Exhibición de fuerza del Partido Popular en las puertas de la investidura de Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP ha llenado la avenida madrileña de Felipe II en contra de la amnistía que el PSOE está negociando con los independentistas catalanes. En 48 horas se somete a la sesión de investidura, pero el llamamiento de este domingo está destinado a crear una especie de estado de emergencia nacional por la negociación de Sánchez con Waterloo. Entre gritos de "Puigdemont en la prisión", Feijóo, que ha tenido el apoyo de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, e Isabel Díaz Ayuso, remarca que la amnistía "es un cambio en el régimen constitucional" y "un fraude agravado y reiterado" por parte del presidente en funciones, a quien recuerdan que no la llevaba al programa electoral.

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Según cifras del PP, unas 65.000 personas se han reunido en el barrio adinerado de Salamanca, en un espacio talismán para el PP, pero la delegación del gobierno español ha rebajado la asistencia a 40.000 persones. La percepción en Génova es que el PP ha ganado la batalla de las cifras al PSOE, que hoy ha celebrado la Festa de la Rosa. En el acto, Feijóo ha aprovechado la manifestación para agitar las masas pocas horas antes de ir al Congreso sin apoyos para la investidura. El PP se ha comprometido a acudir a las calles tantas veces como haga falta para generar un estado de opinión contrario a Pedro Sánchez, a quien intentará repetir en La Moncloa. Y la figura de Carles Puigdemont es el ariete perfecto para remover las arenas de la política española. El dirigente gallego, que ha sacado pecho de los resultados de las elecciones del 28-M y el 23-J y por eso se ha comprometido a defender que España "es un país de ciudadanos libres e iguales, aunque "le cueste la presidencia del gobierno". "Pasaré o no por la presidencia, ahora o temprado, pero quedará para España la libertad, la igualdad y la dignidad".

El PP afirma haber reunido a más de 65.000 persones en Madrid / Foto: Europa Press

Feijóo apela la Constitución de Cádiz

Apelando a la Constitución de Cádiz, el líder del PP se ha centrado más en la pantalla que vendrá después de su probable fracaso en la investidura y ha representado a un PSOE que está cometiendo "un fraude electoral reincidente" para negociar una amnistía de la cual renegaba durante la campaña electoral del 23-J. "Lo que ninguno del 94% de los españoles votó el 23 de julio es un cambio en el régimen constitucional", ha arrancado Feijóo, que ha hablado de "cacicada ante el Estado de derecho", a la posible amnistía de la cual se pueden beneficiar los represaliados por el proceso independentista.

A pesar de tener tan solo el apoyo de 172 diputados y asumir la probable derrota en el Congreso, Feijóo ha dado las gracias a los 33 diputados de Vox, al de Coalición Canaria y al de Unión del Pueblo Navarro, También "a los miembros del PSOE", en alusión a Felipe González y Alfonso Guerra,"para defender lo mismo que han defendido siempre" y "lo que su partido defendía hace unos meses". A pesar de provocarle un dolor de barriga durante la semana por el hecho de que Borja Sémper utilizara el vasco en la primera intervención, el líder del PP considera que la universalización de las lenguas cooficiales hace que "nos tratemos como extranjeros en nuestro país". Por eso, ha hecho un llamamiento a comunicarse "con respeto" y "no con pinganillos y pantallas de karaoke" porque, tal y como ha defendido, "al Congreso se va a entenderse".

Aznar, Rajoy y Ayuso apoyan a Feijóo

Uno de los discurso más encendidos lo ha proferido el expresidente Aznar, que fue lo primero en gritar a la movilización en las calles contra la amnistia. Puso la primera piedra de la manifestación de este domingo y hoy ha apuntalado el llamamiento a rebelarse, no sin antes apoyar "firmemente" a Feijóo en "un momento crucial para España". “La ciudadanía no es moneda cambio para satisfacer a los independentistas”, ha dicho para arrancar y ha continuado: “Tenemos el compromiso de evitar un ataque sin precedentes al marco de la convivencia de todos los españoles”. El expresidente ha señalado que la amnistía “no es expresión de reencuentro, sino de infamia”: “Significa aceptar que los jueces lo hicieron mal y prevaricaron, significa aceptar que España no es un estado derecho y no lo aceptaremos nunca”.

La pieza de caza mayor es Pedro Sánchez y los tótems del PP se esfuerzan para dibujar un presidente cautivo de Carles Puigdemont y la amnistía como otro pago a Cataluña. “Una nación no puede ser humillada de este modo. Amnistía es olvido y nosotros queremos recordarlo”; ha afirmado Aznar, que ha señalado que “España es una gran nación en la que nos tenemos que ver como compatriotas y no como enemigos”. En la misma línea, Rajoy ha añadido que la amnistía es “moralmente inaceptable” y “una enmienda a la totalidad a la democracia”, porque, según ha dicho, “supone aceptar que tenían razón los que atentaron contra el Estado de derecho”. El expresidente gallego, que promovió la aplicación del 155, se ha apresurado a sacar pecho y ha señalado que fue lo que permitió “mejorar la situación en Cataluña” después de los hechos de octubre de 2017.

En un mar de banderas españolas, el acto ha empezado con la bienvenida a los barones territoriales del PP y la más aclamada, porque jugaba en casa, ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Entre vítores de apoyo, la presidenta madrileña se ha puesto la plaza al bolsillo en un discurso en el cual ha dicho que los independentistas acumulan años de “mentiras, división y ruina”. “Han asfixiado los catalanes a impuestos y ahora quieren que nos arrodillemos porque les dan más dinero. Nosotros los decimos ‘de ninguna manera’”, ha dicho Ayuso, que ha usado servir esta muleta para deslegitimar los acuerdos de los socialistas con los independentistas.

La madrileña se ha referido al déficit fiscal histórico que denuncia históricamente el independentismo y a los 450.000 millones de euros que Juntos cifra como deuda del Estado con Cataluña: “450.000 millones para pagar tanta ignominia, para pagar a los que nos insultan por ser españoles y nosotros decimos que ‘de ninguna manera’”. El que ha abierto la lata ha sido el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que ha dicho que “entre Pedro Sánchez i Puigdemont”, el PP estará “junto a España y los españoles”.