El exconseller de Governació, Jordi Ausàs, ya puede dormir en su casa gracias a un brazalete telemático que permite alcentro penitenciario de Ponent controlar sus movimientos las 24 horas del día. Ausàs ingresó en la prisión el 25 de junio del año pasado después de que el Tribunal Supremo ratificara una condena de cuatro años por los delitos de contrabando de tabaco y de pertenencia a un grupo criminal.
Desde julio de este año, con la obtención del tercer grado, tenía permisos de fin de semana y ahora ya no hace falta que pase un mínimo de horas al Centro Abierto porque se ha acogido al control telemático. Hay que recordar que el también exalcalde de la Seu d'Urgell obtuvo por primera vez el tercer grado el 25 de septiembre del 2015, sólo tres meses después de ingresar en la prisión, pero en noviembre el juzgado de vigilancia penitenciaria le revocó. Ausàs puede disfrutar ahora de estas medidas al haber cumplido un cuarto de la condena.
Ausàs está obligado a pernoctar un mínimo de ocho horas en el domicilio fijado por la dirección de la prisión y se tiene que presentar un día a la semana en el Centro Abierto de Lleida, desde donde se lo controla telemáticamente. El principal motivo que justifica esta medida propuesta por la dirección general de Servicios Penitenciarios y aprobada por la junta de tratamiento de la prisión es que el también exalcalde de la Seu d'Urgell pueda trabajar en una empresa de esta localidad.
Hay que recordar que la Audiencia de Lleida condenó, el 19 de junio de 2014, al exconseller de Governació, Jordi Ausàs, a cuatro años de prisión y a pagar una multa de 195.000 euros por los delitos de contrabando de tabaco y de pertenencia a un grupo criminal. El Tribunal Supremo lo ratificó el 21 de mayo de 2015. Ausàs ingresó en el Centro Penitenciario de Ponente el 25 de junio de 2015.
La dirección general de Servicios Penitenciarios concedió el tercer grado a Ausàs el 25 de septiembre de 2015, sólo tres meses después de su ingreso en la prisión. Desde entonces, Ausàs podía salir los fines de semana, de viernes a domingo. La Fiscalía de Lleida, sin embargo, recurrió esta decisión atendiendo que el equipo de observación del centro penitenciario planteó sólo el segundo grado por mayoría, el 22 de julio de 2015. Consideraban que el penado "necesitaba una interiorización mayor de su responsabilidad, conciencia del delito fiscal, aceptación de su integración en un grupo organizado y ser consciente de la trascendencia de los hechos siendo uno al cargo de la administración".