Las elecciones de Castilla y León han provocado un antes y un después en la relación del Partido Popular con Vox. Alfonso Fernández Mañueco convocó los comicios para deshacerse de sus socios de Ciudadanos y después de una campaña electoral marcada por las numerosas salidas de tono de Casado no solo no pudieron formar un gobierno en solitario, sino que cambiaron los naranjas por los verdes de Vox. A pesar de unos primeros rumores de la abstención de los socialistas para evitar el primer gobierno en el Estado con presencia de la extrema derecha, que obtendrán la vicepresidencia y tres consejerías , finalmente esta opción se descartó y hoy se celebra la investidura del nuevo gobierno. A este acto, finalmente no asistirá Isabel Díaz Ayuso, cuya presencia estaba prácticamente confirmada, ya que ella apuesta por normalizar las relaciones con Vox, y tampoco el nuevo presidente de las populares, Alberto Núñez Feijóo, que era la gran incógnita del acontecimiento. Uno de los retos del gallego es precisamente la gestión de la relación con la extrema derecha y, de momento, ha optado por retrasar la foto con Santiago Abascal, que ya ha confirmado su presencia.
Abascal, tranquilo
Así, Feijóo no asistirá hoy a las cortes de Castilla y León, poniendo como excusa la reunión semanal del nuevo comité de dirección del partido. Aunque ciertamente estas se celebran los lunes, el popular se zafa así de tener que hacerse una foto con Abascal, que ya está en Valladolid para dar apoyo al líder de Vox en la región. El líder ultra ha querido quitar peso a la ausencia de Feijóo y considera que "no hay duda" que da apoyo al nuevo gobierno. Cuando se firmó el pacto entre las formaciones, el PP estaba en plena crisis y el presidente todavía era Casado, pero Feijóo bendijo el acuerdo, asegurando que respetaba la decisión de Mañueco y considerando que era un pacto "perfectamente legítimo". Además, señaló al PSOE por no haber facilitado la investidura de los populares para evitar la entrada de Vox.
Con todo, se espera que Feijóo y Ayuso asistan a la toma de posesión de Mañueco, prevista para el 19 de abril, donde podría coincidir con Abascal. En este sentido, el gallego ha asegurado que no le supondrá ningún problema, así como tampoco tendría inconveniente con hablar con él. En una entrevista a l'ABC ha asegurado no haber recibido ninguna llamada del líder de Vox, pero él tampoco ha descolgado el teléfono para hablar. Además, aunque "discrepa" en algunas ideas, ha querido dejar claro que la interlocución, que hasta ahora no existido, se acabará produciendo.
La petición del Gobierno
Desde el Gobierno, la portavoz Isabel Rodríguez, ha instado de nuevo a Feijóo a seguir el ejemplo de la derecha en Europa, y en especial de Francia después de la primera vuelta de las presidenciales, para establecer un cordón sanitario en Vox, coincidiendo con el debate de investidura. Rodríguez no ha escondido su preocupación, sobre todo después del resultado de Marine Le Pen, con quien Macron se enfrentará a la segunda vuelta de las elecciones, ante el hecho de que la extrema derecha española "ocupe la responsabilidad de gobierno en autonomías".
Por eso, Rodríguez cree que Feijóo tendría que reflexionar y mirar a la derecha europea "que está poniendo cordones democráticos a la extrema derecha mientras en España se la está abrazando". Concretamente, la portavoz ha hecho referencia a la posibilidad de que los populares cedan a las exigencias de los ultras en "una lacra tan dolorosa como es la violencia de género". Ante este hecho, ha pedido que se enciendan "todas las alarmas" y espera que el nuevo PP empiece "un cambio de rumbo a una derecha centrada como la europea que ponga fin a los avances de la ultraderecha en España".