso con un equipo forzado. La solución que se probó hace cuatro años no ha acabado de salir bien y es bueno intentar encontrar soluciones diferentes.
Los militantes tienen todo el derecho a posicionar y ejercer su derecho a la libertad de expresión
Ha tenido el apoyo de figuras importantes dentro del partido y se ha hablado de usted como la candidata de la dirección de ERC. ¿Cómo lo vive?
Sempre agradeceré el soporte de compañeros y compañeras. Hay algunos que tienen una presencia y peso enorme, como Carme Forcadell, pero que no dejan de ser militantes y que tienen todo el derecho a posicionarse y a ejercer su derecho a la libertad de expresión. Al mismo tiempo, sin embargo, es un proceso interno muy cerrado en sí mismo y esta trascendencia abruma un poco. Siempre agradeceré las muestras espontáneas de apoyo y que demuestran que el partido está muy implicado.
Hace cuatro años se habló de que el objetivo era volver a ganar las elecciones en Barcelona. ¿Este también sería su hito?
El objetivo inmediato tiene que ser revisar la estrategia que tiene el partido a nivel de Barcelona, desde la estrategia política a los posicionamientos, pasando también por la manera en qué tomamos las decisiones que son estratégicas y que tienen que estar validadas con un criterio político. Eso implica también revisar los equipos, que trabajen para dar una respuesta atractiva y competitiva de cara a las próximas elecciones del 2027. Tenemos que revisarnos para ser más competitivos, dar una respuesta a la ciudadanía más satisfactoria y más auténtica, que conecte mejor con la calle. La consecuencia de todo tiene que ser aspirar a repetir la victoria electoral del 2019. Ya lo hemos hecho y lo podemos volver a hacer, pero no de cualquier manera, sino con recetas y equipos nuevos.
La militancia tiene que estar en el centro de la toma de decisiones estratégicas del partido y sin duda la elección de un candidato es muy importante.
¿Una de estas decisiones estratégicas sería el candidato a las elecciones municipales del 2023, después de dos elecciones con Ernest Maragall al frente?
Completamente. Durante estas últimas semanas hemos hablado de la necesidad de hacer primarias para escoger al candidato. La militancia tiene que estar en el centro de la toma de decisiones estratégicas del partido y sin duda la elección de un candidato es muy importante. Tenemos que poder hacer este debate de manera respetuosa, constructiva, cuidadosa... Y yo siempre digo que prefiero que el partido pueda escoger entre dos o tres opciones que que no ninguna, como ha podido pasar alguna vez, ya que las decisiones se acaban tomando por decantación. Hace muchos años que ERC Barcelona hace primarias y es un ejercicio interno de democracia que conviene hacer.
Una de las decisiones más críticas que tendrá que tomar ERC a corto plazo es si se incorporaría o no en el gobierno municipal de Barcelona junto con los comuns. ¿Si fuera presidenta de la federación estaría a favor?
Las grandes decisiones estratégicas, al margen de mi opinión, que la tengo y que no es muy favorable a entrar en el gobierno, se tienen que tomar con el conjunto de la militancia. Está por ver si este debate se acaba abriendo, que no está tan claro. Si llega, tendremos que debatirlo con un peso muy específico para el grupo municipal, que es quien tiene el pulso de la actividad institucional del ayuntamiento y del contexto político de la ciudad.
¿Lo tendría que votar la militancia?
Su implicación se puede producir de muchas maneras diferentes: una votación, una asamblea de Barcelona... No hemos llegado a este detalle, pero es evidente que la militancia tiene que poder decir la suya antes de la toma definitiva de decisiones.
El partido tiene que volver a conectar con la calle en Barcelona y revisar la manera en que hacemos los debates
En caso de que fuera presidenta, aparte de estos objetivos a largo plazo, cuáles serían sus prioridades más inmediatas dentro de la Federació?
Són muchísimas. Una de las apuestas clarísimas por parte de la candidatura es la necesidad de que el partido se vuelva a conectar con la calle. Tener compañeros y compañeras luchando activamente en asociaciones de vecinos, en la red asociativa y cívica de la ciudad. Es la manera de parecernos a la sociedad que queremos representar. La otra es revisar la manera en que hacemos los debates. Tenemos que poder debatir aceptante la discrepancia y la critica siempre y cuando se hagan desde el respeto más escrupuloso y con un ánimo evidente de sumar, ayudar a tomar las mejores decisiones y corregir cosas que quizás no estàn funcionando bien.
¿Cree que esta desconexión de la calle es lo que explica la pérdida de apoyo electoral respecto del 2019?
Podría ser. Todo el que tiene que ver con la calle, pero se tiene que trabajar y organizar. Las ideas están muy bien, pero sin organización es difícil que puedan triunfar. Hay que marcar hitos concretos. Estamos en disposición de organizar esta apertura de ERC en la calle, para poder hablar con todo el mundo y participar de aquellos espacios que interpelan a la ciudadanía la que queremos representar y de la cual nosotros mismos formamos parte. Hay que generar nuevas dinámicas y un nuevo clima de ilusión. Tenemos que dar la vuelta y cambiar el estado de ánimo del partido.
Ser presidenta de la Federacióny concejala en el ayuntamiento no es la mejor situació ideal pero sí la menos mala
¿Si acaba siendo presidenta, su cargo como concejala es compatible?
Quizás no es la situación ideal, pero de todas las posibles creo que es la menos mala. En parte porque Barcelona es grande y compleja, no te puedes poner el sombrero de presidenta a partir de las siete de la tarde. No puedes ser una presidenta honorífica. Quiero ser una presidenta al pie del cañón. Tener el pulso de la ciudad e incidir de una manera mucho más eficaz en la toma de decisiones.
¿Le ve más ventajas que inconveniente?
Sí, tiene muchas más fortalezas que inconvenientes. ¿Hay? Claro, no es una situación perfecta, pero la alternativa es peor. Nadie mejor que tú tiene que tener más cogido el pulso de la ciudad y yo me comprometo a ser una presidenta al pie del cañón.
Jordi Coronas, con quien comparte grupo municipal, forma parte de la otra precandidatura. ¿Etso puede generar algún conflicto?
A mí no me preocupa especialmente, seguimos trabajando y la actividad institucional ha arrancado con normalidad. Hacemos nuestras reuniones internas y yo creo que todos somos lo suficientemente maduros para separar una cosa de la otra
Al mismo tiempo Usted es también vicepresidenta de la Diputación de Barcelona. Esta decisión se tomó después de las elecciones generales y hubo una parte de la militancia que no la entendió.
Yo diría que hay una parte de la militancia de Barcelona, que es uno de los 311 municipios de la demarcación que no lo entendió, el resto aplaudía con las orejas.
El partido decidió entrar en la Diputació en un momento inoportuno y de manera repentina y mejorable
¿Cree que esta parte de la militancia de Barcelona, que es el que participará de estas elecciones primarias, la puede castigar?
Soy vicepresidenta porque el partido lo decidió así en un momento que considero inoportuno y de manera repentina y mejorable. Pero de la misma manera en que hay compañeros que forman parte del gobierno de la AMB yo soy vicepresidenta de la Diputación. Son cargos añadidos y colaterales al de concejala. Para mí, eso no representa ningún problema, por más que los rivales insistan. En mi caso no hay ningún conflicto de intereses, a diferencia de lo que pueda pasar en la otra precandidatura. Hay una cuestión que me preocupa que son los presupuestos municipales cuando se tenga que decidir si los aprobamos o no. Como presidenta de la Federació me puede interesar marcar perfil propio, pero la otra precandidata es un cargo de la Generalitat y le podría interesar un voto favorable, por las posibles contraprestaciones. Se habla mucho del conflicto de intereses son vicepresidenta de la Diputación pero este no existe.
¿Cree que los militantes lo ven así?
Yo espero que la militancia entienda que la decisión de entrar o no en la Diputación no corresponde solo a Barcelona, ya que da servicio a 311 municipios y Barcelona no puede estar de espalda en los municipios de la demarcación. No es una decisión que corresponde a la ejecutiva ni a la militancia de la Federación de Barcelona, porque es un órgano que supera con creces nuestras fronteras y quien tiene que dar explicaciones es el partido en el ámbito nacional. Comparto el malestar que generó la decisión, sobre todo en los términos en que fue tomada, de manera muy precipitada y el día siguiente de unas elecciones que no fueron bien, pero la militancia de Barcelona está bien formada y madura con un gran criterio político.
Se tienen que superar dinámicas antiguas de confrontación y contrapoder entre la Federación de Barcelona y el partido
¿Si Usted acabara siendo la presidenta, qué papel tendría que tener la Federación dentro de ERC como partido?
Es una de las federaciones más importantes del partido, entre otras cosas porque representa a mucha militancia y porque es la capital del país. Creo que hay que superar algunas dinámicas antiguas, de confrontación y contrapoder con el partido a escala nacional. Eso son dinámicas obsoletas y superadas, tenemos que cooperar en todos los ámbitos de la vida, también en política.