Primera querella por trabajos forzados durante el franquismo. Una docena de familias de presos republicanos han interpuesto en el juzgado de Aioz (Navarra) la primera querella colectiva por trabajo esclavo durante el franquismo. Son familiares de presos republicanos que durante los años 1939 y 1942 trabajaron en la construcción de la carretera que une los valles del Roncal y de Salazar en el Pirineo navarro, la Igal-Vidángoz-Roncal, según ha adelantado eldiario.es este viernes. Los familiares tienen el apoyo de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA) y la associación Memoriaren Bideak, que han anunciado nuevas querellas similares en otros juzgados del Estado español.

La ley de memoria democrática, que entró en vigor en 2022, obliga a investigar los crímenes del franquismo, aunque por ahora solo un juzgado de Madrid ha aceptado una querella, ante la vigencia de la ley de Amnistía de 1977. Precisamente, la Fiscalía se ha pronunciado a favor de investigar la querella presentada por el sindicalista Carles Vallejo en un juzgado de Barcelona, y ahora ha presentado recurso en la Audiencia de Barcelona porque la magistrada ha desestimado investigar el caso, aduciendo que los hechos han prescrito y son amnistiados. Irídia, que lleva la querella de Vallejo, también ha presentado recurso, y la Generalitat, que se ha personado por primera vez en un caso contra el franquismo, también lo hará. Los querellantes sostienen que la ley de memoria democrática 20/2022 ha superado la de la amnistía.

Unos 15.000 presos a trabajar

En el caso de Navarra, se estima que unos 15.000 prisioneros trabajaron de manera forzosa en la comunidad foral durante los primeros años del franquismo en la construcción de cuatro carreteras, así como búnkeres y otras estructuras defensivas con las cuales Franco pretendía fortificar la frontera entre Navarra y Francia en los Pirineos por miedo a una invasión. La construcción de estas estructuras se empezó el verano de 1939 y para ella se utilizó mano de obra esclava de presos republicanos a los cuales no se les había imputado delitos graves en contra del régimen, los conocidos como “desafectos”, que fueron organizados por batallones en los diferentes campos de concentración que el franquismo tenía por toda España.

En el caso de los cerca de 2.500 presos que se calcula que trabajaron en esta carretera del Pirineo provenían fundamentalmente de los campos de Miranda de Ebro y de la Universidad de Deusto de Bilbao. Todos ellos trabajaban durante largas jornadas en condiciones precarias y con picos, palas y martillos como único material para picar la piedra y hacer los caminos.

 

En la foto principal, presos republicanos catalanes en formación en la prisión Modelo (1939). Fuente Fondo Pérez de Rozas. Arxiu Fotografic de Barcelona