El Nacional.cat ha podido hablar con Jordi Mateu, el organizador de la fiesta “Som 1 d'octubre” celebrada el pasado 28 de septiembre, que ha sido acusado de huir con la recaudación del acontecimiento y estafar a los proveedores y grupos de música de aquella jornada. En declaraciones a El Nacional.cat, Mateu ha querido desmentir tres cosas: ni es el único organizador, ni ha huido, ni se ha quedado el dinero, “porque no lo hay”. Mateu explica que ha estado incomunicado por un problema de salud. Según él, el estrés provocado por la jornada le hizo sufrir un aumento repentino de la presión sanguínea e, incluso, unos días antes de la celebración, los médicos le recomendaron “reposo y desconexión absoluta”. Es por ello que Jordi Mateu no ha dado señales de vida en los quince días posteriores a la fiesta, que durante todo un día conmemoró los quince años de la consulta popular de Arenys de Munt, los siete años del 1 de octubre y los diez años del 9-N.
“No era el único organizador, en la comisión había 11 personas”
De hecho, Mateu recuerda que él no fue el organizador en solitario de aquella jornada, sino que “había una comisión de 11 personas”, entre las que había representantes designados por tres ayuntamientos del Maresme: Arenys de Mar (donde se convocaron la mayor parte de los actos), Arenys de Munt y Canet de Mar. En estas dos semanas, Mateu asegura que no se ha movido de su casa, en Arenys de Mar, y que los únicos momentos en que no estaba en su domicilio era cuando “tenía que salir para hacerse las pruebas médicas”. Nada, dice, “tiene pies ni cabeza, y en las próximas horas” espera poder “aclarar y arreglar” la situación.
Agujero sí, estafa no: se buscan soluciones para pagar las deudas
Mateu admite que hay un agujero económico, pero que no se puede hablar de estafa sino de impagos a algunos proveedores y artistas, y que ahora se intentará “encontrar una solución conjunta” para ver cómo cobran. La partida más costosa es, según él, la de los 12.500 euros que se le deben a la empresa de montaje del escenario principal. Con todo, el volumen total de deudas, dice Mateu, “asciende a 39.000 euros y no a los 100.000 que se han dicho, que no sé de dónde salen. Es una animalada”. La semana próxima, la comisión organizadora se tiene que reunir para decidir la manera en que se afrontan estos impagos. Sobre las acusaciones de estafa, Jordi Mateu afirma que se siente “escandalizado y muy fastidiado”, porque él no ha engañado a nadie: “No hay estafa porque no ha habido dinero”. Es decir, no hay ninguna recaudación en ningún sitio, porque la jornada era de libre acceso y “la fiesta no tenía ni una sola cosa que se cobrara”, ni siquiera una entrada. La única cantidad en metálico existente son 3.800 euros obtenidos en consumiciones de las barras instaladas por los diferentes recintos. Con este dinero se empiezan a pagar ya parte de las deudas.
Un año de preparativos para un solo día de fiesta
Jordi Mateu recuerda que la jornada del pasado 28 de septiembre llevaba organizándose desde hacía más de un año y admite que todo se empezó a torcer cuando no obtuvieron el permiso para celebrar el grueso de las actividades (como conciertos o mítines) en la playa de Arenys. A partir de entonces comenzó a caer parte de la programación y de las expectativas de asistencia. Pero el punto de inflexión que generó el agujero económico es que se esperaba que la ANC cediera 5.000 camisetas a la organización y que con su venta se pudieran financiar gran parte de los gastos. Finalmente no fue así. Por todo ello, Mateu cree que estamos ante “un cúmulo de despropósitos” del cual se siente “cabeza de turco”. Este vecino de Arenys de Mar asegura que conserva decenas de mensajes de WhatsApp y Telegram donde se acredita que la organización estaba al corriente de esta situación, en la que, dice, ha perdido “dinero y salud”.