Ana Pastor abandona la política y deja su escaño en el Congreso de los Diputados para incorporarse al ámbito de las instituciones profesionales sanitarias. Presidenta del Congreso entre 2016 y 2019, ministra de Fomento con Mariano Rajoy (de 2011 a 2016) y ministra de Sanidad con José María Aznar (de 2002 a 2004), era diputada en la cámara baja por Pontevedra desde el año 2000, durante nueve legislaturas. “Mi partido me ha dado todo y yo le he dado lo mejor de mí misma”, ha subrayado en un comunicado difundido este viernes por el PP. Licenciada en Medecina y Cirugía y especialista en Medecina Familiar y Comunitaria, ahora abre una nueva etapa y se incorporará al mundo de las instituciones profesionales del ámbito sanitario, donde los populares subrayan que seguirá “contribuyendo y aportando su experiencia para la mejora de las condiciones de los distintos servicios de salud”.
Ana Pastor reconoce que, “cuando se pone punto final a tantos años de servicio público en las Administraciones y en el Parlamento, se viven sentimientos encontrados” y verbaliza la “gratitud” hacia el PP y hacia los españoles por haberle permitido llegar a presidir el Congreso. Además, se muestra convencida de que España, con Alberto Núñez Feijóo como presidente, “volverá a la senda de progreso que le corresponde”.
Sus últimas intervenciones en la Carrera de San Jerónimo fueron en la Comisión de Sanidad hace unas semanas, durante la comparecencia de una representante de la Organización Mundial de la Salud y en un debate sobre medidas para modernizar, reordenar y potenciar la Atención Primaria. Además, durante esta legislatura, en la que no ha tomado la palabra en el pleno, ha sido presidenta de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional. La última vez que habló en el hemiciclo fue en marzo de 2023, durante el debate del Proyecto de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual.
Su etapa como presidenta del Congreso: intercambio epistolar con Puigdemont y Torra y tensión con Rufián
Ana Pastor, que fue presidenta del Congreso entre 2016 y 2019, se convirtió en la tercera autoridad del Estado después de la repetición electoral del 26 de junio y cogiendo el relieve del fugaz pase de Patxi López por la presidencia (lo fue durante seis meses). Con ella al mando del Congreso, prosperó la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy y, por lo tanto, entre junio de 2018 y mayo de 2019, presidió una cámara que había dado su confianza al líder del PSOE. Además, vivió desde la primera línea los años más tensos del procés y fue protagonista en algunos momentos.
En junio de 2017, el entonces president de la Generalitat, Carles Puigdemont, le mandó una carta proponiéndole ir a la cámara baja para defender el referéndum del 1 de octubre: “Me parece importante que todos los diputados del Congreso puedan escuchar las razones por las cuales hemos llegado hasta aquí y porque mi Govern solicita dialogar sobre la propuesta de referéndum con el Gobierno”, argumentó. Sin embargo, esa petición nunca llegó a prosperar. Un año más tarde, fue Pastor quien invitó al president Quim Torra, poco meses después de su investidura, a que acudiera al Congreso para explicar su posición sobre el futuro de Catalunya.
En el capítulo de incidentes, Ana Pastor protagonizó más de un rifirrafe con Gabriel Rufián. En noviembre de 2018, por ejemplo, expulsó al diputado republicano después de que le dijera a Josep Borrell que era “el ministro más indigno de la historia de la democracia española” y lo acusara de ser “un hooligan, un militante de Sociedad Civil Catalana y una vergüenza para su grupo parlamentario”. Además, en aquella época, Pastor también decidió eliminar las palabras golpista y fascista del Diario de Sesiones. Defendió que la cámara baja es la “casa de la palabra” y retiró del Diario de Sesiones las palabras golpistas, utilizada sistemáticamente por el PP y Ciudadanos para referirse a los independentistas, y fascista, que había sido pronunciada por Joan Tardà.
Por cierto, una curiosidad: en 2017, Pastor amonestó a Meritxell Batet por hablar en catalán en el Congreso para instar a Puigdemont a convocar elecciones catalanas y evitar que declarara la independencia. Posteriormente, con Batet como presidenta del Congreso, fue ella la que en más de una ocasión quitó la palabra a los diputados independentistas por intervenir en catalán desde el atril.
Era ministra de Fomento con el accidente ferroviario de Santiago
Volviendo a Ana Pastor, durante su etapa como ministra de Fomento con Mariano Rajoy en la Moncloa, en una legislatura en la que el PP tenía mayoría absoluta, tuvo que hacer frente al accidente ferroviario de Santiago de Compostela de julio de 2013, en el que perdieron la vida 79 personas. En 2019, esto la llevó a comparecer en la comisión de investigación que estaba investigando los hechos.