El expresidente del Consorci Sanitari de Terrassa, Eusebi Cima, se vacunó hace dos semanas aprovechando que sobraban dosis en el hospital de la ciudad, según informado la emisora SER Catalunya. El histórico representante de la patronal vallesana CECOT recibió la inyección el mismo día que otros médicos jubilados, que tampoco entraban dentro del protocolo de la conselleria de Salut.
Eusebi Cima, que ahora tiene 76 años, tendría que haber esperado al menos hasta marzo para entrar en la segunda fase de vacunación prevista por el departament de Salut. Pero se adelantó aprovechando sus contactos y su antiguo cargo como presidente del consejo de gobierno del Consorci Sanitari de Terrassa, entidad pública de la Generalitat y Ayuntamiento. Recibió así la dosis de la vacuna hace dos semanas, concretamente el 11 de enero. Fuentes de su entorno lo justifican con el hecho de que sobraban dosis y que caducaban aquel día, según ha indicado la emisora.
Según esta versión, el Consorci Sanitari de Terrassa los llamó para que se acercaran al centro porque les sobraban 300 dosis que se habrían estropeado en pocas horas. También vacunaron a enfermos crónicos y pacientes ingresados en el área sociosanitaria, además del resto de personal sanitario del centro.
La vacunación de personas a escondidas aprovechando los contactos ha sido muy polémica en las últimas semanas. El caso más importante fue el del jefe del estado mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya, que presentó su dimisión el sábado a consecuencia de las vacunaciones a escondidas de militares contra la Covid-19.
El viernes pasado trascendió que tanto Villarroya como otros cargos militares ya habían recibido la primera dosis de la vacuna a pesar de no ser personas de riesgo, saltándose así el plan de vacunación que establece a residentes y personal sanitario como grupos prioritarios al recibir la vacuna.
El Estado Mayor de la Defensa justificó este escándalo señalando la cantidad de dosis reservadas para los militares de las Fuerzas Armadas, una reserva aparte de la que se destina a la población civil de las comunidades autónomas. Sin embargo, el plan de vacunación del ejército también tiene unos criterios de prioridad internos: personal sanitario militar, militares que participarán de misiones internacionales y, en último lugar, la estructura de mando siguiendo un criterio de edad.