La investidura hace estragos entre algunos políticos. El alcalde de Gimenells i el Pla de la Font, en el Segrià, ha anunciado este miércoles su decisión de abandonar el Partido Popular por considerar que la formación conservadora se ha pasado al "colaboracionismo con el opresor", en referencia al movimiento independentista. En un tuit, Dante Pérez ha criticado que "el colaboracionismo con el opresor anida en lo más profundo del PP". "Por eso, hoy me doy de baja", ha sentenciado.

Detrás de esta baja sonada, ha habido la estrategia de los populares para intentar investir a Alberto Núñez Feijóo como presidente español. La necesidad de buscar apoyos más allá de Vox ya llevó al PP a tantear con la idea de conseguir el apoyo de Junts, negociando, pues, con el independentismo. La posibilidad ya generó una fuerte polémica interna, con diversidad de opiniones. I Pérez ha evidenciado qué le pareció esta perspectiva en su tuit, recordando algunas de las declaraciones de los populares. "Junts no es mi rival", "La tradición democrática de Junts está fuera de toda duda", "Se tiene que buscar el encaje de Catalunya", "Respeto a Puigdemont" y "Se tiene que normalizar la relación con el nacionalismo".

Y para el referente popular en la provincia de Lleida, el partido todavía ha acabado cayendo más bajo. "Cuando el pueblo, a quien el PSOE conduce a una dictadura, decide rebelarse, lo criminaliza", ha declarado, en referencia a las recientes declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid y de Feijóo. Isabel Díaz Ayuso ha condenado este miércoles los "actos vandálicos" que han protagonizado las movilizaciones contra una futura ley de amnistía a independentistas catalanes, y ha pedido que los "ultras" responsables "sean detenidos y juzgados". Pérez ha demostrado de qué pie calza en referencia a las protestas delante de la sede del PSOE con una posdata a su tuit: "Hay esperanza. España se ha despertado".

Cuando abandonó el PSC

Da la casualidad de que el mismo Pérez ya abandonó al PSC el 8 de noviembre del 2017, en un momento muy caliente en Catalunya, después del referéndum del 1 de octubre y con el ambiente agitado entre independentistas y españolistas. También fue entonces cuando los socialistas catalanes anunciaron el fichaje de Ramon Espadaler, exdiputado de Unió, en una estrategia encarada a buscar el voto del catalanista desencantado. Esta fue la gota que comó el vaso de Pérez. En una entrevista señaló que se había hartado de "ir con el freno de mano puesto a las tertulias" cuando tenía que hablar de España.