Según los datos del tracking de NC REPORT para La Razón, el PP seguiría siendo el partido más votado pero acercándose peligrosamente al límite que le haría tener que negociar con otros partidos para seguir al frente de al Xunta. La mayoría absoluta en el parlamento gallego se encuentra en los 38 escaños y el PP, a día de hoy, solo obtendría 37, cuatro escaños menos respecto a las últimas elecciones autonómicas.
Si en 2016, la mayoría de Feijóo alejaba al PSOE de lograr el gobierno autonómico, hoy los bloques derecha-izquierda se igualan y marcan un resultado muy arriesgado para los populares, a costa de la fragmentación del voto de centro- derecha y su inviable entendimiento con Vox por su negativa a explorar coaliciones electorales y pactos postelectorales.
Se aprecia a la derecha del PP, una incipiente subida de Vox, un partido que hace cuatro años era extraparlamentario y que no amenazaba la estabilidad del PP, que ahora ve como parte de su voto se desvía a este partido, con el que Feijóo ha bloqueado todo tipo de puentes de cara a un pacto preelectoral e incluso ya postelectoral. Ciudadanos continúa en caída libre respecto a 2016, aunque suma 4.216 apoyos más en un mes. El sondeo vaticina que tanto Ciudadanos como Vox arrebatan ya papeletas al PP, aunque sea de manera mínima, pero sí suficiente para desestabilizar la mayoría popular.
La subida del Partido Socialista y del BNG, a pesar del retroceso de Galicia en Común acerca al bloque de izquierdas a sumar la mayoría absoluta, con entre 37 y 38 escaños, la misma cifra que ahora sumaría el bloque del centro derecha. Unos datos que se alejan de la aplastante victoria del bloque de derechas en 2015, cuando lograron hasta 41 escaños, siete más de los que componía el resultado de PSOE, Podemos y el Bloque Nacionalista Gallego.
El PSOE recupera espacio al tiempo que el Partido Popular gallego pierde oxígeno. Ganaría entre seis y siete escaños, situando la diferencia con los populares en 17 escaños Pasarían los socialistas de los 14 escaños de 2016 a obtener entre 20 y 21. Arrastran la victoria de Pedro Sánchez a nivel estatal –como es lógico electoralmente, pues los votantes tienden a reafirmar su voto a corto plazo–y posibilita el escenario de fin a la era Feijóo.
La subida electoral del Bloque Nacionalista Gallego, que sumaría hasta cinco escaños más que en el 2016, les hace convertirse en tercera fuerza en el Parlamento de Santiago de Compostela, por delante de Galicia en Común –Podemos–. El repunte del BNG, con el 15,1 por ciento de los votos, se explica en la bajada del partido de Pablo Iglesias a cuarta fuerza política. Los morados preocupan ya en la dirección nacional de Podemos pues retroceden en hasta ocho escaños ya respecto a las últimas elecciones autonómicas. Se quedarían con seis escaños, muy lejos de los 14 actuales.