"Señoría, la lengua común entre todos los diputados es el castellano y es la que nos permite entendernos, le pido que la utilice". "Usted sabe que el reglamento no permite el uso de otras lenguas oficiales en comunidades autónomas, le retiro la palabra". A partir de este martes, estas frases pasarán a la historia del Congreso de los Diputados. El 19 de septiembre de 2023 se convertirá, si nada cambia, en el primer día en que se podrá utilizar el catalán, el aranés, el euskera y el gallego de forma oral en el pleno de la cámara baja española, convirtiéndose en un hito histórico para estas lenguas. Además, este mismo día se votará por trámite de urgencia la reforma del reglamento del órgano legislativo que facilita el uso de los idiomas. Desde este momento, los parlamentarios dispondrán de auriculares para escuchar la traducción de las intervenciones. Así se pone fin a un agravio para las lenguas cooficiales del Estado, que hasta el momento han sido sistemáticamente ignoradas en esta cámara porque se había impedido cualquier intervención que no fuera en castellano.

En los últimos años, los diputados catalanes —en particular, los que forman parte de partidos soberanistas— han tenido que ver cómo se les retiraba la palabra para intentar hablar en su lengua o, incluso, se les expulsaba del hemiciclo, como les pasó a los exdiputados Joan Tardà y Alfred Bosch (Esquerra Republicana). Los vetos a las intervenciones en lengua catalana se han acentuado especialmente en la última legislatura, cuando Meritxell Batet —entonces presidenta del Congreso de los Diputados y tercera autoridad del Estado— ha silenciado en múltiples ocasiones a diputados de ERC, Junts per Catalunya o la CUP por utilizar el catalán en sus discursos parlamentarios. En una entrevista en ElNacional.cat en el marco de la campaña de las elecciones generales del pasado 23 de julio, Batet, que fue la candidata del PSC, aducía que era necesaria la reforma del reglamento porque la normativa no habilitaba el uso de otras lenguas más allá del castellano. Pero probablemente uno de los hechos que pasó más inadvertido es que la misma Meritxell Batet vivió en primera persona qué significa recibir un toque de atención por hablar en catalán en el Congreso. A continuación, recuperamos algunos de los momentos más polémicos en los que se impidió a los oradores seguir su intervención porque utilizaban la lengua catalana:

Joan Tardà y Alfred Bosch, expulsados del Congreso por hablar en catalán

El 11 de abril de 2013 se vivió uno de los momentos más tensos con la presidencia del Congreso por el uso del catalán en el atril. Los exdiputados de ERC Joan Tardà y Alfred Bosch fueron expulsados de la tribuna por quien encabezaba entonces la cámara baja española, Jesús Posada. Tanto Tardà como Bosch quisieron poner en evidencia la sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), que ordenaba que, si un alumno solicitaba la enseñanza en castellano, se le concediera. Siguiendo este paralelismo, ambos plantearon que, si eso se podía solicitar en los centros educativos de Catalunya, también se podía hacer en el Congreso. Posada pidió a Tardà, el primero en intentarlo, que no provocara un "conflicto innecesario" porque si se obstinaba en hablar en catalán, lo obligaba a "retirarle la palabra". "Le pido que reflexione, porque esto no conduce a nada, usted tiene que cumplir con el reglamento, aunque entiendo que su argumento puede ser incluso interesante, pero no se puede aplicar", sentenciaba el popular. El republicano proseguía su intervención en catalán y el presidente de la cámara lo llamaba al orden. Joan Tardà siguió con su discurso y Posada volvió a cortarlo para leerle el artículo 104 del reglamento, que concreta que si se hacen tres llamadas al orden, el presidente de la Mesa del Congreso puede retirar la palabra e incluso "imponer la sanción de no asistir al resto de la sesión" plenaria. Y así pasó.

 

La operación se repetía unos minutos después con Alfred Bosch, que utilizaba el mismo argumento que su compañero de filas para poder hablar en catalán. Jesús Posada, visiblemente molesto con la situación, le recordaba que "hay un reglamento que hay que cumplir" y le pedía "con afecto no crear un incidente". Bosch le replicaba al presidente de la cámara que le explicitara qué punto del reglamento prohibía el uso del catalán. Posada se limitaba a responder que "lo que dice el reglamento es que hay que hablar en castellano" y que el uso del catalán, el gallego o el euskera en "una cita, un despido o una alusión" se podía hacer sin problema, pero no los discursos de manera íntegra. "Si les parece inapropiada o inadecuada esta situación, imaginen como de inadecuada les parecerá la situación a los alumnos de las aulas de las escuelas catalanas", lanzaba Alfred Bosch. El diputado republicano siguió hablando en catalán, fue llamado al orden tres veces y expulsado de la tribuna de oradores.

Meritxell Batet interviene en catalán y Ana Pastor la riñe

El octubre de 2017 marcó un antes y un después en la política catalana y española. Dos días antes de la DUI y de la aplicación del artículo 155, en una sesión de control al Gobierno del Partido Popular, la diputada del PSC, Meritxell Batet, preguntó al entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, por "el impacto económico" de la situación política en Catalunya. Durante el turno de réplica y desde su escaño, Batet quiso dirigirse al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en catalán: "Le decimos que está en sus manos, está en sus manos frenar este desastre. Le pedimos que responda a sus responsabilidades institucionales y no a sus sueños, porque el señor Puigdemont se debe a toda la sociedad catalana, a todos y cada uno de los catalanes, y está haciendo sufrir a millones de catalanes, y este no es un derecho del señor Puigdemont. Al contrario. Tiene la obligación de evitar el sufrimiento de millones de catalanes. Le pedimos que convoque elecciones autonómicas". En aquel momento, la presidenta del Congreso de aquella legislatura, Ana Pastor, interrumpía a Batet: "Procuremos hablar —ya sabe que yo soy de una comunidad bilingüe (Galicia)— en la lengua en la cual nos entendemos todos los españoles, aunque yo, como sabe, soy de una comunidad bilingüe y, sin duda, fomento el uso de todas las lenguas cooficiales. Continúe". Batet respondía: "Tengo la traducción preparada, señora presidenta". Y siguió hablando en catalán el resto de la intervención: "Al señor Puigdemont le pedimos que convoque elecciones autonómicas para que devuelva a toda la sociedad catalana sus derechos y sus libertades, para que devuelva a toda la sociedad catalana la dignidad de vivir en democracia".

 

El primer encontronazo duro entre Albert Botran y Meritxell Batet

La decimocuarta legislatura está repleta de episodios donde se ha impedido el uso del catalán en la tribuna del Congreso de los Diputados. El 17 de noviembre de 2020, se produjo uno de los primeros encontronazos entre el exdiputado de la CUP, Albert Botran, y la expresidenta del Congreso, Meritxell Batet. El pleno debatía una proposición no de ley de Vox que planteaba una contrarreforma lingüística para imponer el castellano a todos los españoles. En su intervención en catalán, Botran denunciaba que la iniciativa de la ultraderecha coincidía con la publicación de unos datos "muy preocupantes" que evidenciaban el retroceso del uso social de la lengua catalana en Barcelona. Batet lo cortaba después de 10 segundos de discurso y le pedía que pasara a "utilizar la lengua común de esta cámara, que es el castellano, y a la cual nos debemos reglamentariamente". El cupaire siguió hablando en catalán y la presidenta de la cámara le pedía de nuevo "atender la cuestión" que le planteaba. Los tira y aflojas siguieron hasta que Batet dijo: "Si usted no atiende esta petición, le quito el uso de la palabra". Lo mismo pasó el mismo día con Néstor Rego, diputado del BNG, que intentó hablar en gallego. De hecho, un año después, Botran volvía a protagonizar una escena similar por utilizar el catalán, y en esta ocasión se levantó de su escaño el diputado de Vox Agustín Rosety, que dio una patada a su silla para mostrar su indignación por el uso del catalán.

La "prueba" de Gabriel Rufián: "Después dicen que es el castellano el que está perseguido"

Poco rato después del veto a la intervención de Albert Botran en catalán, el portavoz de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, retaba a la presidenta del Congreso de los Diputados con una "prueba". Rufián inició su intervención en catalán y quiso recordar que su compañero Joan Tardà lo había hecho durante mucho tiempo y que incluso había sido expulsado por este motivo. Meritxell Batet interrumpía a Rufián y le agradecía en catalán su intervención, pero le subrayaba que las otras lenguas oficiales de comunidades autónomas se podían utilizar "de manera acotada, con una pequeña introducción, una pequeña cita, alguna expresión o una pequeña referencia". "A usted también le pido que continúe con la lengua común, que es el castellano", añadía la socialista. El republicano prosiguió en catalán, pero Batet insistía: "Seguro que su intervención tiene mucho contenido para que nos lo perdamos el resto de diputados". Entonces, Gabriel Rufián ironizaba: "¿Ven? Y entonces dicen que es el castellano el que está perseguido y amenazado".

 

Míriam Nogueras, Montse Bassa y Albert Botran, silenciados en el debate para poder utilizar las lenguas cooficiales

El 21 de junio de 2022, el Congreso de los Diputados debatió una proposición de ley registrada por ERC, Junts, el PDeCAT, la CUP, el PNV, Compromís y el BNG para modificar el reglamento del Congreso y permitir el uso de las otras lenguas oficiales de las comunidades autónomas en la cámara. La iniciativa no prosperó entonces y, durante la sesión plenaria, hasta tres diputados independentistas fueron silenciados por quien tenía la presidencia del Congreso en el momento del debate, el vicepresidente primero Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (PSOE). La portavoz de Junts per Catalunya, Míriam Nogueras, arrancaba su turno de palabra haciendo un reproche a Gómez de Celis (PSOE) e instándolo a utilizar el artículo 3 de la Constitución española, donde se apunta que "el uso del castellano es un derecho, no una obligación". "Si en el Congreso no cabe mi lengua, no cabe nuestra lengua, es que tampoco cabemos nosotros", lanzaba Nogueras en catalán. Gómez de Celis cortaba a la juntaire para pedirle que hablara en castellano para que "todo el mundo quien hay en la cámara lo pueda entender". Míriam Nogueras reanudaba el discurso apuntando que "es habitual que se hable el castellano aquí, pero no es normal; las lenguas que no son el castellano no son una riqueza para ustedes, les molestan y son una realidad que les incomoda". Todo lo decía antes de volver a ser cortada y llamada al orden por segunda vez. Antes de llegar al tercero y perder el uso de la palabra, la diputada de Junts indicaba: "Mi lengua es el catalán y mi país, Catalunya. Visca Catalunya lliure!".

 

También sufrió estos cortes y que se le retirara la palabra la diputada de Esquerra Republicana, Montse Bassa. La parlamentaria iniciaba su discurso en castellano y planteaba: "¿Se imaginan que van a un restaurante en su propio país y no les atienden en su lengua? ¿Les ha pasado que en los cursos de la universidad impartan solo una minoría de las asignaturas en su lengua? ¿Han ido a una conferencia en su ciudad y les han dicho que, como hay dos ingleses entre el público, la conferencia se dará en inglés, que es la lengua común de todos los europeos?". Poco después, Bassa pasaba al catalán para decir: "Eso es el día a día en los Països Catalans y estamos hartas". El vicepresidente primero la llamó al orden tres veces y la expulsó, pero entre estos tres llamamientos la republicana señaló que le era "indiferente" la lengua que se hable en el Congreso porque los independentistas "no han venido a reformar España". "Si hay una unidad independentista para que se hable catalán en esta cámara es para demostrar el supremacismo castellano, no existe la España plural, solo la castellana", apuntaba.

 

Y todavía hubo una 'tercera' víctima: Albert Botran (CUP). El diputado quiso exponer en catalán la situación de las lenguas minoritarias y minorizadas en el Estado, poniendo de relieve que los habitantes de Catalunya, el País Vasco y Galicia son bilingües; en tanto que la mayoría de castellanohablantes son monolingües. Gómez de Celis lo llamó al orden en tres ocasiones y le retiró también la palabra. Más tarde, se repitió lo mismo con Néstor Rego, del BNG. Por su parte, y para esquivar esta 'censura', los diputados Ferran Bel (PDeCAT) y Joan Baldoví (Compromís) pronunciaron el discurso en catalán y castellano, traduciendo simultáneamente lo que decían en catalán.

 

"No entre a debate con la presidencia": el choque Meritxell Batet-Pilar Calvo (Junts)

Otro momento destacado se produjo el 13 de septiembre de 2022, cuando el pleno debatía una moción de ERC sobre la producción audiovisual independiente en Catalunya. La diputada de Junts per Catalunya, Pilar Calvo, arrancaba su discurso en catalán felicitando a Carla Simón y el equipo de la película 'Alcarràs' por haber sido escogida la candidata de España a los Oscar 2023. Durante la intervención, Calvo criticaba que el Gobierno hubiera "desvirtuado" el concepto de productor independiente "poniendo la alfombra roja a los inversores americanos, en sus estudios y plataformas". Meritxell Batet la cortaba para lamentar que esta era una "reiterada vivencia" y la instaba a seguir en castellano. La diputada juntaire seguía hablando en catalán y recordaba que uno de los acuerdos de la mesa de diálogo era el uso de la lengua catalana y otras cooficiales en las cámaras legislativas. La presidenta del Congreso la cortaba rápidamente y le pedía "no entrar a debate" con la presidencia. Más adelante, Calvo destacaba que el reglamento "no prohíbe el uso del catalán" y Batet persistía: "No entre en polémica". Finalmente, después de recibir tres toques de atención, Pilar Calvo se veía obligada a abandonar la tribuna y perdía el uso de la palabra.

 

Las diferencias en el uso del catalán, euskera y gallego entre el Congreso y el Senado

El 18 de enero de 2011 se pudo hablar en catalán por primera vez en un pleno del Senado. Desde el 2005, se permitía solo en el marco de la Comisión de las Comunidades Autónomas. La cámara alta, que representa a las comunidades, tiene habilitado el uso de las lenguas cooficiales del Estado, pero ciertamente es bastante limitado. El reglamento concreta que las intervenciones en catalán, el euskera y el gallego solo se admiten durante el debate de las mociones y en la Comisión de las Comunidades Autónomas, pero no durante las sesiones de control. Al mismo tiempo, se permite registrar los escritos en estas lenguas, pero se tiene que hacer acompañado de la versión en castellano. En cambio, aunque la cámara alta es el órgano legislativo territorial por antonomasia, ahora será el Congreso donde se permitirá un uso mucho más amplio de las lenguas cooficiales. La reforma del reglamento que se aprobará este martes concreta que los diputados "tendrán el derecho de utilizar en todos los ámbitos de la actividad parlamentaria, incluidas las intervenciones orales y la presentación de escritos, cualquiera de las lenguas que tengan carácter de oficial en alguna comunidad autónoma". Para hacerlo posible, también se contará con "servicios de traducción e interpretación" de todas estas lenguas. Eso también se extiende a la presentación de documentos y escritos al registro del Congreso, y a las actas de las sesiones que también aparecerán los discursos en las lenguas que se hayan pronunciado y su correspondiente traducción al castellano. Este martes, pues, se abre una nueva etapa en el Congreso de los Diputados y para la lengua catalana.